En el último Curso Superior de Técnico en Urbanismo de la Escuela Gallega de Administración Pública fui el tutor de un trabajo realizado por María José Caneda Cabrera que llevaba por título "Campos de golf en Galicia e Sostibilidade". Dicho trabajo es de un gran interés porque permite al urbanista y al planificador tener datos globales sobre lo que suponen los campos de golf en un territorio como el gallego con características especiales, tanto legales como climatológicas o sociales. Entiendo que el trabajo debería ser publicado, pero en tanto no ocurre, le he pedido permiso a María José para reproducir algunos párrafos. Los textos que siguen a continuación están extraídos del trabajo y he tratado de "coserlos" para que el discurso no quede muy roto. Como en casos anteriores de otras colaboraciones para este blog, y con objeto de mejorar la legibilidad, he suprimido la letra cursiva y las comillas de las citas literales. La mayor parte de las imágenes, o bien son de la autora o están extraídas de las páginas web de los propios campos. He procurado, para compensar la tristeza de los túneles de la M30 en la entrada anterior, elegir bonitas imágenes de idílicos campos verdes suavemente ondulados (la música de violín acompañando me ha parecido excesiva).
Campos de golf en Galicia e sostibilidade
María José Caneda Cabrera
La metodología empleada se ha basado en encuestas telefónicas a todos los gestores de los campos de golf existente en nuestra comunidad, así como su ubicación precisa mediante los medios de información geográfica disponibles en Internet (Google, Sixpac, Inditrans..) y la consulta del planeamiento urbanístico accesible desde las páginas-web de los propios concellos o la página de la Consellería de Ordenación del Territorio y el Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia. Se han rastreado las hemerotecas de la prensa nacional y autonómica desde el año 2000 buscando informaciones relacionadas, y se han utilizado además artículos de revistas y conferencias escritas por especialistas en sostenibilidad y estudiosos del tema.
Inventario y descripción
Existen actualmente en Galicia 22 campos de golf que ocupan más de 500 Ha. de terreno. Las superficies de estos campos oscilan entre 2 y 55 hectáreas, siendo difícilmente comparables entre sí. Se están construyendo dos más, pero son unos 26 los que han sido anunciados para el futuro inmediato en prensa y en los propios planeamientos generales de los concellos gallegos, aunque sin duda los deseados por las corporaciones municipales son incontables, a tenor de la declaraciones de los propios mandatarios y de las empresas especializadas en su mantenimiento y gestión. En la provincia de A Coruña hay nueve campos, cinco en Pontevedra, cinco en Lugo y tres en Ourense, en donde se construyen actualmente otros dos.
Mientras que en A Coruña se sitúan tanto en las proximidades de la costa (A Coruña, Narón, Boiro, Arteixo, Miño, Carballo, A Zapateira) como en el interior (Santiago, Rois), en Pontevedra están todos relacionados con el turismo próximo al mar (O Grove, Vigo, Moaña, Meis) excepto el de Mondariz-Balneario. En Ourense todos rodean a la capital de la provincia y los usuarios son más bien urbanos, asociados en clubes que surgieron antes que los propios campos. En Lugo, todos en el interior, están vinculados a Balnearios, ríos y zonas rurales (Guitiriz, Pantón, Sarria), aunque estén relativamente cerca de las ciudades (Lugo y Monforte de Lemos).
Hay un grupo de campos de uso público, que suelen estar próximos a los núcleos, en parajes más o menos naturales, cercanos a otras instalaciones deportivas o en la propia ciudad, casi como parque público: el de A Coruña, próximo a la Torre de Hércules, y el mancomunado de Meis, en Monte Castrove, ambos de acceso público y que ofrecen cursos de formación a la población.
A partir del año 2000 aumenta el número de los que van vinculados a urbanizaciones (Miño, Rois) o bien a casas de turismo rural (Boiro, San Amaro). En este momento es raro el concello que no desea alguna urbanización con campo de golf. Es como una condición para asegurar la rentabilidad de la promoción: viviendas con vistas al campo de golf, o bien para atraer el turismo en lugares despoblados -estar en el mapa- o para los que ya tienen otras atracciones turísticas, de refuerzo de éstas: en la costa, al lado de los ríos, en ciudades más o menos turísticas.... Suelen tener dieciocho hoyos, y más de 20 hectáreas, pues la superficie no es un problema en estos casos.
Hoy proliferan los de uso privado, pero con acceso más o menos público, que se asientan en zonas aisladas, al lado de ríos..., montes, parajes bucólicos... generalmente bien integrados, y que mantienen la vegetación autóctona y los bosques caducifolios. Su superficie no llega a las 50-55 hectáreas de los más sofisticados sino que están entre 2 y 25. Son los llamados pitch & putt, pues el sistema de juego se adapta a esa superficie disponible, no suelen tener más de nueve hoyos, y alguno no pasa de seis. Esto no es obstáculo para considerarlos campos de golf pues la modalidad de juego es la misma aunque se realice en menos espacio y se repitan los recorridos.
En Toén, concello próximo a Ourense, los representantes de la comunidad de montes vecinales de Moreiras-Trelle junto con el Concello y la Diputación de Ourense, han creado una fundación para promover un campo de golf en este lugar, además de otras instalaciones deportivas. Ha habido numerosas quejas por parte de grupos ecologistas y vecinos. El campo de golf de Maside se encuentra paralizado por la Consellería de Ordenación del Territorio a partir de las quejas de los propios vecinos, por invadir un camino público, un humedal protegido y un yacimiento arqueológico de origen romano.
Consumo de agua
Los datos estándar que se utilizan en comunidades como Cataluña (200.000 m3/año) y en Andalucía (entre 700.000 m3/año y 1.000.000 m3/año) para regar un campo de golf suponen un gasto de agua que un país seco en su mayor parte como es España no pueden mantenerse por mucho tiempo. Estas cifras no son trasladables a la (todavía) España húmeda del norte, pero eso no significa que se pueda justificar el derroche de agua o la alteración de cauces y acuíferos.
En Galicia, los campos de golf se riegan como mucho durante 6 meses (de abril a setiembre, en años secos como el 2006), y durante ese tiempo no se riega todo el campo igual (sólo el green necesita un riego bastante continuo en días secos). Hay campos, y zonas de algunos de los campos objeto de estudio, que sólo se riegan los dos meses de verano, julio y agosto. En años lluviosos, como en el 2007, sólo ha hecho falta regar 3 ó 4 meses. Oscila según el clima y el microclima, la orientación, el soleamiento, la altitud, los vientos, el índice de evapotranspiración (ETP)...etc.
Si analizamos los cuatro campos estudiados:
-En Boiro hay un campo de golf de 7,5 Ha. que consume unos 30.000 l/día (sólo durante seis meses), esto significa 4.000 l/Ha.día, regando esos seis meses al año.
-En San Amaro consumen 20.000 l/día para regar un campo de 5 Ha. Esto quiere decir que al cabo del año (regando seis meses) se gastan 4.000 l/Ha.día
-Guitiriz tiene un campo de golf de 9 Ha. que consume 120.000 l/día (sólo durante seis meses). Al cabo de un año se gastan una media de 13.333,33 l/Ha.día.
-En Pantón se consumen unos 700.000 l/día (sólo durante los meses de riego) y tiene de superficie 50 ha. Esto significa que gastan 14.000 l/Ha.día al cabo de un año.
-Consumen entre los cuatro (71,50 Ha.) 8.833,33 l/día.Ha. de media (durante esos 6 meses).
Procedencia del agua consumida
Podemos decir que en interior, llano o monte, el agua procede de: río; de escorrentía que se drena a un depósito o lago artificial; regatos que se drenan hacia lagos artificiales de los que luego parte el riego por aspersión; la propia agua de lluvia almacenada en lagos artificiales; la propia agua de lluvia retenida en lugares que tradicionalmente se han inundado; pozos o manantiales.
En el campo de golf de la isla de A Toxa, O Grove, y a pesar de las restricciones que sufre esta zona en verano, y según las fuentes consultadas, hay datos contradictorios: el que dice que se nutre de agua procedente de la traída municipal y el que habla del agua procedente de la depuradora municipal.
En alguno de los campos de golf estudiados, al estar en medio de una población y no tener una superficie demasiado grande (A Coruña, Torre de Hércules), el agua de riego de la cual disponen en el campo de golf, al igual que para las zonas verdes, es la de abastecimiento, con el consiguiente gasto de agua tratada, aunque el riego se realice sólo dos o tres meses al año. Teniendo en cuenta que este campo va a ser ampliado, debería tenerse en cuenta la insostenibilidad de regar con agua potable, que ha sufrido todo tipo de tratamientos y controles para ser utilizada por la población.
Accesibilidad
Los campos de golf raramente se encuentran próximos a las ciudades, por lo que su uso va ligado siempre a un desplazamiento. Suelen ocupar lugares bucólicos, como ya se ha comentado, o vinculados a turismo rural, aeropuerto o balnearios. Al igual que casi todos los campos de deporte exigen un gasto de combustible para acceder a ellos.
En el caso del campo de golf de A Zapateira en el límite con el concello de Arteixo, su distancia a Coruña (varios km.) y su difícil acceso (monte, vías estrechas y empinadas...) lo convierten en uno de los que más consumo de combustible y contaminación puede provocar. Hay otros casos de campos de golf en montes bastante inaccesibles: el de Moaña, Pontevedra, vinculado a una urbanización residencial, sobre el monte próximo a Domaio y con vistas a la ría de Vigo; el de Monte Castrove, que a pesar de ser municipal está lejos de los lugares más poblados. En el caso de Pantón, en Lugo, por estar vinculado al balneario, ubicado en donde se hallan los manantiales, también supone un desplazamiento para las poblaciones grandes más próximas, aunque el uso de este campo parece también restringido a los usuarios del hotel balneario, lo cual lo hace inaccesible socialmente a personas con bajo poder adquisitivo.
Los campos de golf vinculados a urbanizaciones, de baja densidad, chalets adosados, pareados... vivienda unifamiliar… etc., es lo que ahora se está dando con más asiduidad, y van incluidos en un modo de vida, el de la urbanización aislada, que de por sí es insostenible por lo que supone de gasto energético, de viales, de servicios e infraestructuras. Aunque los que usan los campos de golf no son los habitantes de la urbanización aneja únicamente, el hecho de estar aisladas del resto de los núcleos hace que se produzca un gasto de combustibles por su inaccesibilidad, y la consiguiente contaminación ambiental por emisión de CO2. Si además el acceso es muy restringido, entonces ni siquiera hay una contrapartida social que justifique su consumo, o la posibilidad del transporte público.
Situación urbanística
Los campos de golf en Galicia se han venido ubicando en suelos de muy diversa clasificación, debido a que no todos han sufrido un filtro legal durante su implantación, bien porque se hicieron en una época de menor control institucional sobre el territorio, bien porque las autoridades no vieron en esta actividad deportiva elementos que exigiesen su control. Y últimamente, ya con la Lei 9/2002 do 30 de decembro de ordenación urbanística e protección do medio rural y su modificación de 2004 en vigor, por la permisividad de algunas administraciones locales, a veces implicadas ellas mismas en la promoción de campos de golf que no se han sometido a las autorizaciones autonómicas preceptivas.
Hay muchos campos en suelo clasificado como suelo rústico de protección agrícola o forestal. A veces cuentan con un plan especial para el campo de golf (Ponteareas / Mondariz-Balneario), en otros casos se implantan de forma más o menos sutil, sin modificar a primera vista el entorno, respetando las servidumbres legales en torno a los ríos (Monforte y Pantón, ambos sin PXOM todavía), y en otros modificando mucho el paisaje y sin pedir ningún tipo de autorización autonómica como Maside, hoy paralizado (esto no es lo habitual, a no ser en campos muy pequeños).
San Amaro y Boiro, vinculados a turismo rural: el primero en la finca del Pazo de A Touza, el segundo en la Rectoral de Moimenta son campos gestionados por la misma empresa, ambos de pequeño tamaño (entre 5 y 7 Ha) y en suelo rústico. San Amaro no tiene planeamiento general propio, se rige por las NSP Provinciales de 1991, y Boiro, en su Plan General del año 2003 clasifica como rústico el entorno de la Rectoral de Moimenta, en Macende, donde se sitúa el campo de golf, además de contar con una protección de yacimiento arqueológico en el entorno de la iglesia, próxima al campo, y de protección de cauces del río que atraviesa el paraje.
En suelo urbano está uno de los de A Coruña, el campo de golf municipal en Avenida da Torre, próximo a la Torre de Hércules, que va a ser ampliado próximamente en tres hoyos más, y que forma parte del equipamiento deportivo de la ciudad.
A Zapateira, en A Coruña, uno de los campos más antiguos (1962) y con más fama, tiene su campo de golf en parte en el concello limítrofe de Arteixo. Coruña, en su Plan general de 1998 clasifica el suelo en donde se implanta como suelo rústico, las Normas Subsidiarias de Arteixo como no urbanizable (hoy rústico).
Algunos campos de golf se sitúan sobre suelo urbanizable y ya aparecían reflejados en el planeamiento general de sus municipios, como el de Miño (PXOM de 2002, promovido desde el propio concello, con un Plan Parcial de 2003, hoy recién inaugurado), Rois (PXOM de 2002 y Plan Parcial Club de golf Val de Rois de 2004) o el de Domaio, Moaña (Plan Parcial en 1993, Normas Subsidiarias de 1996, y Plan Especial en 2003). Suelen conllevar el desarrollo urbanístico de su entorno con actuaciones de baja densidad. En este mismo caso se encuentra también el campo de golf de Moaña, en San Lourenzo-Domaio. Se sitúa en una ladera con vistas a la ría de Vigo en la que se están construyendo las urbanizaciones que lo rodean y lo han hecho posible, con el consiguiente impacto visual. Este campo está incluido dentro de un Plan Parcial del año 1993 y contó con un Plan Especial en el año 2001. Moaña no tiene PXOM, su planeamiento se rige por unas Normas Subsidiarias del año 1996.
El campo municipal de Monte Castrove, se inaugura en el año 2000, pero será con el Plan General de Meis de 2003 cuando aparecerá reflejada toda su superficie con calificación de equipamiento deportivo, y rodeado de un suelo que se clasifica como rústico apto para urbanizar, lo que hace suponer el futuro de ese entorno inmediato. Ni Guitiriz ni Sarria cuentan con plan general, tienen unas NSP de 1985 y 1986 respectivamente, por lo que es presumible que el suelo en el que se sitúan sus campos de golf sea suelo rústico, teniendo en cuenta que no han desarrollado ningún plan de parcial relacionado con los campos de golf. En el mismo caso está Monforte de Lemos, con NSP de 1985, sin ningún planeamiento de desarrollo y un campo de golf en uno de los meandros de su río Cabe, al norte de la ciudad de Monforte. El campo de golf de Montealegre, en Ourense, con un PXOM del año 2003, aparece entonces como equipamiento deportivo en un suelo rústico de protección forestal, rodeado de un suelo que se clasifica en ese plan como urbanizable delimitado residencial. El campo de golf fue inaugurado en los años 90.
En Lugo, en un núcleo próximo a la ciudad y capital de provincia, rodeado de campos cultivados, está un campo de golf: próximo al núcleo rural de Sta. Marta de Fixós. Lugo tiene un Plan General del año 2000 y ningún plan parcial que desarrolle un campo de golf. Carballo, Narón, y Arteixo, en la provincia de A Coruña, tienen pequeños campos de golf próximos a núcleos rurales, entre zonas cultivadas, en suelo rústico de protección agrícola y forestal.
El campo de golf del Balneario de Mondariz, como ya se dijo, contó con un Plan Especial del Campo de Golf en el año 1999 en el concello limítrofe de Ponteareas, donde se ubica. Ponteareas no tiene PXOM, cuenta con unas NSP del año 1995. Los Aeropuertos de Lavacolla en Santiago y de Peinador en Vigo, ambos con campo de golf, son casos similares: el de Santiago con un Plan General de 1994 (está en proceso de tramitación el nuevo PXOM) en el que se califica de equipamiento deportivo el terreno del Aeroclub lindante con el aeropuerto de Lavacolla. Alrededor: suelo rústico y suelo de expansión de núcleo; el de Vigo es un plan de 1993 (está también en proceso de aprobación su nuevo PXOM) y en él, el entorno del aeropuerto en donde se ubica el campo de golf del Aeroclub de Vigo aparece reflejado como suelo de protección de servidumbre aeronáutica. Hay que tener en cuenta, como en otros casos, que estos campos se inauguran antes de que existiesen estos instrumentos de planeamiento actuales: el de Santiago en 1976, el de Vigo (el más antiguo) en 1951.
Autora: María José Caneda Cabrera
Aunque haya quedado una entrada algo larga y densa, y pidiéndole disculpas a María José por haber seleccionado sólo algunos párrafos de diferentes capítulos salteados, pienso que será de interés para todos aquellos que leen este blog y, por supuesto, para mis alumnos. En mi caso me ha resultado particularmente esclarecedor conocer la situación urbanística. Situación de la que podrían extraerse jugosos comentarios. Uno de los más obvios (y me gustaría saber lo que pasa en otras Comunidades Autónomas) se refiere a la indefinición de la figura del campo de golf como tal y, como consecuencia, la diversidad de situaciones en las que puede encontrarse.
En el suplemento "propiedades" de El País viene este viernes un artículo sobre las dificultades de venta de los productos inmobiliarias asociados a los campos de golf. Parece que la crisis inmobiliaria les está afectando muy directamente. Los compradores de segunda residencia no están dispuestos a pagar el plus de los gastos corrientes asociados. Y la venta a los extranjeros ha bajado mucho. Según el artículo "el problema son los complejos proyectados que están a la espera de salir al mercado". Igual las cosas se ajustan solas. Las fotos con el verde y el agua son tan bonitas que dan ganas de vivir en sitios así. Marga.
ResponderEliminarFinalmente, no tengo claro si los campos de golf en sí mismos contribuyen a la sostenibilidad o es lo contrario más allá de su consumo escandalosdo de agua.
ResponderEliminarNo obstante, lo que si creo es que de alguna manera no llenan el territorio de construcciones y algún día pueden revertirse hacia un pasado agrícola o incluso vegetal preexistente.
El problema es el de las promociones urbanísticas que los acompañan y a las que sirven de coartada.
Por fin, lo científico sale a pasear, que no a jugar al golf. He descubierto tu blog y creo que, en parte, pagada una deuda que tenía contigo desde hace meses. Esto es una invitación para seguir trabajando por lo mismo desde distintos sitios.
ResponderEliminarMás allá de la indeterminación jurídica del concepto "campo de golf" late la "des"organización territorial del Estado español.
A ello también me dedicaré desde mi recién creado blog http://mariantoniatrujillo.blogspot.com
Enhorabuena por el tuyo.
No creo que los campos de golf en sí mismos sean buenos o malos, sostenibles o insostenibles. Lo que sí creo es que utilizados como "señuelo" para la venta de promociones inmobiliarias situadas en sitios estrambóticos son nefastos. Respecto al consumo de agua y energía, abonos y pesticidas es verdad que se pueden equiparar a los terrenos agrícolas. Pero los terrenos agrícolas "producen cosas" tales como alimentos o energía y un campo de golf no "produce" más que una diversión para ricos (lo digo por lo que cuesta su práctica). Gerardo Contreras.
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