sábado, 3 de diciembre de 2016

McDonough y Braungart: De la cuna a la cuna

En el año 2002 William McDonough y Michael Braungart publican el libro Cradle to Cradle: Remaking the Way We Make Things. En su momento tuvo un impacto importante ya que parecía suponer un nuevo enfoque en la teoría del diseño. En esta serie de libros que todo planificador o diseñador urbano debería conocer (y que, poco a poco, voy completando) ya iba siendo hora de comentarlo. Para hacerlo, seguiré la traducción española titulada Cradle to cradle (de la cuna a la cuna): rediseñando la forma en la que hacemos las cosas. En realidad, aunque la traducción literal esté bien y la expresión “De la cuna a la cuna” haya hecho fortuna, probablemente una más adecuada sería “Del origen al origen”. En cualquier caso tuvo el mérito de señalar que eran posibles otros enfoques diferentes del diseño “sostenible”, tanto al tradicional como al de las 3R adoptado con entusiasmo por la ecología.

Cradle to Cradle, de la Cuna a la Cuna   ecologing

William MacDonough es un arquitecto norteamericano (aunque nacido en Tokyo en 1951). Fue decano de la escuela de arquitectura de Virginia y ha ganado importantes premios nacionales e internacionales. Fundador del estudio de arquitectura y diseño William McDonough and partners, ha llevado a cabo diferentes proyectos de arquitectura y urbanismo en todo el mundo. Ha diseñado desde zapatillas para Nike hasta un pueblo sostenible en China, Huangbaiyu. Bueno, el pueblo no es que haya tenido mucho éxito, de las 42 casas construidas sólo tres se han podido realizar de forma más o menos correcta ya que los problemas de diseño y coste eran demasiado importantes. El antropólogo norteamericano Shannon May, después de residir un año en Huangbaiyu (subvencionado por Intel) tuvo que marcharse desanimado ya que, según su opinión, no se trataba precisamente de un pueblo sostenible.

William MacDonough  inhabitat

Michael Braungart es un químico alemán nacido en 1958 en el pueblo de Schwäbisch Gmünd. Colaboró con Greenpeace como responsable de su sección química. Fundador de la International Umweltforschung GmbH (EPEA) en Hamburgo, imparte docencia en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Suderburg. Es doctor en química por la Universidad de Hannover desde 1985 y asesor científico del Hamburg Environmental Institute. Con William MacDonough, aparte de escribir juntos el libro que estamos comentando, funda la compañía McDonough Braungart Design Chemistry (MBDC), dedicada a proyectar soluciones sostenibles para la industria y al asesoramiento de instituciones y empresas aplicando un sistema de desarrollo sostenible basado (entre otras cosas) en la eliminación de residuos.

Michael Braungart  rsm

Sin embargo, el libro Cradle to Cradle no surge de la nada, cuenta con antecedentes que ya marcaban una dirección bastante clara. Habría que empezar por John T. Lyle, que en 1995 estuvo relacionado con MacDonough con ocasión de un taller con estudiantes y especialistas de todo el mundo y cuya influencia en el libro es evidente. Y es que Lyle llevaba desde los años setenta del pasado siglo XX poniendo las bases del llamado “diseño regenerativo”. Todo empezó después de haber realizado con sus alumnos de arquitectura del paisaje de la Universidad Politécnica de California en Pomona un trabajo de campo consistente en el diseño de una comunidad autosuficiente sin que se produjera menoscabo del medio ambiente. Podríamos simplificar sus propuestas diciendo que los sistemas regenerativos se asemejan a los ecosistemas en que no produccen residuos.

Lyle Center for Regenerative Studies, Pomona  cpp

También habría que citar al economista y arquitecto, Walter Stahel que, junto a Genevieve Reday, redacta en el año 1976 un informe para la Comisión Europea llamado The Potential for Substituting Manpower for Energy donde se ponen las bases de una economía en bucles (Economía Circular, concepto muy relacionado con el libro que estoy reseñando y al que dedicaré próximamente un artículo), mediante la que trataba de mejorar la creación de empleo y la competitividad minimizando el consumo de energía y la producción de residuos. Como se observa la cuestión de los residuos aparece siempre que se tratan estas cuestiones. Realmente fue Stahel a finales de esta década el que propuso la expresión “Cradle to Cradle” que luego serviría de título al libro de MacDonough y Braungart. Fue el fundador en Ginebra del Product Life Institute. Este informe fue publicado en 1982 con el título de Jobs for Tomorrow, the Potential for Substituting Manpower for Energy.

Influencia de la gestión de residuos en USA
Señalar en la imagen para verla más grande  syanez

El mismo Stahel junto con Börlin en otro informe llamado Economic Strategies of Durability – longer product-life of goods as waste prevention strategy, demuestra (analizando treinta casos de estudio) que una economía circular es más rentable que una lineal y que su éxito depende de la reestructuración de la industria y su entorno. Este informe no estuvo exento de controversia y se alzaron algunas voces reivindicando, frente al sistema “De la cuna a la cuna”, otro basado en el más tradicional “De la cuna a la tumba” (Cradle to Grave) contrario a la economía circular y que, según sus defensores era además compatible con el sistema actual. No querría meterme ahora en esta polémica sino, simplemente señalar que el libro que comentamos no surge de la nada sino que es el resultado de un posicionamiento ante un sistema que, ya veremos es muy complicado de aplicar en la práctica, pero con bases teóricas muy fundamentadas.

El modelo tradicional: de la cuna a la tumba  C2Cplatform

Bien, ya va siendo hora de hablar del libro en sí. Las 186 páginas de la edición en castellano se dividen en seis apartados: 1.-Cuestión de diseño. 2.-Por qué lo menos malo no es bueno. 3.-Eco-efectividad. 4.-Basura = Alimento. 5.-Respetemos la diversidad. 6.-La Eco-efectividad en la práctica. Por el nombre que tienen los seis capítulos ya se puede comprender que se trata de un libro que se lee sin dificultad. Además, incluye ejemplos que lo hacen más comprensible, e incluso (a trozos), hermoso. Por otra parte no es muy extenso y está bien editado. Pero lo importante del libro se encuentra en los conceptos que están detrás de las palabras. Conceptos que, según hemos visto, no son propiamente originales sino que están basados en un conjunto de ideas que, desde la publicación en los años sesenta del pasado siglo de Silent Spring de Rachel Carson, se han ido consolidando (Lyle, Stahel, Reday, Börlin…) y ampliando.

Primavera y un cerezo en flor  Irene Montero en pinterest

Veamos cuales son. La idea principal es que deberíamos imitar a la naturaleza. Por muchas razones pero una muy importante para el funcionamiento del sistema económico es que la naturaleza crea valor. Hay un párrafo en el libro en el que hablan del cerezo, que se repite en muchísimos sitios de internet (tantos que no me resisto a transcribirlo porque a mucha gente de debe parecer de interés): “Cada primavera saca miles de flores, que más tarde caen al suelo: eso no parece muy eficaz. Pero las flores se convierten en alimento de otros seres vivos, así que su abundancia es tanto segura como útil, ya que contribuye a la salud de un próspero sistema interdependiente. Además, el árbol produce múltiples efectos positivos, emite oxígeno, transpira agua o crea un hábitat, entre otros. ¡Y encima es bonito!”. Claro, el problema es la forma de conseguirlo. El cerezo lo ha conseguido, parece que los humanos no.

La ecoeficiencia no es suficiente
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En el año 1992, en la Segunda Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro (más conocida por Cumbre de Río), se creó un foro llamado Business Council for Sustainable Development en el que se gestó el término de eco-eficiencia. Básicamente lo que se proponía era limitar la cantidad de emisiones peligrosas producidas por la industria. A partir de este planeamiento surge la llamada regla de las tres erres adoptada de inmediato por los movimientos ecologistas. Aunque es bien conocida por los lectores del blog voy a recordarla: reducir, reutilizar, reciclar. Reducir el consumo y los desechos. Reutilizar, darle a cualquier objeto producido otra vida útil. Reciclar, convertir desechos en productos nuevos. Esta regla de las 3R ha llegado a popularizarse masivamente y ha contribuido a que el sistema productivo se vea desde otra perspectiva.

Regla de las tres erres

Sin embargo, para toda esta corriente que estamos analizando y en la que está el libro de McDonough y Braungart, esto no es suficiente. Y no lo es por la sencilla razón de que no elimina el problema sino que lo minimiza. Es decir, lo único que se consigue es alargar la agonía. El hecho de que reduzcamos al mínimo los desechos no significa que no se produzcan desechos. Y al ritmo de consumo actual, con una población en el planeta que ya supera los siete mil millones y medio de habitantes, el sistema de las 3R no cura la enfermedad. Estamos ante la aplicación de cuidados paliativos para un enfermo que tiene los días contados. No se trata de hacer las cosas menos mal, sino de hacerlas bien. Este cambio de óptica es lo que se intenta con el sistema de “La cuna a la cuna”. Y lo que se propone es el cambio del término eco-eficiencia por el de eco-efectividad. Claro, no se trata de sustituir una palabra por otra, sino plantear el tema desde otro punto de vista ligeramente distinto.

Un bote de pintura puede contaminar millones de litros de agua  slovak

Se puede leer en el libro de McDonough y Braungart: “Sinceramente, la eco-eficiencia sólo hace que los sistemas antiguos y destructivos lo sean un poco menos. En algunos casos puede incluso ser más perniciosa, porque su funcionamiento es más sutil y con consecuencias a largo plazo. Un ecosistema puede realmente tener más posibilidades de retornar a un estado sano y completo después de un rápido colapso que deje algunos nichos intactos, que tras un proceso lento, deliberado y eficiente de destrucción de la totalidad”. Así planteado, el sistema tradicional que se está siguiendo (por ejemplo, en casi todos los sistemas de certificación energética o de sostenibilidad) relativo al ciclo de vida del producto parece que no cumple la expectativas necesarias. La base fundamental del sistema podríamos resumirla en la expresión “basura cero”. Pero esto es fácil de decir pero muy difícil de hacer.

Desechos tóxicos  ecositio

Para ello proponen que diferenciemos el metabolismo biológico del técnico. Los objetos habría que diseñarlos de dos formas. Aquellos totalmente biodegradables que no sea necesario reciclar, y aquellos fáciles de reciclar. Los problemas suelen aparecer cuando se juntan ambos. Desde esta perspectiva se entiende que el ciclo técnico debería de imitar al biológico. Como se puede ver en el esquema de abajo se considera a todos los materiales que forman parte de un proceso productivo como nutrientes, de forma que unos son técnicos y se rigen por el planteamiento de ser el origen de otros, y los demás son biológicos constituyendo la base de la vida de otros seres. Aunque la propuesta no parece diferenciarse demasiado de los planteamientos tradicionales y no es revolucionaria, permite una visión del problema desde otra perspectiva distinta. Este cambio en la óptica es, para mí, la verdadera aportación de la propuesta.

El ciclo biológico y el técnico
 Señalar en la imagen para verla más grande  ekoideas

En el capítulo titulado “Basura = Alimento” se incluyen algunos ejemplos ilustrativos de esta forma de ver las cosas. Desde industrias textiles en las que el agua se devuelve con una calidad mayor que cuando entra, hasta automóviles en los cuales todas sus piezas se pueden aprovechar cuando termina su ciclo de vida. Esta diferencia entre metabolismo técnico y biológico es importante ya que, aunque en el biológico no se produce degradación en las sucesivas “reencarnaciones”, en el técnico es más complicado conseguirlo. Por eso resulta imprescindible que no exista una disminución del valor del producto. Es decir, que los productos se diseñen de forma que se puedan reciclar “hacia arriba” (sin que su calidad empeore en el ciclo siguiente), oponiendo esta situación que se podría llamar upcycling a la corriente de downcycling.

Más allá del reciclado  Furrer y Shutterstock en gbtimes

Se puede leer en el libro de McDonough y Braungart  que: “Hay que rediseñar las cosas pensando en el uso presente y futuro de los materiales. Una parte retornará a la biósfera, otra parte se quedará necesariamente en la tecnósfera. Los nutrientes tecnológicos como el plástico, el cristal o los metales se tienen que reutilizar. Los nutrientes biológicos, como la madera, el algodón o el corcho son compostables y pueden volver a la tierra”. Pero esto sólo es una parte. En realidad, para que sea posible se tienen que dar algunas condiciones adicionales (que también están en la base de la llamada Economía Circular). Además de separar los materiales según su ciclo biológico o técnico y planificar un sistema de gestión de nutrientes que nos diga qué hacer con los materiales al terminar su ciclo, hay que fabricarlos con un consumo mínimo de agua que se devuelva a la naturaleza en iguales o mejores condiciones de las que estaba, mediante energías renovables y con criterios de responsabilidad social.

Elementos críticos: gestión del agua y uso de renovables  expansión

La cuestión de la responsabilidad social es importante y significa que en el diseño del producto deberá considerarse al personal encargado de su fabricación, y las empresas deben incluir en el plan y en toda la cadena de suministro las cautelas necesarias para asegurar que no se estén violando los derechos fundamentales y que los trabajadores no se conviertan, a su vez, en un elemento “tóxico” más de la producción. La cuestión de los tóxicos (ahora hablo de las substancias nocivas) y la salud, de una larga tradición desde la publicación de Silent Spring de Rachel Carson, también tiene una gran importancia en este sistema. Todo esto hay que conseguirlo de forma que se elimine del proceso cualquier elemento que pueda producir problemas a la salud de las personas, tanto de las que lo fabrican como de las que lo consumen. Es decir, que todos los componentes químicos o físicos que intervienen sean seguros desde el punto de vista de la salud.

MBDC Empresa creada por McDonough y Braungart
 Señalar en la imagen para verla más grande  MBDC

Al llegar a este punto probablemente los lectores del artículo estarán diciendo que, por supuesto, todos estamos de acuerdo con esto. Incluso en el año 2016 nos pueden parecer un conjunto de lugares comunes y que no aportan demasiado a la perspectiva que tenemos actualmente de los procesos de fabricación y consumo. Sin embargo esto no era así a comienzos de este siglo cuando McDonough y Braungart escribieron el libro. Y, además, como hemos visto, en realidad las ideas ya estaban incluso explícitas en muchos sitios diferentes, desde principios de los años setenta del pasado siglo XX. Pero como tantas cosas en el mundo actual un lema o un adjetivo afortunado a veces hacen más desde el punto de vista social que cientos de páginas de sesudas investigaciones, y la expresión “de la cuna a la cuna” frente a la “de la cuna a la tumba” ha hecho fortuna. Es algo así como “el desarrollo sostenible”, “la infraestructura verde” o las “Smart Cities”. El problema, por supuesto, es llevar todo esto a la práctica.

Certificación C2C
 Señalar en la imagen para verla más grande  MBDC

Para conseguirlo McDonough y Braungart pensaron que una de las formas de hacerlo era mediante un sistema de certificación. De forma que crearon la empresa MBDC y se pusieron a ello. Ahora mismo existe un certificado Cradle to Cradle (C2C) en sus modalidades bronce, plata, oro y platino y ya hay bastantes productos que cuentan con esta distinción. Comprendo que son necesarias las entidades de certificación. También comprendo las urgencias vitales en un mundo como el actual, lo que significa que también comprendo que un planteamiento teórico con muchos elementos positivos se intente convertir en un negocio. Pero mire Vd., en el año 1924 el diario español ABC correspondiente al jueves 24 de julio publicaba la siguiente fábula (luego retomada por Victor D’Ors en una de sus publicaciones y que recogí en un artículo del blog dedicado a Cortázar), y que voy a adaptar convenientemente al tema que nos ocupa:

La fábula del ABC del 24 de julio de 1924
 Señalar en la imagen para verla más grande  ABC

Un químico alemán (que podría ser perfectamente Braungart acompañado por su amigo y sin embargo arquitecto McDonough) en Torres Vedras, obtiene macarrones de las piedras (proceso industrial muy interesante siempre que no se desprendan productos tóxicos); después invierte la operaciones y obtiene piedras de los macarrones (por ejemplo, para revestir la ciudad de la cultura de Santiago sin necesidad de traerlas en barco desde Brasil). Total, que el alemán las piedras deja idénticas que están (perfecta operación industrial mediante la cual entramos en un ciclo infinito entre piedras y macarrones de forma que ambos se van convirtiendo sucesivamente uno en cuna del otro). Esto enseña que el niño y el anciano deben de acostarse muy temprano (prístina conclusión que nos lleva a obtener el certificado C2C mención platino del niño, del anciano, de los macarrones y de las piedras).

¿De la cuna a la cuna? ¿De la cuna a la tumba?  angelescordoba

Para terminar he introducido algo de humor en un tema muy serio por dos razones de peso. La primera, para que mi amigo Antonio Folgado no diga que estoy perdiéndolo (me refiero al sentido del humor). Y la segunda, porque determinadas cosas muy serias a veces hay que tomarlas de forma menos seria ante la inmensa tarea que tenemos por delante. El problema no es saber qué hacer. Más o menos, en estos momentos tenemos bastante claros algunos de los elementos críticos sobre los que hay que actuar para enderezar el rumbo de una nave que va directa a los acantilados. Lo que ya tenemos bastante menos claro es cómo llevar estos principios a la práctica y, sobre todo, cómo convencernos todos de la necesidad de hacerlo. En algunos temas, como el cambio climático, ya le empezamos a ver las orejas al lobo, pero en cuanto distinguimos sus contornos, cerramos los ojos (a veces conscientemente) para que siga la duda que nos permita disculparnos por no hacer nada.

 
Nota 1.-El libro de William McDonough, Michael Braungart comentado hoy se publicó por primera vez en inglés en el año 2002 por la editorial Nort Point Press en USA con el título de Cradle to Cradle: Remaking the Way We Make Things. La edición en español que he manejado lleva por título Cradle to cradle (de la cuna a la cuna): rediseñando la forma en la que hacemos las cosas. Fue publicada por la editorial McGraw-Hill en el año 2005 y la traducción de la primera edición inglesa es Gregorio Pérez Van Kappel. Cuenta con 186 páginas distribuidas de la siguiente manera: Agradecimientos; Prólogo a la edición española; Introducción: Este libro no es un árbol; 1: Cuestión de diseño; 2: Por qué lo menos malo no es bueno; 3: Eco-efectividad; 4: Basura = Alimento; 5: Respetemos la diversidad; 6: La Eco-efectividad en la práctica; Notas.

Nota 2.-Aparte de los enlaces que aparecen en la fotos del texto tienen también bastante interés los siguientes: Página web MacDonough; Página web de Braungart; Página de MBDC; La opinión de Shannon sobre el pueblo sostenible chino de Huangbaiyu.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

La ciudad y el territorio

En el año 2013 escribí un artículo en el que reflexionaba sobre la evolución de esos artefactos que algunos todavía llaman ciudades, fijándome (a la manera de Walter Benjamin) sólo en aquellos aspectos necesarios para construir el relato que necesitaba. He decidido retomarlo y adaptarlo al blog porque pienso que puede ser útil para mis alumnos del máster universitario en Planeamiento Urbano y Territorial que imparte mi departamento de la Universidad Politécnica de Madrid. Y lo haré respondiendo a las dos preguntas tópicas: ¿De dónde vienen las ciudades en qué vivimos? ¿A dónde van? No se trata de dar una visión detallada y aséptica, sino más bien a vuelo de pájaro y con la intención de averiguar el rumbo que lleva el barco. Hay magníficas historias del urbanismo y del urbanismo moderno (mencionadas en muchos artículos del blog) y ellas me remito para un relato menos parcial e intencionado.

Así sería la ciudad de Kahun en el Antiguo Egipto. La cultura,
 el clima y el territorio determinan la forma.  architektonator

Nuestras ciudades históricas han surgido de necesidades muy variadas. En un cruce de caminos, en el paso de un río, para conquistar o repoblar un territorio. Pero en todos los casos atendiendo a condiciones locales muy específicas y concretas. Sus pobladores, antes incluso de poder ser considerados ciudadanos, estaban indisolublemente unidos al territorio en el que vivían. Esta simbiosis entre personas y territorio trajo consigo una serie de relaciones basadas en el conocimiento mutuo y, muchas veces, en la lucha por la supervivencia. Durante siglos las ciudades no fueron más que centros de libertad y de ayuda para defenderse de los enemigos, de los elementos, de las fieras, del miedo a estar solos. Y poco a poco se fueron consolidando como formas de asentamiento altamente eficientes, como centros de innovación, como lugares donde las personas eran razonablemente libres.

La ciudad medieval como ciudad local. Se decía que
 “el aire de las ciudades hace hombres libres”.  teachingresources

Pronto se empezaron a producir movimientos migratorios del campo a la ciudad en busca de mejores oportunidades y de una vida más confortable. Aunque hubo épocas históricas en las que algunas ciudades no sólo decrecieron, sino incluso llegaron a desaparecer. Pero todo cambió con la segunda gran revolución que se produjo en la historia de la Humanidad después del momento en el que se hizo sedentaria: la industrialización. La Revolución Industrial trajo consigo cambios irreversibles en la concepción, construcción y organización de las ciudades que se volvieron sucias, insalubres y altamente insolidarias. Aumentó la desigualdad de una forma espectacular y fue necesario recurrir al planeamiento tal y como hoy lo conocemos para resolver los problemas creados. Tuvieron que inventarse instituciones como la expropiación y mecanismos de regulación como la zonificación que cambiaron la forma de hacer ciudad.

La ciudad producida por la Revolución Industrial,
 la más insalubre de la historia urbana.  viajeros

El planeamiento urbanístico, como previsión de lo que será la ciudad en el futuro, resolvió muchos de los problemas creados por la ciudad de la Revolución Industrial. E hizo posible el éxito de esa extraña invención en la que se aloja ahora mismo más de la mitad de la población mundial. Sin embargo, el planeamiento también trajo consigo no pocos males. Las ciudades dejaron de construirlas los ciudadanos y su diseño y organización se dejó en manos de los técnicos que poco a poco las fueron desvinculando del territorio, olvidando las limitaciones derivadas de su ámbito cercano a base de ampliarlo cada vez más. Los mismos modelos urbanos que se construían en la periferia de Londres se construían también en Madrid, Dubai o Singapur. En algunos casos, exactamente las mismas tipologías, las mismas formas, incluso los mismos planos casi sin adaptarlos más que a las legislaciones propias de cada lugar.

La ciudad descontextualizada, de cualquier lugar.
 No importa la cultura ni el territorio.  chris dent en metalocus

Dejó de tener importancia la distancia geométrica para adquirirla la temporal. Ya no importaban los kilómetros sino los minutos que se tardaba en alcanzar el centro.Trozos enteros se empezaron a desgajar de la ciudad para instalarse lejos, a kilómetros, en medio del campo. Ya no era imprescindible estar cerca en el plano, era suficiente con estar cerca en el tiempo. De esta forma se empezó a construir  una ciudad fragmentada, en la mayor parte de los casos de muy baja densidad, rompiendo la naturaleza, separándose entre sí las distintas funciones y exacerbándose la segregación y las desigualdades de una forma verdaderamente espectacular. Desapareció la conciencia local al romperse el vínculo entre ciudadanos y territorio, aumentó la insolidaridad y, sobre todo, la ineficiencia en el funcionamiento del modelo creado. Ya no sólo los centros tradicionales se igualaron en las diferentes partes del mundo sino toda la ciudad, incluidas las áreas periféricas.

La ciudad del automóvil, la más insostenible.
 Se cambia el concepto de distancia por el de tiempo.  dpz

El problema es que todo esto significaba un incremento muy importante del consumo y de la producción de desechos, lo que unido al aumento creciente de la población mundial, hizo que se rozara la biocapacidad de la Tierra para suministrar energía, suelo, agua y materiales, y para absorber toda la contaminación producida. Como ya se ha dicho muchas veces a lo largo de los diferentes artículos del blog, el momento crítico según la mayor parte de los cálculos realizados, se produjo en mitad de la década de los ochenta del pasado siglo veinte. En aquellos años el consumo de planeta igualó su biocapacidad. O lo que es lo mismo, la huella ecológica de la humanidad igualó la superficie de la Tierra. A partir de entonces estamos sobreconsumiendo planeta porque no solo agotamos todo lo que el planeta es capaz de producir sino también, y cada vez a mayor ritmo, todo lo que ha ahorrado a lo largo de milenios.

La ciudad del consumo ilimitado y el comercio global.
 La vida entera en un Centro Comercial.  sscdominicana

A la vez, se ha ido creando una conciencia planetaria, basada en unas formas de consumo comunes, generadas por las grandes compañías multinacionales y por la publicidad, y gracias a las posibilidades de los medios de comunicación de masas. De forma que las imágenes de marca, y las marcas, han ido sustituyendo progresivamente a los objetos. Y esto es válido, tanto para Coca-Cola, como para IBM, McDonals o Google. Este compartir formas, valores, o iconos comunes en todo el planeta, ha traído consigo la pérdida de relación con el sitio, con el lugar, con el territorio en el que vivimos. Territorio que apenas conocemos en muchos casos, mientras que sabríamos decirle a cualquiera como es el Central Park o reconocer el museo Guggenheim justo frente al lago, en pleno Manhattan. El comercio internacional se ha hecho cada vez más imprescindible y espárragos producidos en Perú se consumen en Madrid, o el crudo extraído en Kuwait se quema en una central térmica italina para producir electricidad.

Y luego está el turismo, ese ente exterminador de culturas y
 esencia de la sociedad del consumo y el despilfarro.  pernangoni

Millones de personas se desplazan entre países por el mero placer de conocer esos iconos creados por la publicidad y la industria turística. Las referencias arquitectónicas mundiales, y las áreas urbanas, responden a esta forma de entender lo global porque, debido a la necesidad de abarcar la mayor cantidad de público posible, se construyen de acuerdo a unos cánones comprensibles por todo el planeta. Esta es la situación actual. Después de un largo camino, lo que ahora llamamos ciudades y que tienen poco que ver con las antiguas ciudades, se ha apoderado no sólo de todo el territorio sino también de los valores, de las formas, y de su organización. En unas partes del mundo más que en otras. Pero la tendencia es esta, y los objetivos de los gobernantes en América, en Europa o en África, son estos. La ciudad global, la arquitectura global, las formas globales, en buena parte del planeta están aniquilando las ciudades locales, la arquitectura local, las formas locales. Y esto que, aparentemente, incluso parece bueno, es un drama y un problema cuya solución no se ve de momento.

Ciudades complejas, como este dibujo de  Gulliver Hancock
 para el centenario de Jane Jacobs. +grande señalar imagen ciudadesaeh

Porque resulta que el primer mandamiento que debe cumplir cualquier sistema para subsistir, para defenderse mejor de las desestabilizaciones internas o externas, es el de ser complejo. Y complejidad significa diversidad y relaciones entre diversos. Progresivamente hemos ido simplificando todo. Desde las formas hasta las lenguas, pasando por costumbres ancestrales que han desaparecido, se han volatizado, en un par de generaciones. Cada vez que deja de hablarse una lengua en el corazón de África sustituida por el inglés, se reduce la complejidad del sistema. Cada vez que un artesano deja de producir un objeto y es sustituido por otro manufacturado, se reduce la complejidad del sistema. La globalización ha traído consigo ventajas irrenunciables la más importante de las cuales es la de haber creado una conciencia planetaria. Pero el momento en el que nos encontramos es un momento crítico en el que ya se distinguen con toda claridad los límites hasta los que nos acercamos cada vez más rápido.

Previsiones por sectores del consumo energía para 2035.
 Según el World Energy Outlook (WEO) 2010. IEA lychnos/csic

De estos límites se deriva el segundo mandamiento que deberíamos de atender: la necesidad de reducir el consumo y los desechos, de hacer más eficientes nuestros edificios y nuestras ciudades. Hasta el momento hemos funcionado con un dispendio absoluto basado en el transporte de toneladas de materiales y de alimentos. Con pérdidas importantísimas llevando la energía en todas sus formas de un lugar a otro del planeta. Con un crecimiento absurdo de millones de viajes entre países y entre continentes. Nuestras ciudades, planificadas, pensadas y organizadas para resolver los problemas creados por la revolución industrial no sirven para resolver los creados por la revolución global sino que los agravan. Y es que las condiciones de contorno han variado. Las exigencias del siglo XXI son diferentes a las de siglos pasados y, además, mucho más críticas. Ya no es suficiente que la arquitectura y el urbanismo construyan artefactos eficaces y bellos. Ahora es imprescindible que sean también eficientes.

Economía circular: minimizar los flujos y cerrar
 los ciclos sin interferencias externas  innodriven

Y que, además, esta eficiencia redunde en una disminución del consumo global. Para ello es imprescindible que exista un cambio de valores. Los valores basados en el crecimiento indefinido (cosa imposible en un planeta finito) deberán ser sustituidos por otros basados en el desarrollo sin crecimiento y en la economía circular. El progreso ya no será ser cada vez más grande, sino ser cada vez mejor. Para que esto ocurra resulta imprescindible cambiar el enfoque. De una conciencia local se ha pasado a una conciencia global que ha traído consigo un funcionamiento insostenible del sistema. Para cambiarlo hay que recuperar el ámbito local. Pero no el ámbito local tradicional. Han pasado muchas cosas desde que las ciudades se organizaban, se pensaban, se planificaban localmente. Cosas que no se pueden ignorar. La vuelta a lo local que requieren las actuales condiciones planetarias no puede ser la vuelta a las condiciones de organización, pensamiento y planificación de la ciudad medieval.

El éxito de la agricultura de proximidad está en la conciencia
 del ciudadano, la calidad y nuevas formas de distribución  iecologics

Tenemos que volver a la agricultura de proximidad, pero la agricultura de proximidad del siglo XXI no será igual que la de la ciudad de épocas anteriores. Por supuesto que tenemos que ser autosuficientes energéticamente, pero desde que la principal fuente de producción de energía era la biomasa han pasado muchas cosas, y la energía solar, la eólica, la geotérmica o la del mar deberán pasar a primer plano. Hay que entender los ecosistemas que rodean nuestras ciudades para que nos suministren servicios verdes sin agotarlos y que cerrar el ciclo del agua en las bio-regiones. Además es necesario dejar de producir desechos. La naturaleza no produce desechos sino que la materia transformada pasa a formar parte del sistema. Se habla mucho de economía circular. Yo prefiero hablar de cerrar los ciclos. Pero, en cualquier caso, la idea es bastante clara: es necesario que los productos, una vez utilizados y transformados, vuelvan a tener un papel en el sistema productivo y, por supuesto, en el ecológico.

Algunas ciudades ya cierran ciclos y reducen flujos. Si hay recursos,
 el modelo Hammarby puede ser un ejemplo. +grande señalar imagen  researchgate

Todo esto es importante. Pero también proponer formas de gobernanza diferentes como resultado de los nuevos tipos de relación entre ciudadanos. En un mundo digital en el que la información es personalizada, instantánea y con posibilidad de que no esté mediatizada, no podemos seguir con los mismos sistemas que en el siglo XX. El potencial es inmenso, pero el peligro también. Y esto, necesariamente, esta relacionado con nuevas formas de construir y organizar nuestras ciudades y de proyectar los edificios. Por ejemplo, la planificación urbana ya no se puede entender como la organización de un territorio delimitado administrativamente. Los ámbitos de planificación urbana deberán comprender todos los ecosistemas que interactúan con la ciudad y, en muchos casos, entender a las áreas más antropizadas en si mismas como un socio-ecosistema con intervención directa de una ciudadanía convenientemente instruida en aquellos aspectos críticos sobre los que sea necesario decidir.

Es necesario un planeamiento integral que considere los
 ecosistemas y sus servicios.  +grande señalar imagen  ecomilenio

De forma que el objetivo no debería ser el crecimiento, sino el desarrollo y la felicidad de los ciudadanos. Para ello, la intervención de los propios habitantes en la construcción de la ciudad en la que viven o van a vivir, es irrenunciable. Pero para que esto sea posible deberá cambiar la implicación de los técnicos que deberán trabajar inventando nuevos sistemas de información que hagan ciudades más transparentes y comprensibles para todos. El objetivo prioritario de una ciudad inteligente, de una Smart City como quieren llamarla las grandes multinacionales, debería ser el hacer accesibles y comprensibles para todos (y no solo para unos pocos) los miles de datos que ya estamos en condiciones de recolectar, cruzar y analizar. Y para poder conseguirlo las autoridades locales tendrán que poner toda la atención en explicar al ciudadano como funciona su ciudad. No parece haber otra forma de que, en su caso, pueda plantear con conocimiento de causa qué ciudad es la que realmente quiere.

OpenData Smart City Ayto. Barcelona. Imprescindible, pero el paso
 siguiente es hacer comprensibles los datos. +grande señalar imagen opendatabcn

Esta necesidad de una vuelta a una conciencia local que sea capaz de entender que las ciudades no son “quistes en el territorio”, sino que forman parte del mismo (no en el sentido de mimetizarse con él, sino en el de establecer unas relaciones fluidas y armoniosas con la naturaleza en la que está inserta) es una necesidad evidente en momentos de crisis como los actuales en los que está cambiando el rumbo de la nave. Esta vuelta a una conciencia urbana local, pero a una conciencia urbana local diferente a todo lo experimentado anteriormente, es lo que se está empezando a ver como el elemento crítico en el cambio que ha de producirse. En Estocolmo, en Vancouver, en Vitoria, en Seattle, en Malmö o en Portland, la agricultura de proximidad, la consideración del territorio, del clima, del contexto, locales, los intentos de cerrar los ciclos del agua, de los materiales o de la energía, empiezan a considerarse como de prioridad máxima y como objetivo básico para la sostenibilidad del sistema.

Un árbol de paneles solares ¿mejor que los naturales? Puede
 ofrecer wifi, recargar un USB e iluminar por la noche.  omicrono

Pero esta vuelta a una ciudad local no significa "imitar" las condiciones locales. El árbol de paneles solares que figura en la imagen de arriba debería hacernos reflexionar. Porque otra de las características de esta "revisita al lugar" es que la ciudad no debe tampoco dejar de ser parte de una conciencia planetaria o global. Dejo en el aire la cuestión del árbol de paneles para discutirla en clase, pero la adaptación de las formas, las técnicas, la organización, de nuestras ciudades a contextos locales no significa la renuncia a lo que tienen de innovación las formas, las técnicas y la organización de contextos genéricos. Estas dos maneras de abordar la realidad del planeamiento y de la arquitectura que se avecinan, deben de coexistir y hay que aprovechar lo mejor de ambas. En cualquier caso habría que evitar que el objetivo final sea un pensamiento único que nos haga vulnerables a perturbaciones externas o internas que afecten al sistema. Un mosaico de culturas, de formas, de pensamientos diferentes, con sus fronteras, sus áreas mixtas y sus identidades, junto a una conciencia global, es la hipótesis con la que se está trabajando en los centros de investigación en planificación urbana y territorial más innovadores. Probablemente sea el único futuro medianamente viable.


Nota.-El artículo original que me ha servido de base para su adaptación al actual fue publicado por la revista MAS del Colegio de Arquitectos de Arequipa (Ecuador) en octubre de 2013 con el título de “Historia de las ciudades: Retorno a la conciencia local”.

lunes, 3 de octubre de 2016

Espacios públicos para una vida activa

A finales de este mes el Ministerio de Sanidad, Servicio Sociales e Igualdad del gobierno de España va a celebrar la III jornada sobre implementación local de la estrategia de promoción de la salud y prevención en el SNS, que lleva por título “Caminando juntos por la salud”. Como me han encargado una ponencia sobre las condiciones urbanísticas que favorezcan una vida más activa he pensado que sería interesante plantear este tema en el blog a pesar de que ya lo he tratado en diferentes ocasiones y, sobre todo, en el artículo “Ciudades para las personas mayores”. Pero no tengo ninguno destinado al público en general en el que se resuman todas las condiciones que posibiliten (y, sobre todo, no impidan) una vida más activa de todos los ciudadanos en calles, plazas y parques de nuestras ciudades. De forma que he decidido escribirlo.

Una vida más activa en nuestras ciudades  circulaseguro

Con objeto de clarificar un poco el tema, que es muy amplio e importante para todos, trataré de agrupar algunas de estas condiciones en dos grandes apartados. El primero que se refiere a determinaciones que son propias del planeamiento general (municipal o supramunicipal, incluso territorial en algunos casos). Y el segundo, más relacionado con el llamado planeamiento de desarrollo y, sobre todo, con el proyecto urbano. Y voy a poner el énfasis sobre este segundo grupo mucho más cercano a la ciudadanía y comprensible por aquellos que no se dedican a la planificación urbana y territorial. Dentro del primer grupo voy a mencionar solo cuatro elementos básicos: la contaminación (sobre todo contaminación aérea), las densidades, la mezcla de usos y la utilización de determinadas tipologías arquitectónicas y urbanísticas. 

Contaminación

Probablemente sea este uno de los temas que, a lo largo de la historia, ha conseguido resolver el planeamiento con mayor efectividad. La ciudad que produjo la Revolución Industrial era una ciudad, básicamente, contaminada. Y lo era debido a la mezcla de usos y a la ausencia casi total de controles sobre los focos emisores de productos contaminantes. Eso no quiere decir que, en la actualidad, no exista contaminación, incluso de más tipos que antes, pero técnicamente es un problema resuelto (si se quiere resolver, claro).

La ciudad de la Revolución Industrial  thinglink

Por supuesto que no era sólo contaminación aérea, también del suelo y del agua. La separación de las industrias, sobre todo las más contaminantes, de la vivienda ayudó bastante a resolver el problema sobre todo de la contaminación aérea. También la consideración del urbanismo desde el punto de vista de la técnica dando prioridad a un abastecimiento de agua limpio y a un saneamiento eficiente. Estos tres elementos, separación de funciones, agua y saneamiento, históricamente están reconocidos como elementos clave en el aumento de la esperanza de vida de la humanidad. Hoy en día el planeamiento los tiene controlados. Por supuesto, esto no quiere decir que no existan “accidentes” o negligencias a la hora de formalizar un plan.

Densidades suficientes

Este sí es un tema controvertido que he analizado con bastante profundidad en otro artículo del blog titulado “Estándares y densidad subjetiva” y que publiqué el 1 de junio de 2013. También puede ser interesante leer el experimento con ratas que hizo John Calhoun en los años setenta del pasado siglo XX y que describo en el artículo “El sprawl es bello” (3/sep/2012). Si tuviera que resumirlo en pocas palabras diría que es necesaria una densidad mínima que permita la vida urbana y que posibilite en una economía de mercado la existencia de instalaciones de proximidad (comerciales, equipamientos, servicios).

Densidad, condición para una  ciudad de proximidad  callesdepamplona

Una de las bases de la vida activa es que buena parte de los desplazamientos “obligatorios” puedan realizarse a pie. Es decir, que para ir a comprar el pan no tengamos que arrancar el coche. O para ir al parque, o para ir al centro de mayores, o al colegio, o a la guardería, o a la biblioteca. Pero para que estas instalaciones de proximidad sean posibles es necesaria una densidad mínima que las rentabilice. Esta densidad depende de muchos factores, desde los económicos hasta la composición de la pirámide de edades. Incluso del diseño de los edificios o de la tipología arquitectónica. Esto no significa que cuanta más densidad mejor. El experimento de Calhoun nos debería de hacer reflexionar y, además, los estudios sobre densidad percibida nos dicen que también varía en función de muchos factores. Entre otros los culturales.

Complejidad de usos

Como hemos visto, una de las soluciones que le dio el planeamiento a la ciudad producida por la Revolución Industrial fue la separación de funciones: vivienda, industria, comercio, educación, administración, etc., deben de tener su territorio separado y distinto. Años después, este principio llevado al extremo ha producido, paradójicamente, una de las ciudades más disfuncionales de la historia, la que he llamado en muchos sitios “ciudad fragmentada”.

La urbanización fragmentada en áreas monofuncionales
 imposibilita la ciudad de proximidad  streetsblog

Esta ciudad fragmentada impone una construcción urbana realizada a trozos, en áreas urbanas discontínuas y, además, de baja densidad. Aquí un conjunto de viviendas de precio muy elevado, allí un conjunto comercial, al otro lado vivienda protegida, más a la izquierda un enorme parque y, a lo lejos, una zona industrial. Esto ha traído consigo un gran consumo de energía y contaminación al tener que realizarse los desplazamientos entre trozos en vehículo privado ya que son demasiado grandes las distancias para ir andando o en bicicleta y demasiado bajas las densidades para posibilitar un transporte colectivo eficiente y rentable. También supone una ocupación de suelo desmesurada rompiendo las áreas de naturaleza y, además, produciendo una segregación socio-espacial como no se ha producido nunca en la historia de la ciudad. Hay que volver a sistemas complejos con mezcla social, de usos y de funciones que posibiliten ciudades de cercanía y que permitan que la mayor parte de los desplazamientos se hagan a pie.

Uso de tipologías adecuadas

Determinadas tipologías urbanísticas y arquitectónicas actúan como elementos que reducen la animación del espacio público hasta convertirlo, en el mejor de los casos, en algo que sólo sirve para circular (y lo más rápidamente posible). Sobre todo aquellas como la manzana cerrada, con espacios comunes interiores privados en los que pueden existir, desde juegos de niños hasta piscinas o pequeñas áreas verdes de acceso restringido a la comunidad de propietarios. O las típicas urbanizaciones que van convirtiendo la ciudad en pequeñas islas separadas unas de otras y sin más vida común que en el ámbito reducido de cada comunidad.

Las tipologías de viviendas con patios interiores
 urbanizados matan la vida urbana  mitula.com

En estas condiciones no podemos esperar que pueda producirse una educación en la urbanidad, necesaria para que exista interacción con “el otro”. Surge el miedo y la tendencia es a encerrarse en mayor medida todavía en las capsulas supuestamente seguras en que hemos convertido nuestras comunidades. La relación es solo con nuestros iguales y la actividad de andar queda reducida en muchos casos a cortos desplazamientos en el interior de las manzanas. No se puede decir que exista vida urbana (por lo menos en el sentido tradicional) y calles, plazas y parques quedan sin función aparente o solo para aquellos que no puedan “gozar” de sus propios “espacios públicos limitados a los iguales”.

Tipologías solo residenciales sin mezcla de usos
 en los bajos produce calles sin animación  sansedecerca

El segundo grupo parece que tiene una incidencia más directa en las posibilidades de utilización del espacio público, aunque algunas de las anteriores se constituyen en una verdadera condición necesaria que puede imposibilitar cualquier arreglo que se intente a partir del proyecto o del diseño urbanos. No obstante, sería necesario que se cumplieran la mayor parte de las condiciones que pasaremos a analizar a continuación. Entre ellas destacan: las ambientales (tales como la contaminación acústica o la electromagnética), las de confort (climático, instalaciones urbanas, paisaje), las sociales (posibilidad interacción incluso con el otro, lugares de encuentro), las de seguridad (frente a las agresiones de coches, bicis, delincuencia, pavimentos en malas condiciones y otras parecidas) y aquellas relacionadas con la accesibilidad. Todas tienen una gran importancia y, además, no son independientes una de otra. Juntas actúan sinérgicamente bien de forma positiva o negativa.

Condiciones ambientales adecuadas

Independientemente de las cuestiones de contaminación que deben de tratarse en el planeamiento hay otras que dependen de forma importante del proyecto urbano. Así, la utilización de arbolado para disminuir puntualmente la contaminación por partículas utilizando especies que permitan su fijación. O el adecuado diseño que, más allá  de las obligaciones normativas, mantenga la contaminación acústica en unos niveles adecuados.

Cables de alta tensión cerca de una guardería  laopinion

También debería verificarse todo lo relacionado con la contaminación electromagnética y la existencia de zonas verdes de proximidad. Respecto a la contaminación electromagnética, muchos de sus focos emisores están en discusión, particularmente los repetidores de telefonía móvil, pero de otros (como los cables de alta tensión) hay abundante literatura sobre sus efectos perniciosos. Las zonas verdes de proximidad deberían de cuidarse con especial atención. No solo porque esté demostrada su eficacia para rebajar las puntas de estrés prácticamente en la mitad del tiempo que en una plaza o en una calle, sino que cuando se combinan con programas de ejercicios al aire libre o aparatos, son evidentes los beneficios derivados de la realización de una mayor actividad física. Aparte del interés que tienen sin duda para la socialización e, incluso, para la reducción de la contaminación.

Confort en el espacio público

Aunque el diseñador urbano tiene pocos elementos para controlar las condiciones climáticas del espacio público, si que puede hacer algo para conseguir un mayor bienestar. Para ello debería de jugar con dos elementos esenciales: el soleamiento y las sombras. Estudiando con cuidado tanto las cartas solares como los diagramas de confort puede llegar a conseguir unos espacios urbanos en los que el viandante se sienta cómodo. El principio es muy sencillo: producir sombras allí donde se necesitan y en el momento adecuado. Y utilizar la radiación solar el resto. Para ello puede recurrir a los propios edificios, la topografía y los árboles.

Un banco adecuadamente situado en situación de
 confort no tiene precio foto del autor

Presupuesto el confort climático dentro de las posibilidades anteriores habría que hacer del espacio público una prolongación de vivienda. Esto significa que deberíamos instalar el mobiliario adecuado: bancos situados de forma estratégica con mesas allí donde fuera necesario, servicios (W.C. públicos), aparatos para realizar ejercicio físico, juegos de niños e, incluso, en la medida de las posibilidades del municipio wi-fi gratuito en lugares adecuados. Por supuesto, todo ello en un marco de paisaje urbano bello. Es decir, que esté lo más alejado de una supuesta zona de guerra en que se han convertido algunas de nuestras calles, plazas y parques. Además, un paisaje urbano bello, limpio y ordenado es una de las bases fundamentales de la seguridad subjetiva. Y necesitamos sentirnos seguros cuando salimos fuera de casa para ver a otras personas, hacer ejercicio físico o, simplemente, pasear.

Posibilidades de socialización

Pero lo que ha diferenciado a la ciudad de cualquier otra forma de organización social es su capacidad para educar en la urbanidad. Educar en la urbanidad no es otra cosa (como afirman sociólogos como Sennett o Bauman) que aprender a convivir con el otro, con el que no es como nosotros. Es la capacidad de interactuar con todos sin miedo, y llegar a una relación más o menos superficial o intensa en función de las apetencias individuales. Para ello el espacio público ha de suministrar lugares seguros que posibiliten la relación entre los ciudadanos.

Los espacios públicos activos de encuentro son básicos para
 conseguir que la gente salga y se relacione  anuevayork

La existencia de lugares de encuentro y descanso es fundamental en este aspecto e incluso un espacio tan aparentemente destinado al tránsito de personas y vehículos como una calle puede ser proyectado de forma que haga esto posible. Pero, por supuesto, también las plazas y los parques. Incluso en algunos lugares se han aprovechado las rotondas, esos espacios tan aparentemente imposibles de acondicionar para estos fines, con un éxito notable.

Seguridad

El miedo al otro, resultado de la falta de educación en la urbanidad propiciado por diseños urbanos que priman el cerramiento en capsulas casi impenetrables de determinados grupos sociales ha traído consigo una de las grandes lacras de la ciudad actual, la sensación de inseguridad que tienen muchos urbanitas al pasear por sus calles, parques y plazas. Se trata de un sistema que se autoalimenta de forma que, cuanto más se encapsula la sociedad en cubículos segregados, más falta hay de educación en la urbanidad (y más temor) lo que hace que la retracción sea todavía mayor. Esto vacía el espacio público por miedo y el resultado son calles solitarias todavía más inseguras tanto desde el punto de vista subjetivo como objetivo.

Calles solitarias, sin condiciones de seguridad frente a la
 delincuencia, limitan el uso del espacio público  mamor

El diseño urbano tiene que empezar a considera la cuestión de la seguridad como prioritaria si queremos que el espacio público se use. Existen métodos para hacerlo. El problema es que son muy poco conocidos por la mayor parte de los proyectistas y diseñadores. Pero la seguridad no debe ser sólo frente a la delincuencia. También a que un coche o una bicicleta no arrollen a un peatón, o que el tranquilo paseo por una calle de una persona de más de ochenta años no le suponga una rotura de cadera por tropezar con una baldosa fuera de su sitio.

Accesibilidad

Termino este repaso a las condiciones básicas que deberían tener nuestros espacios públicos reivindicando una ciudad para todos. Para mayores, para niños, para mujeres, para personas con algún tipo de problema físico. Me diréis que ya existen leyes. Leyes estatales, leyes autonómicas, ordenanzas municipales. Claro que existen, pero el caso es que a pesar de tanta normativa, nuestras ciudades siguen sin ser ciudades para todos. Y no lo serán mientras los diseñadores y los proyectistas urbanos no tengan asumida la necesidad de que lo sean. Y, por supuesto, mientras que toda la ciudadanía no lo reclame de forma imperativa.

Necesitamos ciudades para todos, no solo para coches  betera.com

El artículo de hoy lo he escrito pensando no solo en los lectores tradicionales del blog. Va dirigido también a aquellas personas alejadas de nuestro campo de actividad (el urbanismo, el paisaje o la ordenación del territorio) con objeto de hacer comprensibles algunas cuestiones que, muchas veces, se rodean de un aura de misterio con el objetivo oculto de hacerlas incomprensibles. Pienso que, si alguien me lo pide, puedo sostener con pruebas todas las afirmaciones que he hecho a lo largo del texto ya que son muchos años trabajando en investigaciones relacionadas con los temas que he tratado. Pero este blog no es una revista de investigación. Mi objetivo en este artículo era centrar los aspectos esenciales que permitan el debate y la discusión. También me parece que tiene una cierta utilidad como resumen de cosas que habría que verificar cuando llega a nuestro conocimiento una actuación a realizar en nuestra ciudad. Conseguir que el espacio público sea más amable, más sano, más seguro, más socializador y más útil debería ser el objetivo de todos los que trabajamos en la construcción de la ciudad.

domingo, 4 de septiembre de 2016

La Cañada, siete años después

El cuatro de septiembre de 2009 (hay que ver cómo pasa el tiempo) escribí un artículo en el blog titulado “Cañada Real Galiana, la vergüenza de Madrid”. Hoy, siete años después, otro cuatro de septiembre pero de 2016, pienso que la situación ha empeorado respecto a la que denunciaba entonces. No es sólo que no se haya resuelto el problema de vivienda de muchas de las familias que, en precarias condiciones, han ocupado el dominio público, sino que la desafectación producida en el año 2011 ha puesto al alcance de aquellos que pretenden aprovecharse de un bien que es de todos, el hacer un lucrativo negocio e impedir la función, básicamente ecológica, que algunos pensamos hay que darle en la actualidad a las vías pecuarias. Pero en el artículo de hoy no voy a incidir en esta cuestión sino que voy a tratar de complementar y actualizar aquel otro de 2009 con la visión del tema de una de mis alumnas.

Esto es Hollywood (mejorando lo presente)  adaptiveactions

En el año 2014, y destinado a mi asignatura del máster de Planeamiento que imparto en la UPM, Candela Morado  redactó un trabajo que se titulaba: “La reivindicación de un patrimonio identitario común. La Cañada Real Galiana, una suma de territorios”. Con esta base preparó al año siguiente su proyecto fin de máster, dirigido por el profesor Javier Ruiz, y que llevaba por título “La ciudad en sus límites: El caso de la Cañada Real Galiana de Madrid”. Ambos trabajos me han servido para preparar el artículo de hoy. Como en casos anteriores, lo que he hecho con los escritos de Candela ha sido adaptarlos a la estructura del blog, lo que significa sacarlos de un contexto de investigación al que iban dirigidos y sumergirlos en otro más de motivación para aquellos lectores interesados por los temas urbanos. Tanto la selección de imágenes como los comentarios son exclusivamente responsabilidad mía.

Pasan los años, siguen los mismos problemas  elpais

Su idea era demostrar que el tramo de la Cañada estudiado no es el territorio homogéneo y uniforme que aparenta, sino una suma de realidades con formación y evolución diferentes que, lo más probable es que respondan al sistema de creación de espacios de frontera, entre un urbanismo reglado y otro informal más o menos precario. Para ello aborda el tema desde tres puntos de vista. El primero, que podríamos denominar de estado de la cuestión territorial y morfo-tipológico. El segundo, analizando cómo se ve desde los mass media. Y el tercero, atendiendo al discurso de los actores afectados. A partir de ahora voy a reproducir, en algunos casos textualmente y en otros en interpretación libre, los dos trabajos de Candela pero, como es bien sabido por los lectores del blog, no pondré comillas, ni cursivas ni citas, pero la autoría es suya (lo mismo que las imágenes sin referencia).


La Cañada Real Galiana en Madrid
Autora: Candela Morado

La Cañada Real Galiana es una de las vías pecuarias más importantes del estado español. Constituye una de las nueve grandes Cañadas Reales que recorren la Península de norte a sur y que se integran la Red Nacional de Vías Pecuarias. Tiene su origen al sur de la provincia de la Rioja finalizando en la de Ciudad Real. El tramo de la Cañada Real Galiana que va a ser objeto de este trabajo corresponde a los 15 kilómetros de vía dentro de la Comunidad de Madrid, desde Coslada hasta Getafe.

Empieza el conflicto, regulación versus marginalidad  observatoriome

En el año 1974 se autorizó a utilizar las parcelas de las vías pecuarias para hacer huertos, de este modo comenzaron los asentamientos en la Cañada Real. Durante 40 años se han ido consolidando las construcciones en el territorio, las casas de aperos fueron convirtiéndose en viviendas, dando solución habitacional a muchas familias que llegaban a la capital. La falta de uso, su carácter de suelo de dominio público y el desarrollo de áreas urbanas contiguas fueron factores que impulsaron el asentamiento. Hoy en día son más de diez mil los habitantes que viven repartidos en los 15 km. de la Cañada. Hace siete años, coincidiendo con la aprobación de los Planes de desarrollo urbanístico de la zona (Los Berrocales, Valdecarros, Cañaveral, Los Ahijones y Los Cerros) la Cañada Real se puso en el centro del debate tras 40 años de pasividad por parte de la Administración. Comenzaron entonces las presiones de desalojo de la Cañada y la urgencia por buscar una solución para los territorios ocupados.

La Cañada desafectada. Adiós trashumancia, adiós  romero

En 2011 la Comunidad de Madrid decidió desafectar la Cañada, es decir, convirtió el bien de dominio público en bien particular, la vía pasó al régimen de bienes patrimoniales de la Comunidad de Madrid al no cumplir supuestamente con las funciones que se le suponían (vía para la trashumancia y actividades compatibles). Los terrenos de la Cañada ahora pueden ser vendidos, permutados o cedidos. Con esta decisión se dificulta de forma muy importante la posibilidad de recuperar su calidad ecológica y a la vez coloca en una situación de vulnerabilidad a los asentamientos, teniendo en cuenta los grandes intereses económicos que hay en esa zona por la fuerte presión urbanística.

Hermosas vistas en primera línea de marginalidad  gentedigital

Con este trabajo pretendemos estudiar la formación de territorios fronterizos, reflexionar sobre los límites tanto físicos como simbólicos de las ciudades. ¿Qué ocurre cuando lo urbano se disuelve y pierde su forma habitual, cuándo las relaciones sociales que propicia dejan de responder a los modelos urbanos habituales? La Cañada Real Galiana nos permite estudiar procesos de urbanización que quedan en los márgenes, en las “afueras” de las ciudades. Lo urbano se construye en relación con un “otro” que le permite dibujar sus límites mediante procesos de constitución de subjetividades frente aquello que Julia Kristeva denomina “lo abyecto”. La ciudad no sólo requiere de esos márgenes, si no que éstos forman parte consustancial de ella: son sus vertederos, sus mercados negros, sus espacios de pobreza…, todos ellos conforman lo que podemos llamar su contra-modelo de referencia.

La Cañada son muchas Cañadas  teinteresa
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Y es que estos procesos no responden a un modelo único de formación de fronteras. Incluso en un espacio aparentemente homogéneo como éste veremos que no es así. En una primera aproximación descubrimos un territorio que aparece muy uniforme, con una huella constante desde Coslada a Getafe, que bien podría ser el sueño de Ciudad Lineal de Arturo Soria. Esta regularidad de huella territorial se debe a que se respeta rigurosamente la vía central de circulación de un ancho variable entre 8 a 10 metros, resultando unas parcelas con unos 30 de fondo a ambos lados. Pero las cosas cambian cuando hacemos un análisis más detallado. Vamos a intentarlo desde tres “escalas” o partes, desde las que pretendemos aproximarnos a una realidad compleja difícil de narrar de manera lineal y desde una posición única.

Situación legal y morfología

¿En qué estado legal se encuentra en estos momentos? En el año 2011 se aprueba la ley 2/2011, de 15 de marzo mediante la que, a pesar de reconocer que la Cañada Real Galiana forma parte del “valioso patrimonio común” se desafecta íntegramente el tramo que nos ocupa. De forma que los bienes de dominio público pasan ahora a tener la condición de bienes patrimoniales y de esta forma la Comunidad Autónoma podrá disponer de ellos para enajenarlos, cederlos o permutarlos o lo que tenga a bien hacer.

Enero de 2016, reunión de la Mesa Social  espormadrid

En 2014 y pasados más de tres años de desencuentros entre administraciones se redacta un Acuerdo Marco entre la Comunidad, la Delegación de Gobierno, y los ayuntamientos de Madrid, Coslada y Rivas. Con este documento se pretendían una serie de objetivos comunes en las materias de seguridad, urbanismo, vivienda, social y jurídico-civil. Se crean una serie de mesas compuestas por vecinos, técnicos y especialistas para llegar a soluciones de consenso. El acuerdo finalmente lo firman todos los ayuntamientos menos el de Rivas Vaciamadrid. A día de hoy, el proceso no termina de tomar impulso y las convocatorias de las mesas son muy escasas o inexistentes, por lo que dos años después el problema continua sin solución.

Abril de 2016, se anuncia un plan de choque  madridpress

Desde el punto de vista morfológico la huella constante y regular que contiene a la Cañada Real queda rota bruscamente por las grandes vías de alta velocidad: M-45, R-3, M-50 y A-3, que no solo fragmentan la vía principal, si no que suponen grandes barreras. Por lo que el paisaje de continuidad ahora resulta fragmentado y se crea una desconexión entre las partes de forma que las vías constituyen barreras y generan zonas de peligro, ruido y contaminación. Pero a pesar de estar cosida por tantas vías de comunicación, la Cañada tiene unos accesos a infraestructura de transporte público muy deficientes. Sólo aquellas zonas cercanas a núcleos consolidados como Coslada o Rivas Vaciamadrid disponen de autobuses urbanos y servicio de metro. La dificultad de comunicación condiciona e incluso limita las posibilidades de vida de la población, su desarrollo de actividades diarias y sus relaciones.

El insuficiente sistema de transporte público
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También su estructura lineal extensa provoca una continua frontera física respecto a la ciudad próxima. A lo largo de su recorrido limita con Coslada, los desarrollos urbanísticos en marcha (Los Cerros, Los Ahijones, Los Berrocales, El Cañaveral, Valdecarros), Villa de Vallecas y el municipio de Rivas-Vaciamadrid. Salvo el contacto con Coslada que surge de manera suave, sin generar disonancias con el ya consolidado, el resto de los contactos resultan muy problemáticos. Son múltiples los intentos de los vecinos de la Cañada de crear accesos a las zonas asfaltadas, y también constantes los bloqueos de esas salidas con bloques de hormigón o bolardos. Cortes de las autovías, escasa presencia de transporte público y el bloqueo de las posibles conexiones con los barrios próximos, conforman una frontera física que aísla y limita la capacidad de movimiento de los habitantes de la Cañada y les deja como única alternativa de tránsito la vía central, a menudo embarrada, que la atraviesa como una espina dorsal.

Áreas morfo-tipológicas

Esta fragmentación nos ha llevado a detectar hasta siete áreas morfo-tipológicas, cada una con sus características diferenciales pero que, a su vez, se pueden agrupar en tres tanto por la función que cumplen como por los elementos que las conforman. Una primera (1 y 2) con tejido unifamiliar de huerta y jardín con servicios mínimos autogestionados. Una segunda más variada (3,4 y 5) que incluye tejido industrial de pequeña escala. Y el tercer grupo (6 y 7), el situado más al sur, con zonas muy desconectadas y marginales.

La Cañada desde los mas media

La segunda aproximación se hizo desde la escala mediática. Tomamos como muestra todas las noticias publicadas entre los años 2001 y la actualidad en los dos periódicos de principal tirada en España: El Mundo y El País. Se eligieron estos dos medios por considerar que son los más relevantes en la creación de opinión y también por facilidad de acceso ya que ambos cuentan con hemeroteca digital. El análisis mediático los dividimos en cuatro puntos: relevancia del tema, temáticas que aborda, identificaciones y palabras recurrentes.

Análisis de las noticias en periódicos I
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Muy pocas noticias eran las que se publicaban en El País o en El Mundo antes de 2006. Pese a ser un asentamiento que se establece en los años 60, no parece tener importancia para los medios, tan solo media docena de noticias al año nos hablan de la problemática que se sufre en este territorio. Sin embargo observamos con claridad como del año 2006 al año 2007 esta tendencia cambia y las noticias sobre la Cañada se multiplican hasta casi ocho veces. En 2007 hay 39 noticias y en 2011 tiene su pico superior con casi 60 noticias al año, lo que resulta a más de una noticia por semana durante ese año. La pregunta a la que se ha dado ya contestación sería por tanto: ¿Qué ocurre en la Cañada en esos años 2006-2007 para que empiece a ser noticia?

Análisis de las noticias en periódicos II
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También es notable la clara mayoría de artículos publicados en estos años en relación a la Cañada Real cuyo tema central son las drogas o la delincuencia y violencia. Del total de 437 noticias analizadas entre los años 2001-2015, 190 tienen como tema central las drogas o la violencia, 95 se centran en la situación legal del asentamiento, 86 sobre los derribos de construcciones y en un porcentaje ya muy inferior noticias de acción social (41 noticias) y problemas ecológicos (25 noticias). Observando las fotos que las acompañan encontramos una amplia colección de imágenes de archivo de la policía con droga incautada, chabolas, imágenes de derribos de vivienda, niños jugando entre basura y políticos en sus despachos anunciando nuevas medidas o actuaciones en el territorio de la Cañada. Estas imágenes refuerzan esa idea estereotipada de “ciudad sin ley” y “asentamiento marginal”.

Redada contra el menudeo de droga en la Cañada  elnortedecastilla

Los actores que aparecen principalmente en las noticias analizadas como sujetos de acción son miembros de la policía, políticos (sobre todo E. Aguirre, A. Ruíz-Gallardón y A. Botella), miembros de la administración, drogadictos y traficantes. No son muchas las ocasiones en las que se citan a los habitantes de la Cañada como actores o sujetos políticos con capacidad de agencia, que realicen actividades diferentes de las criminales. Los vecinos aparecen con roles pasivos sobre los que recae la acción y pocas veces como sujetos con posibilidades para agenciar sus propios procesos y aportar al barrio desde la participación y la política, para decidir sobre sus futuros posibles. Sólo en 42 del total de 437 noticias analizadas aparecen los vecinos de manera activa, reclamando derechos mediante asociaciones de barrio y colectivos como Asamblea Cañada Real, Plataforma Stop Derribos o Movimiento 15M.

Desde la vivencia de las personas

Se hace, por tanto, imprescindible esta tercera aproximación analizando el sentido que le confieren diferentes actores a una realidad más subjetiva. Para ello, se hicieron cinco entrevistas en profundidad semiestructuradas a vecinos y agentes implicados. Para recabar la información referente al discurso institucional analizamos las actas de los plenos de los tres ayuntamientos: Coslada, Madrid y Rivas. Por último, hemos realizado una deriva por la Cañada Real para recoger posibles muestras de conflicto como los grafitis o carteles en el barrio.

“Vengan a ver, vengan a ver lo que no quieren ver”

Como ejemplo, recogemos algunas declaraciones y conclusiones después de haber realizado este tercer acercamiento a la realidad de la Cañada. Así, “JK.” vecino de Cañada sector I-II, nació en uno de los bloques de Ciudad 70 propiedad de su abuela, pero desde muy pequeño (hace más de 25 años) se trasladó con su madre a la Cañada Real. “JK.” nos relata cómo las construcciones son “viviendas incrementales” que con el tiempo, a medida que se van obteniendo los recursos, se van completando según las necesidades. “JK.”, al igual que otros informantes entrevistados, relatan su infancia en la Cañada Real asimilándola a un pueblo, donde todos los vecinos se conocen y se ayudan con las construcciones y las instalaciones de las viviendas. Las viviendas son todas autoconstruidas por los propios vecinos ya que la mayor parte de ellos se dedican al negocio de la construcción. La instalación de electricidad y de agua en las viviendas se realiza mediante “pinchadas” a la red pública, práctica que ha sido objeto de múltiples conflictos con los vecinos de los barrios “legales” cercanos.

Autoconstrucción y basura acumulada  saludycanada

Respecto a la red de saneamiento, “H.” nos cuenta que muchos vecinos utilizan letrinas, “como se hacía antiguamente en los pueblos”, y otros vierten las aguas negras a un arroyo cercano mediante tuberías autoconstruídas, pese a los problemas de salubridad que puede estar ocasionando en la zona. En nuestro recorrido por el barrio nos llamó la atención la práctica inexistencia de espacios de reunión donde los vecinos puedan encontrarse. En los Sectores I y II, pese a que no hay plazas, si hay una calle más o menos activa por la existencia de alguna tienda, de porches de viviendas o de cierres de parcela más o menos porosos. Las viviendas, según vamos llegando a los sectores IV y V, se van cerrando. En estos sectores las calles se caracterizan por ser un gran corredor flanqueado por dos vallas de más de 2 metros de alto y con ninguna porosidad que pueda introducir actividad del interior a la calle.

Instalaciones deportivas de autoconstrucción  eldiario

Salvo en los sectores I y II, la vía no está asfaltada y son continuos los charcos y los baches, esto hace muy complicado el desplazamiento. “Cuando no llueve, se levanta muchísimo polvo, se respira el polvo, se te ensucia la ropa… Todo. Es una sensación muy desagradable y agobiante. Y cuando llueve, toda la calle se embarra, se hacen charcos enormes. Es muy complicado circular por ahí. Y claro, te deja completamente incomunicado. Esto es un problema para los niños con el acceso al cole. Muchos viven lejos de donde les recoge la ruta escolar y no pueden llegar con el coche. También pasa mucho que llegan llenitos de barro a clase (…) y en el centro educativo, los profesores, muchas veces no lo entienden. No es que salgan sucios de casa, es que es imposible mantenerse limpio. El barro es un distintivo de Cañada. Nosotros siempre bromeamos con eso cuando nos manchamos las botas de barro, pero para los niños no es fácil, genera mucho estigma” (Informante “R.”, psicóloga social).

Elementos de urbanización en la Cañada  madridiario

Estas situaciones de conflicto generan no sólo una frontera física, sino que también puede estar construyendo una frontera simbólica entre los dos mundos el legal y el ilegal, estigmatizando a los vecinos del mundo informal. En nuestra entrevista a “A.” una vecina de Rivas Vaciamadrid, nuestra quinta informante, nos contaba que nunca había ido a Cañada pese a estar a 5 minutos de su casa, “¿qué se me ha perdido a mi ahí? Una vez me confundí en un desvío con el coche y casi me meto de lleno en la Cañada, pasé mucho miedo… (…) No conozco a nadie de ese barrio, pero una amiga mía sí, su hermano iba al colegio con un gitano de la Cañada y siempre daba muchos problemas, llegaba muy sucio a clase” (Informante “A.”).

Conclusiones

La Cañada posee una huella en el territorio homogénea y constante de 70 metros de ancho (8-10 metros de calle y 30 metros a cada lado de fondo de parcela) durante los 15 km. de recorrido entre Coslada y Getafe. Pero pese a tener una huella muy uniforme, hemos detectado morfo-tipologías bien diferenciadas que nos han llevado a distinguir hasta 7 áreas que responden a realidades muy distintas. Estas describen características muy dispares respecto a la ocupación de los solares, la distribución espacial, la diversidad en la intensidad de uso por parcela, la variación de características y calidades en la edificación y el contacto que genera con la ciudad próxima. La Cañada resulta por ello un ejemplo paradigmático de la gran complejidad que puede desplegarse sobre un patrón de asentamiento uniforme, pudiendo evolucionar de una manera desigual a lo largo del tiempo.

Diversidad en la Cañada  saludycanada

Esta diversidad choca con la aparente homogeneidad con la que se nos presenta en los medios. Casi siempre asimilan el conjunto de los 15 km. de asentamiento con el tramo Sur donde se sitúa el “mercado de la droga”, presentándonos una imagen de la Cañada, como una realidad de miseria y delincuencia. Figuran un “espacio sin ley”, “caótico”, que debe de ser ordenado desde las instancias policiales y políticas. La criminalización de la “población flotante” no es solo un fenómeno propio de nuestro caso de estudio. Como muestra el trabajo de Mary Douglas, las personas que no encaja en las categorías de orden existentes tienden a ser vistas por la mayoría de las sociedades como personas “fuera de lugar” y una fuente de peligro y contaminación. Sin embargo, como hemos visto, en este caso la realidad está lejos de ajustarse a un patrón único y por tanto aplicar sobre ella reglas unificadoras y homogeneizadoras presumiblemente sólo conseguirán la simplificación de un territorio rico y complejo.

Espacio de frontera  20minutos

La Cañada además es un espacio fronterizo. Su estructura lineal extensa la convierte en una continua frontera con asentamientos consolidados contiguos como Coslada, los futuros desarrollos urbanos y Rivas-Vaciamadrid. Esta situación de continua negociación de los límites resulta muy problemática en algunas zonas donde no sólo se construye una frontera física, sino que también se pueden estar construyéndose fronteras simbólicas. Como hemos comprobado con nuestro análisis, son múltiples los puntos de conflicto en los que se bloquean enlaces entre la Cañada y los nuevos proyectos urbanos; conflictos por las “pinchadas” de agua y electricidad y la posible contaminación de arroyos cercanos, que se materializan en bolardos de hormigón que impiden el paso, grafitis reivindicativos o bloqueo de tomas de agua. Estas situaciones estigmatizan a los vecinos del ámbito informal y dificultan la convivencia con la ciudad próxima.

Autora: Candela Morado


Hasta aquí la adaptación de los trabajos de Candela que, como vemos, se centran básicamente en las personas. Sin embargo, ya advierte la necesidad de asumir también consideraciones ecológicas. En un momento de crisis planetaria con problemas de cambio climático, recursos y diversidad, se vuelven prioritarias precisamente para hacer posible la vida de las personas en condiciones dignas. Prometo un próximo artículo sobre la situación de las vías pecuarias en España, sus funciones históricas, los nuevos papeles que deberían jugar y el inmenso legado con el que contamos y que sería absurdo dilapidar. El año pasado se cumplieron los veinte años de la aprobación de la ley básica estatal 3/95 de 23 de marzo, de Vías Pecuarias. Desde entonces, de los 125.000 kilómetros con los que contábamos sólo quedan 85.000, habiendo desaparecido el 32%. La Comunidad de Madrid ha perdido el 38% teniendo además el dudoso honor de ser la única de las CCAA del estado español que ha desafectado 14,5 kilómetros de una vía pecuaria que forma parte de la Red Nacional de Vías Pecuarias: precisamente el tramo de la Cañada Real Galiana objeto de este artículo.


Nota 1.-Algunas fuentes mencionadas en los trabajos de Candela:
  • Asué, L. (2008): La ciudad invisible. Voces de la Cañada Real Galiana [vídeo DVD]. Madrid: Antropodocus, 52 min.
  • Cabrerizo, C., Rodriguez, I. (2014): “Paisajes comunes de sociedades rotas: La Cañada de Madrid” en Territorios inconclusos y sociedades rotas. Trabajos de Campo del grupo de Geografía Urbana (AGE.)
  • Calabuig, T., Cóndor, MA. (1975): La ciudad es nuestra. Madrid, 54 min. En este enlace.
  • Díez, A., Sánz, A. y Zazo, A. (2011): “Sendas de vida: la vida cotidiana en un enclave consolidado de la Cañada Real” en Vidas urbanas NS01, p. 117-125.
  • Douglas, Mary (1966): Purity and Danger: An Analysis of Concepts of Pollution and Taboo. Routledge, UK.
  • Franchini, M. (1988): “Una ciudad lineal espontánea: La Cañada Real de Merinas” en Ciudad y Territorio nº75, p.131-141.
  • Kristeva, Julia (1980): Pouvoirs de l'horreur : essai sur l'abjection, Ed. Seuil 

    Nota 2.-El artículo que publiqué hace exactamente siete años en el blog puede leerse en este enlace.

    Nota 3.-Para complementar la visión más antropológica de Candela puede resultar también muy interesante la lectura del informe de Hilario Villalvilla para Ecologistas en Acción titulado Veinte años de la aprobación de la ley de vías pecuarias y el artículo publicado en el número 84 de la revista El Ecologista correspondiente a marzo de 2015. Se puede consultar en este enlace.

    Nota 4.-También El Libro Blanco de la Trashumancia en España, elaborado por la Dirección de Desarrollo Sostenible del Medio Rural en el año 2012, con la colaboración de las distintas unidades del Ministerio del Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino (MARM) involucradas directa o indirectamente con la trashumancia, bajo la dirección de Jesús Casas. Puede obtenerse el pdf en este enlace.

    Nota 5.-Que yo sepa se han celebrado hasta el momento dos Congresos Nacionales de Vías Pecuarias. El tercero que estaba anunciado para 2015, no sé si al final se habrá celebrado. Resultan muy interesantes las actas del primero celebrado en el año 2005. Las actas se publicaron en el 2006 y en las ponencias se plantean ya algunos de los temas que luego se pondrían en el centro de algunos de los debates al respecto. Las actas se pueden obtener gratuitamente en este enlace. Respecto a las actas del segundo resulta imposible (por lo menos para mí a día de hoy) entrar en la página web del Congreso y no puedo conseguir un enlace donde bajarlas.

    Nota 6.-Personalmente me ha resultado particularmente interesante la tesis de Mónica Navarra Sáenz, leída en el Departamento de Construcción y Vías Rurales de la Universidad Politécnica de Madrid en el año 2013 titulada Vías Pecuarias y Desarrollo Sostenible. Oportunidades y limitaciones. Se puede conseguir en este enlace del archivo digital UPM.

    Nota 7.-Y, por supuesto, la Ley Ley 3/1995, de 23 de marzo, de Vías Pecuarias. El mejor enlace es el del BOE con el texto consolidado que incluye la última modificación de 23 de diciembre de 2009. La correspondiente a la Comunidad de Madrid es la Ley 8/1998, de 15 de junio, de Vías Pecuarias que, actualizada a 21 de diciembre de 2015 se puede consultar aquí. Y, por supuesto, en la Comunidad de Madrid, la Ley 2/2011, de 15 de marzo, de la Cañada Real Galiana actualizada a 12 de mayo de 2014 que está en este otro enlace.