domingo, 23 de octubre de 2011

Recuperando a Patrick Geddes

Lo primero es aclarar el titulo de este artículo. Al escribir recuperando a Patrick Geddes no he querido decir que los planificadores urbanos y territoriales estén “recuperando a Patrick Geddes” porque, en términos generales, bien para denostarlo o bien para ensalzarlo, nunca lo han perdido de todo. Lo que en realidad quiero decir es que yo, personalmente, estoy “recuperando a Patrick Geddes”. Me encontré por primera vez con Ciudades en evolución (la edición española que editorial Infinito de Buenos Aires publicó en 1960) durante mis años de estudiante de postgrado del Instituto de Estudios de Administración Local de Madrid. En aquellos momentos llegué a pensar que algún rayo de sol iluminaba desde Escocia una aproximación a los temas urbanos que incluía el territorio (y mira que es difícil que nos iluminen rayos de sol desde latitudes tan al norte). Es más, desde la comprensión de “todo” el territorio que, a diferencia de algunos acercamientos ecológicos de aquellos momentos, incluía los bichos humanos y su obra.

Sir Patrick Geddes

Para mí, en aquella época, supuso un impacto tan fuerte que, junto con las lecciones de Manuel y de Fernando de Terán profesores por entonces en los cursos del IEAL, influyó de forma bastante notable en la determinación de mi futuro profesional. Sin embargo, con el tiempo, Ciudades en evolución ya no me pareció tan resplandeciente. No era el libro redondo y emocionante de la primera lectura y tampoco exponía una teoría acabada sobre le tema. Pero, sobre todo, no daba respuesta a las cuestiones diarias que me planteaba el planeamiento. Desde este punto de vista el libro de McHarg Design with Nature pronto lo relegó en mis preferencias. Al principio, lo que me seducía de Geddes era la potencia de las imágenes que utilizaba. Y, sobre todo, el planteamiento de que amanecía una nueva era de renacimiento urbano. Planteaba una Eutopía, un ideal realizable para la próxima fase neotécnica de la Era Industrial alejada de "las actuales cacatopías negras y escuálidas en medio de las que el desorden paleotécnico se acerca a su fin. Entre sus cenizas la plantación de futuros bosques ya está comenzando allí y allá; entre sus peores barrios bajos, sobre su suciedad y putrefacción sepultadas, nuestros niños ya comienzan a cultivar rosas". Era todo tan bonito…

Edimburgo, el casco antiguo desde Princes Street
Foto de 'Cities in Evolution' (1915)

¿Cómo un joven que leyera el párrafo que transcribo a continuación y con un mínimo interés por la ciudad podía dejar de sentirse emocionado?: "Estamos hastiados de la mescolanza que actualmente muestran nuestras ciudades de edificios pseudo-clásicos débilmente románticos, que se supone reviven el pasado y de las mezquinas calles o convencionales suburbios de ‘chalets’ que representan a la generación de sus constructores. Pero la apertura de perspectivas y bulevares sin carácter a través de esta confusión del pasado o fuera de ella, que parecería satisfacer a demasiados urbanistas, o los empeños de demasiados proyectos, por repetir aquí, allá y en todas partes pedacitos de Letchworth o de Hampstead Suburb (excelentes como son en su propio sitio y a su modo), solo constituyen muestras esmirriadas de planeamiento urbano; y de hecho se están convirtiendo en nuevas demoras y nuevos obstáculos para el diseño urbano". Y esto está publicado en 1915 ¿qué diría en el momento actual cuando cientos de hectáreas en todo el mundo son repeticiones ad infinitum de “pedacitos de Letchworth o de Hampstead Suburb” creando uno de los mayores problemas de organización del territorio que recuerda la historia de la urbanización?

Una calle en el suburbio jardín de Hampstead
Foto de 'Cities in Evolution' (1915)

Pero como decía al comienzo, poco a poco Ciudades en evolución fue cayendo del pedestal en el que lo había subido. Fue algo gradual, no un golpe repentino. A fuerza de repasarlo llegué a comprender que, en realidad, lo que estaba leyendo no era propiamente un libro. Parecía un conjunto desordenado y abigarrado de cosas, difícilmente relacionadas unas con otras y en las que, además, no entendía su génesis. De forma que decidí ir a las fuentes. Mi tercer idioma no es el inglés (el primero es el gallego, el segundo el castellano y el tercero el francés) por lo que me costó muchísimo trabajo leer Cities in Evolution. Pero lo conseguí. Pronto me dí cuenta de que "mi" Ciudades en evolución no era exactamente Cities in Evolution publicado en 1915. De entrada tenía muchas más cosas. Pero es que, además, el lenguaje era diferente, los epígrafes no se correspondían y la importancia que se le daba a las diferentes secciones variaba ostensiblemente. Incluso algunos capítulos habían desaparecido (literalmente) siendo sustituidos por muñones cercenados. Resulta que, en realidad, “mi libro” debía ser una traducción de la reedición que se hizo en el año 1949 diecisiete años después de su muerte. Si nos vamos a esta reedición resulta que está patrocinada por dos instituciones: una de Edimburgo, la Outlook Tower Association; y otra de Londres, la Association for Planning and Regional Reconstruction. Ambas se encargaron de hacer los cambios, adiciones e interpretaciones que, junto al libro original, habían configurado mi objeto de culto. Comprendí que Geddes era el autor de “mi libro” sólo en parte.

La sección del valle desde las colinas hasta el mar

Comparando detenidamente ambas ediciones me fijé en muchas cosas que, al principio, no me parecieron importantes. En diferentes lugares del texto aparecía Jaqueline Tyrwhitt que fue, en realidad, la persona encargada de preparar esta edición bajo la supervisión de Arthur Geddes y de George L. Pepler. Por ejemplo, se incluía el apartado “La sección del valle desde las colinas hasta el mar” que reproducía una de las conferencias que Geddes pronunció en la New School of Social Research en Nueva York en el año 1923. La Sección del Valle ha sido uno de los conceptos básicos que le ha dado renombre a la figura de Geddes pero no está en Cities in Evolution de 1915, ni en casi ningún sitio. En realidad hay que recurrir a esta transcripción que J. Tywhitt añade en la versión de 1949, y a la serie “Charlas desde la Torre Vigía” que Geddes publica en una pequeña revista de Nueva York llamada Survey. La tercera y la cuarta, correspondientes a junio y a julio de 1925 se llamaban “El plan de civilización del valle” y “El valle en la ciudad” con ilustraciones de Hendrick Willem Van Loon y que fueron recogidas y traducidas en La ciudad: problemas de diseño y estructura (D. Lewis, comp., GG, 1970). Por cierto, en esta recopilación también aparecía un artículo de J. Tywhitt sobre Chios.

Dibujo de Hendrick Van Loon para la Sección del Valle
De 'La ciudad: problemas de diseño y estructura'

Pero la cosa no termina aquí. Resulta que la parte “Exposición de Ciudades” que cierra “mi libro” tampoco estaba en la edición de 1915. En la de 1949, J. Tyrwhitt añade un extracto del catálogo de la primera exposición itinerante Cities and town planning Exhibition de 1910, al que acompañan ilustraciones de la segunda después de la pérdida de aquella en ruta a la India a bordo del "Emden". Y aquí aparece otra vez “La sección del valle”. Dice: "Esto sirve como introducción a la geografía racional de las ciudades, en términos de sus orígenes regionales. Para empezar, a estos se los estudia y comprende mejor si se parte de la sección del valle y sus ocupaciones resultantes y correspondientes tipos de establecimiento humano. Obsérvese al minero, el leñador y el cazador en las alturas; el pastor en las hondonadas con pasto; el campesino pobre (con avena o centeno) en las inclinaciones más bajas; y el campesino rico (con trigo y en el sur posiblemente con vino y aceite) en la llanura; por último, el pescador (marino de guerra, mercante, etc.) al nivel del mar. Pues así han surgido y surgen todavía las ciudades".

Dibujo de Hendrick Van Loon para la Sección del Valle
De 'La ciudad: problemas de diseño y estructura'

El problema es que cuando tuve cierta madurez y capacidad de mirar críticamente, no veía lo que veía Geddes. El trigo de Madrid se cultivaba en Rusia, la energía se extraía de pozos que se abrían en el desierto o de las profundidades marinas, el ganado no pastaba sino que se le alimentaba mecánicamente en Hungría de donde se importaba la carne. Y las ciudades surgían y crecían allí donde los intereses económicos podían obtener altas rentabilidades. Y en el pasado tampoco fue así. Buena parte de las ciudades surgieron por necesidades militares y otras por “incidentes logísticos” (necesidad de efectuar una parada en el camino o de vadear un río, por ejemplo). No era capaz de ver el valle de Geddes y su sección en ningún sitio. Probablemente porque no era escocés ni vivía en Edimburgo. Olvidé Ciudades en evolución en la parte más oculta de mi buhardilla, allí en el noveno círculo de Dante donde se encuentran sumergidos los condenados y se castiga a los traidores, al lado de Judas, Bruto o Casio, donde voy sepultando los libros que no volveré a leer. Pero justo antes de mi periplo médico (hace algo más de tres años) encontré un artículo titulado “L’Outlook Tower, anamorphose du monde” en el número 7 de Le visiteur (no me preguntéis mediante qué mecanismos un individuo como yo puede llegar a leer un artículo como éste). El artículo, de Pierre Chabard, contiene dos citas. Una de D. Marlowe que no viene al caso y otra de Lewis Mumford que dice: “The Tower and Patrick Geddes: it is almost impossible to distinguish them”.

Portada de 'Cities in Evolution' (1915)
A la derecha la Outlook Tower

Lo cierto es que siempre me había centrado en el libro y había olvidado otras cosas. Así que, una vez concluido el periplo médico, he decidido reencontrarme con Geddes porque la cita (y, por supuesto, la lectura del artículo) me hizo sospechar que me había perdido algo. Lo primero era recuperar el libro, cosa imposible ya que lo había relegado a la cuarta fila de la buhardilla lo que significada retirar las tres que tenía delante, de forma que me fui a la maravillosa biblioteca que tenemos en la Escuela de Arquitectura de Madrid (probablemente una de las mejores de las escuelas de arquitectura de Europa tanto en fondos como en funcionamiento) y tardé exactamente dos minutos y medio en tenerlo en mis manos. No era “mi libro” claro, pero era la misma edición. Se me ocurrió mirar su índice de popularidad. En 2011 sólo lo había pedido yo. En 2010 y 2009 tres peticiones, en 2008, 2007 y 2006, una por año. Como hay otra edición en español del 2009 (ver nota al final del artículo) puedo considerar que las peticiones de 2011, 2010 y 2009 no son muy representativas, pero sólo una por año en los anteriores... Bueno, no se puede decir que su popularidad sea enorme. Y, sin embargo, para muchos teóricos del urbanismo se trata de uno de los clásicos imprescindibles. Mis amigos saben que ahora casi no leo nada impreso en papel, me he cambiado al formato digital. Sin embargo, al abrir aquellas páginas, tantas veces repasadas en mis recuerdos, casi me saltan las lágrimas. Lo siguiente era documentarme sobre la Outlook Tower e intentar releer el libro con otra visión diferente. A ver si lo que pasaba era que no había entendido lo importante y me había decepcionado lo accesorio.

Dibujos de la Outlook Tower en 'Cities in Evolution' (1915)

La Outlook Tower es un edificio que Geddes, en el año 1892, convirtió en un lugar "para entender mejor a Edimburgo y su región, y ayudar a la gente a hacerse una idea más clara de su relación con el resto de mundo". Actualmente es una atracción turística abierta al público y que tiene poco que ver con los planteamientos de Geddes. Cada piso estaba destinado a exhibir materiales y colecciones que caracterizaran a: Edimburgo en la quinta planta,  Escocia en la cuarta, Gran Bretaña en la tercera, Europa en la segunda y el Mundo en la primera. Contaba con una Cámara Obscura donde se proyectaban diferentes vistas del entorno y con un Episcopio para observar el globo terráqueo y la esfera celeste. Esta idea de que la única forma de planificar un territorio era entenderlo y que, para ello, toda la sociedad debería estar implicada y que una parte fundamental era, precisamente, la educación de esta sociedad, me permitió empezar a recuperar mi estima por Patrick Geddes. Porque ahora entiendo que la verdadera modernidad de sus planteamientos no está en haber propuesto el concepto de conurbación cincuenta antes de que lo hiciera Gottmann, o en haber escrito que toda planificación debería empezar por el estudio de “las regiones naturales” donde estaban enclavadas las ciudades, sino en esta propuesta educativa radical en la que basaba la posibilidad de un planeamiento compartido.

La Outlook Tower convertida hoy en atracción turística

También es verdad que el sustrato de sus ideas estaba en Francia: Eliseo Reclús, Vidal de la Blache y Frederic Le Play. De la sociología de Le Play tomó la relación: lugar, trabajo, habitantes. Y aplicó esta trilogía a la creación de un modelo, la Outlook Tower, que no era más que un centro local de estudios que compendiara estas tres cosas. De Vidal de la Blache la necesidad de los estudios previos como método de planificación. Y de Reclús el gran globo que nunca se construyó y que debería debía servir al planificador mejor que la inutilidad de los planos urbanísticos. Al no contar con el globo pensó en sustituirlo por el trazado de "secciones de esa ladera general que va de la montaña al mar y que encontramos en cualquier lugar del mundo. Sección que puede adaptarse a cualquier escala y proporción, de nuestro peculiar tipo, de colinas, laderas y llanuras". Así entendida la sección del valle, como instrumento didáctico para hacer comprender a la gente las características del lugar donde viven adquiere un significado distinto al puramente literal de “región natural”. Y también adquiere sentido la importancia que le daba a la exposición Cities and town planning Exhibition que se llevó hasta la India después de haber pasado por diferentes lugares y avatares.

Dibujo de Hendrick Van Loon para la Sección del Valle
De 'La ciudad: problemas de diseño y estructura'
Señalar en la imagen para verla a mayor tamaño

Geddes entendía la región como un instrumento. No necesariamente como un instrumento de análisis para planificar sino más bien como un mecanismo para que los habitantes de la ciudad comprendieran el significado del sitio que habitaban. En el fondo lo que pretendía es lo que pretenden muchos paisajistas en el momento actual: crear identidad. La identidad se crea cuando se establecen lazos con el lugar de manera que, para él, era fundamental el conocimiento de la región, de las labores tradicionales, de las conexiones históricas. La recuperación de la vida urbana, de lo que Bauman llama la relación con “el otro”, tenía que ver con las fiestas populares con las celebraciones cívicas. La región no era tanto un objeto de estudio sino el elemento que permitiría reconstruir la urbanidad. Pero como tantas veces he dicho en este blog, para amar algo primero hay que conocerlo. Este creo que era el sentido de “región natural” para Patrick Geddes. Y por eso la Outlook Tower y la Cities and town planning Exhibition tienen ahora para mí mucha más importancia que Cities in Evolution. Hace un siglo que Geddes entendió que el problema fundamental del planeamiento urbano y territorial no era técnico (ni tan siquiera político o artístico), era un problema de organización social centrado en la identificación con el territorio. La desvinculación entre plan y ciudadano es un efecto más del derrumbe actual de los sistemas identitarios.

Dibujo de 'Cities in Evolution' (1915)

Además, ahora que he conocido la génesis de “mi libro” he podido confirmar algunas de mis pasadas intuiciones. No es solamente que la edición de 1949 (y, por tanto, la traducción al castellano de 1960) fuera un remix. E incluso, para algunos autores, un montaje premeditado de la Association for Planning and Regional Reconstruction de Londres con objeto de defender sus tesis (ver el artículo de Pierre Chabart de 2005 citado al final). Sino que la propia versión original de 1915 no era más que un conjunto heterogéneo de conferencias y contribuciones varias, en algunos casos poco relacionadas entre sí. Por ejemplo, el segundo capítulo reproduce una conferencia que pronunció en el Congreso de Birkenhead, el cuarto es un artículo que publicó en la Town Planning Review, el noveno es el resultado de un viaje de estudios a Alemania o en el dieciséis nos encontramos un documento de trabajo elaborado para una comisión de la Sociological Review. Y es que todos aquellos que conocieron a Geddes coinciden de forma unánime que su contribución era más personal y como orador, como docente en su sentido amplio, que como escritor. Que sus escritos son sólo la punta del iceberg de su pensamiento. Por eso su figura se ha ido “construyendo” por todos los que le conocieron. Lo que significa que, probablemente, esté muy distorsionada por aquellos que han pretendido acomodarla a sus intereses particulares.

Crecimiento de la ciudad industrial escocesa
De 'Cities in Evolution' (1915)

En cualquier caso estoy recuperando a Geddes. He encontrado una versión en .pdf de la edición de 1915 y estoy volviendo a leerla en paralelo a “mi libro” de 1960 que me dejaron en la biblioteca de la ETSAM. Ambas, con el objetivo enfocado en la Outlook Tower y su significado. En estos momentos releo como las nuevas tecnologías neotécnicas (tendré que recuperar también a Proudhon y a Kropotkin) permiten que la ciudad se expanda, y cree “conurbaciones” de forma perniciosa y casi maligna debido a la persistencia del viejo orden paleotécnico en las estructuras sociales. Si Geddes levantara la cabeza en el siglo XXI comprobaría que en muchas partes del planeta todo el territorio es ya urbano y que las incipientes conurbaciones que empezaba a observar se han convertido en cientos de miles de hectáreas urbanizadas donde la naturaleza ha quedado relegada a lugares muy concretos y las culturas enraizadas en su territorio tienen escaso futuro. Donde la "región natural" de algunas ciudades es el mundo entero. Y donde el pensamiento “unificado” va eliminando, uno tras otro, cualquier vestigio de diversidad cultural. La "plantación de futuros bosques que", según él, estaba comenzando "allí y allá", y "las rosas que los niños empezaban a cultivar entre la suciedad y la putrefacción de los peores barrios bajos", han desaparecido (también puede suceder que yo no sea capaz de buscar de forma adecuada). Necesitamos muchas torres vigías, muchas atalayas, muchos lugares de observación, que permitan reencontrar a la gente con el territorio que la cobija. Identificarla con su entorno. Que hagan posible la existencia de formas de vida diferentes, de culturas diferentes, de pensamientos diferentes. No sé definir el paisaje de otra forma.


Materiales

Nota: En este artículo se relata mi evolución personal respecto a la figura de Patrick Geddes. No le aconsejo a mis alumnos que la repitan (ni a nadie, claro, entre otras cosas porque las evoluciones personales son irrepetibles) ni que se dediquen como ratas de biblioteca a rebuscar las distintas ediciones y los sucesivos avatares por lo que ha pasado un libro en concreto como Cities in Evolution. Más bien les aconsejo que lean directamente la edición original que se puede conseguir en Internet en el enlace que incluyo abajo. En caso de tener dificultades con el inglés, o si les resulta más cómodo, la última edición en español (que yo conozca) es de la editorial KRK (Oviedo, 2009). La introducción, traducción y notas son de Miguel Moro Vallina y el Prólogo de Sergio Tomé Fernández y sigue bastante fielmente (a pesar de la intrincada prosa de Geddes) la edición original. Claro que, entonces, se perderán la bonita manipulación que del libro hicieron la Outlook Tower Association de Edimburgo y la londinense Association for Planning and Regional Reconstruction con la transcripción de La Sección del Valle, los apéndices, etc. en la edición de 1949. A cambio ganaran la integridad de la lectura de los capítulos 6, 7, 9 y 10. Respecto a la Sección del Valle que J. Tyrwhitt incluyó en la edición del 1949 y que aparecía traducida en “mi libro” de 1960 puede leerse online en CF+S Biblioteca 'Ciudades para un futuro más sostenible'. También, las dos charlas de la revista Survey donde se describe la Sección del Valle pueden encontrarla en la recopilación de Lewis citada abajo.

Las diferentes ediciones de Ciudades en evolución que he citado:
  • 1915. Cities in Evolution : an introduction to the Town Planning Movement and to the Study of Civics. Londres, Williams & Norgate. Esta edición está digitalizada y se puede encontrar para leerla online, bajarla en .pdf, epub y kindle, en los archivos de la Universidad de Toronto en este enlace.
  • 1949. Cities in Evolution. Nueva edición revisada por la Outlook Tower Association, Édimbourg, y la Association for Planning and Regional Reconstruction, Londres. Londres, Williams & Norgate-New York, Oxford University Press. Se puede encontrar en la biblioteca de la Escuela de Arquitectura de Madrid.
  • 1960. Ciudades en Evolucion, traducción de E. L. Revol. Buenos Aires, Ed. Infinito. Se puede encontrar en la biblioteca de la Escuela de Arquitectura de Madrid. Creo que existe otra edición del año 1934 y, por tanto, anterior a “mi libro” traducida también por Revol y publicada, también en Buenos Aires, por Thornton Butterworth, pero no he podido encontrarla. La parte de la sección del valle puede encontrarse online en la CF+S Biblioteca 'Ciudades para un futuro más sostenible'
También he utilizado para elaborar el texto los siguientes artículos:
  • Chabard, Pierre: “L’Outlook Tower, anamorphose du monde : Patrick Geddes et le thème de la vision”, Le Visiteur, n° 7 : 64-89, 2001. Este artículo traducido al inglés por Charlotte Ellis se puede encontrar en este enlace. También de este mismo autor “Comment un livre change : Cities in Evolution et les usages de Patrick Geddes (1912-1972)”, Gèneses, nº 60, 2005/3.
  • Hall, Peter: Ciudades del mañana. Historia del urbanismo en el siglo XX, ediciones Serbal, Barcelona, 1996, pp. 148-158.
  • Lewis, D.: La ciudad: problemas de diseño y estructura, GG, Barcelona, 1970. Traducción de Teresa Rovira, Abel Enguita, Víctor Morales y J.J. Garrido.
  • Martínez Alier, Joan: “Urbanismo y Ecología en Barcelona” ElisavaTdD, nº 11, 1995. Una visión más ecológica que la mía de Geddes. En cualquier caso un artículo que merece la pena.
  • Masjuan Bracons, Eduard: "La cultura de la naturaleza en el anarquismo ibérico y cubano", Signos Históricos, nº 15, enero-junio, 2006, pp. 98-123. Se plantea la relación entre Geddes y Reclús y se dan algunos datos sobre el intento del Museo Cívico de Cataluña a semejanza de la Outlook Tower de Edimburgo.
  • Meller, Hellen Elizatbeth: Patrick Geddes. Social evolutionist and city planner. Londres, Routledge, 1990.
  • Sica, Paolo: Historia del urbanismo, el siglo XX, IEAL, Madrid, 1981 (página 33 y siguientes). Traducción del original italiano (Storia dell’urbanistica, Il Novecento, Gius. Laterza & Figli Spa, Roma, 1978) de Joaquín Hernández Orozco.
  • Welter, Volker M.: Biopolis : Patrick Geddes and the City of Life. Cambridge (MA)/Londres, The MIT Press, 2002.
Y los siguientes enlaces de Internet:


    domingo, 2 de octubre de 2011

    Coderch, Alejandro de la Sota y la Ciudad Astur

    En los dos últimos viernes he estado en tribunales de tesis doctorales. Tesis muy diferentes entre sí y que probablemente marquen los límites de mi “zona de intereses” que, como podrá verse, son bastante amplios. La lectura de la primera ha sido en Barcelona y la segunda en Oviedo. He pasado en siete días de El exterior como prolongación de la casa (Los espacios intersticiales en clave tipológica, a través de dos obras de Coderch y De la Sota) a La sostenibilidad del crecimiento residencial de baja densidad. El caso del área metropolitana de Asturias. El autor de la primera ha sido Andrés Martínez y sus directores Carlos Martí y Víctor Brosa y se leyó en el departamento de Proyectos Arquitectónicos de la Universitat Politècnica de Catalunya. El tribunal, los directores y el doctorando éramos arquitectos. Cristóbal Manuel Carrero de Roa es el autor de la segunda, su director Fermín Rodríguez, y se leyó en el Departamento de Geografía de la Universidad de Oviedo. Todos geógrafos menos el doctorando y yo que éramos arquitectos. Ha sido maravilloso. Una de esas experiencias que me ratifican en la necesidad que tiene la investigación de ampliar el estrecho campo de visión de las áreas de conocimiento cerradas.

    Coderch, Casa Gili, terraza, porche y vestíbulo. Tesis de AM

    Reconozco que, como algunos de los seres extravagantes que me acompañan en el viaje del urbanismo y la ordenación del territorio, soy un privilegiado. El poder poner uno al lado del otro, casi sin solución de continuidad (una semana es un instante), el espacio exterior de la casa y la forma en la que está organizado el territorio de la parte central de Asturias, a algunos les puede parecer una locura. Y todavía más si explico que ambos trabajos representan dos enfoques de investigación diametralmente opuestos. Pero, desde mi punto de vista, esto no es más que un indicador de la convergencia que en el momento actual se está produciendo en el campo de la organización del espacio, sea territorial, arquitectónico o urbano y en la necesidad de reconsiderar las formas de investigarlo. Como espectador de ambas me sentí afortunado. Amo este trabajo que me permite relacionarme con gente que piensa sobre un tema que me apasiona y que no es otro que tratar de comprender la lógica (o la ilógica) de la organización del espacio en el que nos movemos o que, simplemente, contemplamos, y la mecánica de la disposición de las cosas.

    Urbanización costera en Villaviciosa. Tesis de CMC

    Decía Cristóbal Manuel en la explicación del largo camino que le había conducido a intentar averiguar qué sucedía con el proceso de suburbanización dispersa en la zona central de Asturias (escribo en el tren de vuelta a Madrid desde Oviedo, de memoria, espero recoger más o menos fielmente sus palabras): un día miré por la ventana de mi casa y lo que ví me hizo preguntarme a qué podía deberse esa aparente locura que pautaba la forma de asentarse la población que me rodeaba y la localización de mi propia casa. El intento de buscar una respuesta fue lo que le llevó a dedicar bastantes años a trabajar con datos georreferenciados, estadísticas, inventar técnicas para calcular densidades allí donde no pudo encontrar información, o tratar de delimitar un ámbito de estudio que pasó del espacio exterior que abarcaba su mirada hasta los 880.000 habitantes del área distribuidos en 34 concejos y 244 parroquias. Espacio que denominó área metropolitana de Asturias y que coincide más o menos con lo que su director Fermín Rodríguez (que también lo es de CeCodet) llama la Ciudad Astur.


    De la Sota, casa Guzmán, ventana en esquina. Tesis de AM

    Andrés miró también a través de las grandes cristaleras de la casa Gili de José Antonio Coderch, y de los ventanales en esquina de la casa Guzmán de Alejandro de la Sota volcados al paisaje del Jarama, y decidió intentar explicar esta mirada exclusivamente en clave de dentro afuera. Dicen al comienzo de la tesis: "Hablar de espacios intermedios entre el ámbito doméstico y el mundo exterior supone necesariamente considerar ambas direcciones: la casa busca fuera un necesario desahogo, una línea de fuga, una continuidad que sirva de contrapunto a su carácter eminentemente introvertido. Pero ¡cuidado!, en esa búsqueda no deberá perder su bien más preciado, que es la privacidad. A su vez, el entorno que la rodea trata en todo momento de introducirse en ella: lo intentará la naturaleza del jardín, que tiende a invadirla; lo hará (por supuesto) la luz; también el paso de las estaciones, o el ruido de la calle. Son cosas, algunas, de las que el interior deberá protegerse, y otras que deberá aprovechar; muchas (las que más) las utilizará en mayor o menor medida según la hora, la estación del año, o el ánimo de quien la habita. Pero haber escogido para el título, de las dos direcciones posibles, la de dentro hacia afuera, supone ya implícitamente una toma de posición sobre lo que considero debe de ser la arquitectura en sí misma, y la de la vivienda en particular".

    Coderch, atrio de la casa Gili en 1973. Tesis de AM

    Pero decía antes que no se trataba solamente de ámbitos distintos sino también que las metodologías de investigación respondían a posturas vitales, intelectuales y científicas aparentemente irreconciliables. Dice Andrés en su tesis: "A raíz de esa vinculación entre técnica y forma arquitectónica (en que puso tanto énfasis el Movimiento Moderno, y según la cual se pueden explicar los nuevos tipos de edificios que generó –Giedion-), es interesante volver a preguntarse cuál es el sitio real que debe ocupar nuestra disciplina, la arquitectura, en el viejo debate que siempre ha enfrentado a la ciencia con las humanidades. Aunque considera que dicha polémica le resulta algo pesada, Popper nos aclara que la principal diferencia entre una y otras reside en que las humanidades tienen como objetivo comprender al hombre, y no a la naturaleza, que es el objeto de la ciencia. Los dos enfoques compartirían, no obstante, un método común basado en la resolución de problemas a través de la formulación de conjeturas; en ambos, la comprensión se basaría en nuestro carácter humano común, que viene dado por una especie de identificación intuitiva con los demás hombres, mediante la ayuda de los gestos y el habla. Por eso, para él, el concepto de teoría en las humanidades es equivocado y proviene bien de una ilusión vanidosa, bien de una apropiación indebida del campo de las ciencias. Es más, constituiría una confusión básica, un "error de estrategias" (entendido en el sentido de la metafísica clásica), puesto que la teoría tiene que satisfacer dos criterios, que son la verificabilidad y refutabilidad por medio del experimento y aplicación predictiva. Pero ni en arte ni en poética (tampoco, añado yo, en arquitectura) existen experimentos decisivos, no puede haber conclusiones verificables que impliquen consecuencias predecibles".

    Fotomontaje con la primera propuesta para la casa Guzmán. Tesis de AM

    Casi nada. Esta polémica en las llamadas ciencias sociales es casi tan antigua como su misma denominación. Y la toma de postura en esta cuestión implica muchas cosas. Pero, desde un punto de vista práctico, pienso que depende, esencialmente, de dos cosas. La primera, personal del investigador, tiene que ver con su postura vital y su carácter y, casi siempre, es difícilmente explicable. Pero la segunda depende del objeto sobre el que apunta la mirada. Es muy difícil (aunque no imposible) sentir, emocionarse, tratar de transmitir las vivencias que producen en la mente del observador territorios que abarcan más de doscientas parroquias con una población cercana a los novecientos mil habitantes. De forma que el planteamiento metodológico de Cristóbal Manuel es, digamos, más clásico. Entiende que la realidad puede ser medida, cuantificada, modelizada y, por tanto, aprehendida mediante métodos y técnicas más cuantitativas. Pero es que, claro, cuando se cambia la escala y las personas son apenas puntos o literalmente desaparecen en una fotografía aérea, perdemos los referentes humanos y nuestras habilidades perceptivas se vuelven incapaces de dar una respuesta coherente. La mirada tiende a volverse más teórica, más matemática. La mente necesita muletas para analizar una realidad que no se ve con los ojos, que no se siente al andar o al respirar. Es el momento de los modelos, de las teorías. De la verificación analítica.

    Delimitación del área de estudio. Tesis de CMC
    Señalar en la imagen para verla más grande

    Debo confesar que durante muchos años no entendía la investigación más que de esta forma. Es decir, intentando refutar teorías abstractas mediante métodos pautados y perfectamente establecidos. También debo de confesar que durante todo este tiempo siempre he tenido soterrado (ahí, recomiéndome por dentro) el asunto del método heurístico y la anécdota de Arquímedes corriendo desnudo y gritando ¡eureka! por las calles de Siracusa. Comprendo que ambas cosas no son incompatibles y que no hay que confundir la producción de la idea y la comprobación de su validez o las posibilidades de que sea refutada. Y sin embargo… Prefiero no meterme en jardines laberínticos de los que luego seguramente no podré salir, pero si atendemos a lo que nos dice la física cuántica por el mero hecho de existir un observador el objeto observado ¡puede estar en dos lugares a la vez lo que permite teletransportarlo (si eres un fotón, claro)! Me doy cuenta de que esto me desarma pero también me desarma que el tren antes de llegar a León tenga que ir a una vía muerta, retroceder unos kilómetros a la estación, entrar hacia atrás y luego continuar hacia delante como si tal cosa, en lugar de que ¿alguien? lo observe y pueda teletransportarlo de Oviedo a Madrid con una mirada. Comprendo que no somos fotones pero en algunos momentos me gustaría. Probablemente exista una razón para que haga esto que está haciendo, me refiero al tren, y que no me teletransporte sino que cargue conmigo (y con unos cuantos viajeros más) pero a estas horas de la tarde noche se me escapa. Lo que en realidad quería decir es que la aproximación del observador al objeto observado se puede hacer por caminos muy diferentes. Pero el problema no lo veo ahí sino en la comunicación a los demás de lo observado y en la constatación de que el otro es capaz de ver el objeto con los mismos ojos que uno si le damos una serie de pautas para que lo haga.

    Cálculo de la superficie edificación residencial. Tesis de CMC

    En toda investigación “científica” siempre hay una parte que se da por supuesta y a la que se le concede poca importancia. Suele llamarse hipótesis. Por desgracia es la base fundamental de la investigación y no existen pautas, reglas ni métodos que racionalicen la “producción” de hipótesis. Es de largo, la parte más difícil de toda investigación y, por supuesto, de una tesis doctoral. Sin embargo los investigadores, poco a poco han ido devaluando esta parte, restándole importancia y dándosela al tándem verificación-refutación (depende de los enfoques). Probablemente sea porque esta segunda parte de toda investigación sí se puede pautar y regular. De forma que cualquier persona medianamente inteligente, trabajadora y que se ciña al procedimiento científico puede completarla con una probabilidad de éxito bastante alta. El “profesional de la investigación” tiene que conocer y poner en práctica estos procedimientos. Eso se da por supuesto. Y es lo que se valora en cualquier trabajo de investigación incluida una tesis doctoral. Planteamos una hipótesis (eso es lo de menos) con la condición de que sea “falsable”, horrible palabreja que dice simplemente que se puede poner a prueba. Y luego la ponemos a prueba. El sistema consiste en ir refutando sucesivas hipótesis para ir acercándonos a “la verdad”. Y así avanza la ciencia. El procedimiento ya puede comprenderse que es muy poco eficiente a menos que demos con una hipótesis que se pueda poner a prueba tan cercana a la verdad que resista uno tras otro todos los intentos de refutación. Pero aún en ese caso, tampoco tenemos ninguna seguridad de nada y seguiremos intentando tirar dardos refutatorios que derriben la teoría. Simplemente se va manteniendo ahí como un record de los 100 metros lisos aparentemente insuperable pero que, cualquier día, alguien superará.

    Modelo comparativo de residencial en el no urbanizable. Tesis de CMC
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    Todo parte, claro está, de la suposición de que existe “una verdad” que se sobrentiende somos capaces de encontrar por aproximaciones sucesivas. También presupone que “la realidad” es algo “objetivo”, exterior al sujeto que observa, y que se refiere a las cosas “del mundo”. El problema es cuando trabajamos con cuestiones relativas a las llamadas humanidades. En este caso ya no está tan claro que exista “un mundo” que se pueda describir con “objetividad” y que nos permita aproximarnos a “la realidad” o acercarnos a “la verdad”. Siento las comillas pero si quiero que esto tenga una extensión razonable necesariamente he de recurrir a imágenes para ir directamente a la esencia de la cosa aunque pierda casi todos los matices por el camino e incurra en errores evidentes al generalizar lo no generalizable. Sin embargo, si conseguimos describir lo que observamos de forma que el otro sea capaz de realizar el mismo camino, resulta indiferente que se trate de la verdad o de una verdad. El problema es que resulta imprescindible utilizar la razón que es el único instrumento que garantiza mínimamente que dos mentes lleguen al mismo sitio. No se pueden utilizar otros instrumentos igual de humanos como el amor, el miedo o la emoción (instrumentos que suele utilizar la poética, por ejemplo) porque no hay garantías de que nos permitan ver de la misma forma. Pero la razón no siempre tiene porque recurrir al método científico para conducir al otro en la dirección en la que hemos avanzado. Además, desde que comprendí el experimento de la doble rendija y todas sus implicaciones me he vuelto mucho más tolerante con los métodos de investigación.

    Casa Gili, jardín y el olivo que sustituyó a la higuera, 1987. Tesis AM

    El tren se va acercando a Madrid y ya va siendo hora de que lo deje. El lunes tengo hablarles a los alumnos del postgrado de nuestro departamento sobre cómo investigar en algunos de los temas que me interesan (y que interesan probablemente también a otros lectores de este blog) y me gustaría que este artículo me sirviera como sistema para desencadenar un debate en clase. Tengo muchas preguntas y pocas contestaciones ¿Es posible que existan procedimientos alternativos al método científico para investigar razonablemente acerca de cuestiones relativas a la arquitectura, el urbanismo o el paisaje? ¿en qué casos sería conveniente utilizar el método científico en estas áreas del conocimiento? ¿se le da toda la importancia que se debería al planteamiento de hipótesis? ¿la investigación mediante el método científico se ha convertido en un oficio como el de fontanero o albañil (es decir, que simplemente se aprende y se aplican unas reglas aunque luego unos lo hagan algo mejor que otros? ¿los investigadores se comportan como una especie de secta que implica el conocimiento de unas reglas, el sometimiento a un procedimiento de iniciación y a unas pautas de comportamiento? ¿se trata de un negocio basado en el corporativismo en el que no importan el beneficio social, la creatividad o la eficiencia? ¿existe un código ético basado en la responsabilidad moral o social del investigador?

    Viviendas construidas en el no urbanizable entre 1997-2004. Tesis CMC

    Ahora sí que ya termino. Sólo me queda destacar la parte de las conclusiones de ambas tesis que, personalmente, más me han interesado. Me doy cuenta que ni tan siquiera he explicado de que tratan ambos trabajos (que, por cierto, y en esto se parecen, cuentan con un apartado gráfico, cartográfico y documental extraordinario) pero tengo casi la seguridad de que se van a publicar y podréis leerlos. Cristóbal Manuel Carrero dice en el suyo "El espacio suburbano metropolitano asturiano no responde a una colonización ex novo de grandes áreas abiertas de dominante rural, sino a la transformación de un complejo sistema de poblamiento tradicional existente de base agraria, y este hecho determina la singularidad de la morfología de la ocupación residencial en relación con otras áreas metropolitanas españolas". Esta constatación de la singularidad del proceso y el hecho de que, al final, el sistema y las formas de asentamiento sean convergentes independientemente de la manera en la que se han producido, resulta relevante para fortalecer una hipótesis que estoy tratando de concretar hace ya algún tiempo. Tengo el convencimiento de que la organización de las áreas urbanas en todo el mundo (incluso la forma) en el momento actual es prácticamente idéntica, independientemente del proceso que ha conducido a su establecimiento, sea planificado o no, partiendo de realidades, territorios, países y culturas diferentes. Incluso con legislaciones y formas de gobierno que se podrían calificar de antagónicas. También tengo unos ciertos barruntos de las causas pero ahora no es el momento de plantearlo.

    Secciones comparadas de las casas Gili y Guzmán. Tesis AM
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    Como las conclusiones de la tesis de Andrés no se parecen demasiado a unas conclusiones tradicionales voy a reproducir un párrafo de las mismas que, en realidad es un conjunto de citas, y que, en cierta medida permiten atizar el fuego de la investigación en arquitectura y urbanismo. Pero antes, para que pueda entenderse el significado voy a reproducir los títulos de los cuatro capítulos que organizan la tesis: Capítulo 1. El exterior como prolongación de la casa (hipótesis). Capítulo 2. La casa Gili (refutación de la hipótesis –primera parte-). Capítulo 3. La casa Guzmán (refutación de la hipótesis –segunda parte-). Capítulo 4. Cruces y proyecciones (verificación de la hipótesis). El párrafo es el siguiente: "Si algo se sentía Bolaño era latinoamericano, que es lo más parecido a una no-pertenencia; Nabokov, ruso exiliado a Norteamérica, llegó a escribir: 'me parece que no pertenezco a ningún continente definido. Soy una plumilla de bádminton volando sobre el Atlántico, y vieran [sic] qué hermoso y azul es mi cielo privado'. Borges, argentino pero anglófilo, que 'cabe sospechar que no hay un universo en el sentido orgánico unificador que tiene esa ambiciosa palabra'. Octavio Paz, mexicano profundamente viajado, defendió que 'Algunos quieren cambiar el mundo / Otros leerlo / Nosotros queremos hablar con él'. Ernesto Nathan Rogers, arquitecto, italiano, y judío perseguido durante la guerra mundial, que 'la vida hay que realizarla no como una sucesión de acciones reacciones, sino como un perpetuarse de causas activas (...). Empresa sobrehumana e inhumana, pero por tanto profundamente humana'. Todos ellos, grandes artistas, no tuvieron empacho en enfrentarse a eso que Bolaño llamó '(...) los combates de verdad, en donde los grandes maestros luchan contra aquello, ese aquello que nos atemoriza a todos, ese aquello que acoquina y encacha, y hay sangre y heridas mortales y fetidez".

    Por cierto, ambas tesis obtuvieron sobresaliente “cum laude”. Mi más sincera enhorabuena a sus autores y a los directores.


    Datos:

    Tesis: El exterior como prolongación de la casa. Los espacios intersticiales en clave tipológica, a través de dos obras de Coderch y De la Sota.
    Autor: Andrés Martínez
    Directores: Carlos Martí y Víctor Brosa
    Universidad: Politècnica de Cataluyna
    Departamento: Proyectos Arquitectónicos
    Tribunal: Félix Solaguren-Beascoa, Moisés Gallego, José Fariña, Antonio Barrionuevo y Víctor Olmos
    Fecha de lectura: 23 de septiembre de 2011
     
    Tesis: La sostenibilidad del crecimiento residencial en baja densidad. El caso del área metropolitana de Asturias.
    Autor: Cristóbal Manuel Carrero de Roa
    Director: Fermín Rodríguez
    Universidad: Oviedo
    Departamento: Geografía
    Tribunal: Tomás Cortizo, Ramón Alvargonzález, José Fariña, Oriol Nel-lo y José-León García.
    Fecha de lectura: 30 de septiembre de 2011