Cartel anunciando el 5º CONAMA local
Dada mi implicación no voy a escribir sobre lo sucedido. Pero sí acerca de una de las actividades que tuvo lugar en el marco de su celebración. El primer día, después de la inauguración, se entregaron los premios CONAMA a la sostenibilidad de pequeños y medianos municipios y, por la tarde, se presentaron. De la multitud de actos y actividades que se celebraban a esa misma hora decidí asistir a este acto. Sobre todo porque los que siguen el blog ya saben mi querencia por los temas rurales y la necesidad de soluciones diversas al problema de los asentamientos humanos. Soluciones que pasan por la necesaria diversidad en la forma de establecer la relación entre los grupos humanos y el territorio que ocupan: desde las grandes ciudades al caserío aislado. No me arrepentí. Mientras en otras salas se discutían temas aparentemente importantes, pero que constituyen mi quehacer casi diario, tales como la energía, la movilidad o la introducción del verde en las ciudades, en una pequeña sala los premiados explicaban porque los habían premiado. Éramos pocos, casi sólo los premiados y algún ente anómalo más (como yo), pero fue uno de los actos más emocionantes a los que he asistido en este frenético noviembre en el que he estado en tantos sitios y en tantas ciudades.
El pueblo de Piñel de Abajo imagen rmelgar
De todas las experiencias presentadas sólo voy a contar dos. No porque el resto no fueran de interés o me emocionaran menos, sino porque eran las de los municipios más pequeños y porque me van a permitir reflexionar sobre la identidad y el lugar, que es uno de los temas que más me ocupan en el momento actual. Piñel de Abajo es un pueblecito de la provincia de Valladolid (Comunidad Autónoma de Castilla y León, España) cuya población ronda los 200 habitantes. Según Eduardo Perote, que explicaba la iniciativa, “cabemos todos en una caja de cerillas”. Pues bien, en julio de 2005 empezaron a trabajar. La asociación local Prao de Luyas, constituida por doce miembros entre los que se encuentra Eduardo (el ponente) que es técnico forestal y agente medioambiental de la Junta de Castilla y León, decide que hay que hacer algo para fijar la población en el pueblo creando trabajo mediante la puesta en marcha de pequeñas empresas agrícolas.
Coordinadora de abejas, apicultura extensiva imagen memoria Piñel
Comienza así el proyecto Alimentando pueblos. Jornadas Pueblo de Piñel de Abajo. Con un presupuesto total de 7.000 €, no se sabe cómo consiguieron subvenciones de Proder Duero Esgueva, Caja España, La Caixa y Caja Duero (aunque no creo que las citadas entidades se arruinaran por tamaño dispendio). Así empieza la memoria que presentaron al premio: “El proyecto ‘Alimentando Pueblos. Jornadas Pueblo de Piñel de Abajo’ es una serie de actividades formativas, educativas, culturales, económicas y sociales, creadas desde distintas partes del municipio de Piñel de Abajo; el Ayuntamiento, la Asociaciones, los distintos comercios y gente particular del Pueblo; donde a través de charlas, talleres y experiencias se tratan de abordar los problemas y desafíos en que se encuentran hoy los pueblos. Como de por si el encuentro es excusa, se hace fiesta y se celebra. Cerrada la escuela hace veinte años, esta es la nueva, la de todos y todas edades, la de los oficios, el ruido de herramientas, la fábrica de manos y preguntas abiertas”.
Se aprende en la calle: elaborando cremas medicinales imagen memoria Piñel
La primera decisión fue cambiar la agricultura convencional por agricultura ecológica. No por razones finalistas de “cuidemos la Tierra” (que, probablemente, también) sino por el hecho práctico de que, por cada puesto de trabajo en la agricultura química se necesitan tres en la ecológica. Y, porque además desde el punto de vista de “lo pequeño” sólo con productos diferenciados se puede competir en un espacio económico tan complejo con es el agrícola. Todo empezó con unas Jornadas Agroforestales en el mes de julio de 2005. Luego se “institucionalizaron” cuatro jornadas formativas correspondientes a cuatro períodos anuales: de Fruticultura Local en febrero-marzo (época de injerto y poda), de la Biodiversidad en mayo (época de plantar), Pueblo en verano (época de recolección, cosecha y fiesta) y las de Invierno. Es tan absolutamente increíble lo que se ha hecho con el presupuesto de 7.000 € que invito a todos a que leáis la memoria presentada al premio del CONAMA en la dirección que figura al final del artículo.
Pero no sólo esto. Reproduzco parte de la memoria: “Si nuestras paredes caen en ruina reparémoslas y pintémoslas para darlas valor. Si la vivienda es prácticamente inasequible por su precio hagámoslas de paja (más económicas) Si desparecen nuestros frutales y nuestras semillas, recuperémoslas, y hagamos una red de semillas para multiplicarlos y un vivero. Si igual nos pasa con las gallinas pues gallineros en los solares y a mantener nuestras razas. Si queremos dar valor añadido a nuestros productos pues los transformamos y buscamos mercados. Si queremos comer productos sanos y locales pues creamos cooperativas de consumo. Nuestros eriales son menos perdidos si ponemos colmenas o si identificamos las plantas silvestres comestibles y medicinales. Si se pierden oficios, costumbres y nuestros cantos, pronto a rescatarlos. Si no hay dinero para teatro pues se hace una Agrupación de teatro y encima joven. Si Internet es una herramienta de comunicación y cercanía muy necesaria pongamos gratuitamente Internet para todo el municipio con el dinero que ahorramos con las bombillas de bajo consumo”.
Sistema agroforestal de trufa y calabaza imagen memoria Piñel
La exposición que hace Eduardo del proyecto, casi sin palabras, pasando imagen tras imagen con pequeños comentarios, nos pone a todos un nudo en la garganta. Después de oír hablar de periferias fragmentadas, de “smart cities”, de cambio climático, del “peak oil”, de la inseguridad ciudadana, de resiliencia, de la crisis financiera o de la contaminación por ozono, parece como si nos reencontráramos con la realidad de las cosas. Es conveniente que, de vez en cuando, alguien nos diga que el suelo es de verdad. Es decir, que es tierra, la tierra de toda la vida, no un producto inmobiliario. Que esa tierra es la que, en el fondo, nos da de comer, no la deuda soberana. A veces perdemos esto de vista. Cuando alguien que está convencido de esto y además lo vive, te lo cuenta sin ningún tipo de disimulos con toda la sencillez de lo auténtico, se entiende perfectamente. Lamento que no hayáis estado allí cuando lo explicaba. Si este año puedo lo traeré a mis clases de paisaje en Arquitectura para que mis alumnos sean conscientes del significado verdadero de lo que algunos llaman por ahí “paisajes culturales”.
Taller de mermeladas (saúco) imagen memoria Piñel
Para terminar con esta parte voy a reproducir la cita con la que Eduardo comenzó (o terminó, ahora no estoy seguro) su ponencia: “Nació y arraigó ya la opinión generalizada de que la agricultura es una ocupación denigrante y un oficio que no necesita magisterio o de los preceptos de nadie. Muy contraria es mi opinión, pues cuando yo observo en su conjunto la magnitud de la agricultura, a la que comparo a un gigantesco organismo, o la complejidad de sus partes, como si fueran los diversos miembros de aquél, temo que llegue mi última hora antes de poder conocerla en su totalidad. Pues quien pretenda considerarse un experto en esta ciencia necesita ser un gran conocedor de la Naturaleza, no ignorar los cambios de clima, y tener experimentado qué cultivos convienen a cada región y cuáles son incompatibles (…). Siempre he creído que no puede prever todo esto una persona que no tenga una mente despierta y una esmerada instrucción. De los trabajos del campo, Lucio Junio Moderato Columela, agrónomo romano, siglo IV a. de C.)”
Finca de recuperación de variedades locales imagen memoria Piñel
El otro premio sobre el que también me gustaría decir algo es sobre el proyecto del ayuntamiento de Arnedillo denominado El mirador del buitre. Arnedillo está situado en el Alto Valle del río Cidacos, en La Rioja (España). Cuenta con unos 500 habitantes, es decir que caben en “dos o tres cajas de cerillas”. Por cierto, a los urbanitas de la Web les pregunto: ¿cuándo ha sido la última vez que habéis encendido una cerilla? ¿tenéis una caja de cerillas por ahí? ¿y sabéis dónde está? ¿cómo se enciende una cerilla? (hay que sacar la cerilla de la caja, volverla a cerrar no sea que haya un incendio, rascar la parte de la cerilla más abultada en el lateral rasposo que viene en la caja y apartar rápidamente el dedo con el que se ha hecho presión no sea que os queméis). Toda la zona del Alto Cidacos, poblaciones de Arnedillo, Enciso, Munilla y Zarzosa, ha sido declarada Reserva de la Biosfera en el 2003 como una de las mejores zonas buitreras de Europa y una de las más adecuadas para su observación y conservación.
El pueblo de Arnedillo imagen josetxu.com
El proyecto pretende un aprovechamiento racional y sostenible de los recursos turísticos de la zona. Los que leáis el blog de vez en cuando estaréis al tanto de algunas cuestiones fundamentales que se refieren al turismo de la naturaleza y las dificultades de hacerlo bien. Básicamente, que no se puede sobrepasar la capacidad de carga ambiental (de lo contrario se destruye el recurso), pero tampoco se puede sobrepasar la capacidad de carga turística que es bastante baja, lo que impide que este tipo de turismo se convierta en una industria para quedarse en renta complementaria de otras como pueden ser la agrícola, ganadera o forestal. Entiendo y presupongo que el proyecto cumple estas condiciones entre otras cosas porque la base tradicional turística de este pueblo era el termalismo lo que implica una cierta diversificación, por lo menos desde el punto de vista turístico. Pero no me ha llamado la atención el hecho de que se pretenda explotar la existencia de buitres leonados. Un mirador para ver buitres no parece que tenga nada de especial. Lo especial aparece cuando sabemos cómo se ha llevado a la práctica.
Pozas termales en Arnedillo imagen riojafoto
En el año 2002 empiezan las actuaciones adaptando como mirador la antigua caseta de una cantera abandonada. La cantera está a menos de un kilómetro del pueblo, en la garganta del valle Cidacos, y se ha ido restaurando poco a poco para integrarla en el paisaje. Caseta y mirador constituyen un observatorio de buitres bastante peculiar. Veamos: “En el observatorio se distinguen dos zonas: En el exterior, un mirador al aire libre permite contemplar el vuelo de las aves con catalejos y telescopios. Y en su interior, el centro acoge una completa exposición sobre la biología de la fauna silvestre, con especial atención al buitre leonado. Lo más espectacular es la posibilidad de observar quince nidos con gran precisión a través de un circuito cerrado de televisión. Una videocámara telecomandada, con capacidad de giro de 360º, está camuflada entre los riscos donde anida la colonia y permite una visión completa de las zonas donde están los nidos. Su presencia, a 25 metros del nido, es prácticamente imperceptible por los buitres. Las imágenes que capta son recibidas de forma simultánea en el interior, donde los visitantes pueden visionarlas en una gran pantalla”.
Panorama desde el Mirador del Buitre imagen web Arnedillo
La pregunta es la siguiente: ¿cuál es el diferencial de interés para un turista que ve los nidos de buitres en una pantalla de una caseta restaurada respecto a ver esas mismas imágenes en su televisión o monitor del ordenador sentado en su casa? Desde que he vuelvo del CONAMA he estado dándole vueltas al tema que tiene bastante más interés del que aparenta. Y es que detrás de la pregunta está la cuestión sobre la que vengo trabajando desde hace más de un año: lugar e identidad. Aunque a alguien le pueda parecer raro o estrambótico la pregunta es la misma que la siguiente: ¿Qué diferencia a la Web considerada como espacio público del espacio público real constituido por calles, plazas y parques? O lo que es lo mismo ¿qué funciones del espacio público tradicional pueden desaparecer del mismo para recluirse en Internet sin perder su funcionalidad? He hecho una pequeña encuesta con los amigos preguntándoles si irían a Arnedillo a ver en una pantalla nidos de buitres y si no sería igual que verlos en su casa. Sobre si irían hubo diferentes respuestas (unos sí y otros no) pero todos sin excepción contestaron que no era lo mismo verlos en una pantalla en la caseta de la cantera del valle de Cidacos que en el ordenador de casa.
Interior de la caseta rehabilitada imagen web Arnedillo
Sigo trabajando en ello, os mantendré informados. De momento no estoy en condiciones de dar una respuesta. Pero ahora tengo que descender de mi galaxia de intereses y seguir contando una experiencia que sirve para muchas cosas, pero sobre todo para experimentar con formas distintas de acercarse a la relación entre lugar e identidad. Si en el caso de Piñel de Abajo las relaciones de identidad son muy puras y se circunscriben al lugar (aunque ahora con tanto premio esto probablemente ya no sea tan válido), en el caso de Arnedillo se les superpone la imagen que del mismo se crea al funcionar como recurso turístico. Es decir, que para un habitante de Arnedillo su identidad no se basa sólo en las relaciones que se crean con sus vecinos y con el territorio, sino también en la imagen que de Arnedillo tiene el foráneo, y que se refleja como en un espejo deformando la original. Casi veinte mil visitas en un año (lo veremos luego) deforman la imagen que de sí mismo tiene cualquier pueblo de 500 habitantes. Se trata de dos ejemplos fantásticos para entender algunas cosas, ya que en las grandes ciudades es muy complicado detectar (y sobre todo explicar) estos procesos que, cada vez más, me voy dando cuenta que son básicos para construir los nuevos asentamientos del siglo XXI.
Aprendiendo sobre el buitre leonado imagen web Arnedillo
Aunque lo he intentado, no he sido capaz de “descender de mi galaxia de intereses”. Es más, se me ha ocurrido una maldad que voy a contaros. Arnedillo podría dar otro paso como ya se ha hecho en varios lugares turísticos: dejar el disfrute del lugar sólo al alcance de los ricos. Por ejemplo, cerrar el acceso a la cantera abandonada excepto para aquellos que estén dispuestos a pagar un alto peaje por hacerlo. Con esto reducimos la carga turística, la carga ambiental, disminuimos la huella ecológica al reducir los viajes a Arnedillo e, incluso, al hacerlo exclusivo, podemos ganar más. Esto ya se ha pensado para las pozas termales por lo que no parece una locura (ver el enlace al final del artículo). Las implicaciones éticas y morales que presenta este planteamiento son demasiado para un artículo como este, pero voy a ir más lejos. Cabe la posibilidad de que el turista “voyeur” de pollos de buitre ni siquiera se tenga que desplazar a Arnedillo con el consiguiente ahorro de planeta que se consigue. Cobremos a los que miren en Internet los nidos de los buitres o pongamos publicidad en la web. Esta alternativa pueden verse, por ejemplo en la asociación “WebCam unidos por los buitres leonados” (Vultures connecting people, BVCF) donde, por ejemplo, para seguir el crecimiento en directo de un pollo en el ordenador que queramos se puede hacer pagando bien como socio plenario o como sponsor. Así sucede en el enlace que se incluye al final del artículo. Aunque lo recaudado se destine al desarrollo de acciones de conservación no se evitan unas cuantas contradicciones éticas.
Buitre leonado imagen imagen fotolibre.net
Volvamos al proyecto. ¿Qué pasó con el mirador del buitre? Según la memoria, aspectos positivos: “En cuanto al incentivo turístico que ha supuesto para la localidad, y a la apuesta que se hizo por un aprovechamiento sostenible de los recursos naturales compatible con el desarrollo de empresas y negocios; los resultados han sido espectaculares. El número de visitas a Arnedillo, según las estadísticas recogidas por la Oficina de Turismo, se ha incrementado constantemente, pasando de 8.285 visitas en al año 2003 a 18.190 visitas en el 2010. Respecto a la sensibilización social y al programa educativo de escolares, los resultados han sido plenamente satisfactorios. Las visitas al Mirador del Buitre y a su centro han ido aumentado de manera progresiva en el tiempo”. Pero: “La cuestión más delicada y dónde los resultados no son tan positivos, es en la conservación y cuidado de los buitres. El centro ha observado un gran descenso en la colonia; en el año 2003 se observaron unas 300 parejas y en la actualidad no constan más de 60. En cuanto a su reproducción, se llegaron a contar unos 45 pollos en las primeras temporadas; en el año 2010 tan solo 2, y en el 2011 no se ha visto ninguno”. Parece que el problema no es culpa del mirador sino a la falta de comida de los buitres debido a que la normativa europea obliga a recoger los animales muertos después del problema que hubo con las vacas locas.
Buitre leonado imagen calamones
Se otorgaron otros dos premios a la sostenibilidad de municipios de menos de 5.000 habitantes. El primero fue para el Ayuntamiento de Genovés por su agenda 21, y el otro accésit (por ser la actuación más votada en Internet) fue para Carcaboso por el Centro Agroecológico Demostrativo. Sólo los he mencionado sin decir nada de ellos porque los ya comentados ejemplifican mejor la idea que quería transmitir con el artículo de hoy. En cualquier caso en la página de los premios del CONAMA local cuyo enlace se incluye al final puede leerse la memoria que presentaron. Estamos en el ámbito local. Tan local, tan local, que el alcalde de Carcaboso, Alberto Cañedo cuando explicó el Centro Agroecológico llegó a decir que reivindicaba ser “de pueblo”, que no se consideraba de ciudad y que tenía muy claro cuales eran sus problemas y prioridades que no eran precisamente los problemas y las prioridades de los habitantes de las ciudades. Eso es verdad. Y por todas estas cosas salí con esperanza y casi emocionado de las exposiciones de los proyectos de los pequeños municipios. Me devolvieron al contacto con la tierra y la naturaleza. Así, sin mayúscula. Y con la dureza de ambas. De vez en cuando es bueno volver a los orígenes. Pero claro, bajar el consumo un 50% en Piñel de Abajo representa lo que representa, una pizca imperceptible en el consumo mundial. Bajar un 0,05% el consumo en Madrid no es que sea mucho pero es otro orden de magnitud. De ahí la importancia que tiene cambiar de escala.
Durban, descansando antes de la prórroga del partido imagen El Mundo
Y este cambio de escala es el que hace que un artículo que iba a titular Hay esperanza finalice de forma agridulce y le tenga que cambiar el titulo. Hoy mismo terminó la cumbre del clima de Durban con un notorio fracaso. Eduardo en Piñel de Abajo, o Charo en Arnedillo, con un gran esfuerzo por su parte intentan hacer las cosas bien. Trabajan duro para que ellos y sus vecinos vivan lo más dignamente que puedan y sean felices. Y que, además, sus hijos y sus nietos puedan seguir gozando de un planeta maravilloso. Mientras, en una lejana ciudad de tres millones y medio de habitantes situada en Sudáfrica y orillas del Océano Índico con el nombre de Durban (no sé si se entiende la ironía, D-urban) delegaciones de cerca de 200 países han ido literalmente a hacer turismo. Pobrecitos, los “distinguidos delegados” en mangas de camisa, con las caras cansadas, demudado el rostro o durmiendo encima de las mesas, han decidido que lo mejor que se puede hacer es no hacer nada. Ante las preguntas de un ecologista irredento de por qué determinada delegación se marchaba sin haber terminado las negociaciones la respuesta fue que “las cosas verdaderamente importantes se decidían en otros sitios”. ¿Qué son “las cosas verdaderamente importantes”? Supongo que Cameron defendiendo a los “tiburones de La City”, Obama a los “depredadores de Wall Street”, Merkel a sus bancos, Van Rompuy no sabe no contesta, qué decir del dúo Rajoy-Zapatero hermanados en la nada. En España probablemente lo importante era “el duelo del siglo” (me refiero al partido Madrid-Barcelona que se jugó ayer, por cierto con el resultado de 1-3, ya me he enterado). Prefiero cortar el párrafo porque iba a decir barbaridades de algunos políticos, de la política y de la sociedad en general de las que luego, probablemente, me iba a arrepentir.
Pintando murales hacemos nuestra historia imagen memoria Piñel
La secretaria de la ONU para el cambio climático la costarricense Christiana Figueres calificó el pacto de extraordinario (en palabras del enviado especial de El País) y dijo que “se abría una nueva fase en el régimen climático”. Por lo menos su antecesor en el cargo el holandés Yvo de Boer tuvo la decencia de dimitir después del fracaso de la cumbre del Clima de Copenhague. Calificar de extraordinario un pacto que prorroga unos años un protocolo de Kioto que estaba ya muerto es un sarcasmo. A las críticas de Venezuela, Colombia, Bolivia o Egipto se une la negativa India. Además se descuelgan Canadá, Japón, Rusia, EEUU y China que, directamente, se han borrado. En resumen, Kioto sólo controlará el 15% de las emisiones. La otra parte del acuerdo, empezar a negociar el próximo año “algo” para concluirlo en el 2015 y ponerlo en funcionamiento el 2020 la firman todos. La firman porque tanto EEUU como India (responsables conjuntamente de la emisión de la mitad del CO2 producido por la humanidad) han conseguido incluir una cláusula de salvaguardia. Lo único medianamente interesante ha sido la decisión de que el Fondo Verde Climático alcance en el 2020 un trasvase de 100.000 millones de dólares de los países ricos a los pobres. Claro que el 2020 queda muy lejos y antes, probablemente, otra crisis financiera vuelva a poner las prioridades donde deben de estar. Es decir, en Wall Street, en la City londinense y en los bancos alemanes. Menos mal que todavía en pueblos como Piñel de Abajo quedan asociaciones locales como la de Prao de Luyas, y personas como Eduardo, que nos dicen que no todo está perdido. Y que todavía alguien se preocupa en Arnedillo por unos buitres leonados (aunque sea como recurso turístico) mucho menos nocivos que algunos delegados en Durban que sólo estaban allí para defender intereses particulares en lugar del interés del planeta.
Enlaces:
- Premios CONAMA a la sostenibilidad de los pequeños municipios
- Memoria del proyecto de Piñel de Abajo
- Información sobre Piñel de Abajo
- Reseña de la concesión del premio a Piñel de Abajo
- Memoria del proyecto de Arnedillo
- Página Web del Ayuntamiento de Arnedillo
- Arnedillo estudia cobrar por bañarse en las Pozas
- Observatorio de buitres
Se te olvida informar de un dato: Piñel de Abajo ha seguido perdiendo población durante el último quinquenio.
ResponderEliminarEs verdad que el problema está en las grandes concentraciones humanas. Y que es ahí donde se debería incidir para cualquier medida que se tome. Sin embargo en caso de crack, aunque sea leve, del sistema la única solución está en el campo. Siempre que ha habido grandes derrumbes imperiales, como el Imperio Romano, la ciudad ha retrocedido y las zonas rurales han tomado el relevo. Por tanto estoy de acuerdo en que habría que empezar a considerar el tema con seriedad. He visto en otra de las entradas que no estabas muy a favor de los "pueblos en transición". No sé, veo una cierta contradicción con el artículo de hoy.
ResponderEliminarPepe: no me extraña que te hayas enfadado al final del artículo. Lo de Durban ha sido una vergüenza. Supongo que seguirán erre que erre hasta que "se les caiga el cielo encima". Imagino que sobre todo lo sentirás por tus alumnos que son los que van a tener que soportar "todo el cielo encima". Nós, co pelo xa lonxe... Unha aperta.
ResponderEliminarEsta es la revolución del futuro, recuperar lo que es nuestro, lo que nadie nos puede quitar: asociarnos, ayudarnos, cooperar, prosperar, imaginar, soñar y conseguir.
ResponderEliminarEl medio rural está cambiando, las nuevas generaciones somos diferentes, sabemos que antes de "vendernos" y prostituirnos como un borrego más de este sistema abiótico, nos queda arrimar el hombro, agachar el riñón, coger la azada y sacar patatas.
Suerte que he visto en mis abuelos cómo se hace, lo he hecho, y nunca jamás me he sentido menos, o atrasada por ello...
Cuando se avecina un crack, y cuando no también, el medio rural es nuestra cuna, nuestro hogar, nuestra casa...
Curioso, Fariña, que nos apiñemos en las ciudades para protegernos de una naturaleza hostil; para que luego, cuando el hombre despliega todo su potencial erróneo, para con el propio hombre, corramos a refugiarnos en el medio rural, más cerca de la naturaleza, como alma que lleva el diablo.
Cuando hace unos tres años comentabas esto en los círculos familiares, o en ciertos entornos la gente te miraba con cara de perro chiflado, y te decían, "no se volverá a eso jamás", como si volver al campo fuera el peor de los castigos...
No entiendo la estupidez de la especie humana...Encarna el concepto de infinito, en su más amplio sentido...
Un saludo,
Adri
Fariña estuvo ayer en el Congreso de Equiciudad. Para los que no lo hayáis podido ver en directo podéis ver la grabación en este link:
ResponderEliminarPinchar para ver la grabación
En mi modesta opinión lo mejor está en la tercera parte porque para los que seguimos el blog las dos primeras son ya conocidas: situación global y de los territorios. En el desplegable no desesperéis está al final de todo, como hay bastantes grabaciones y fue casi la primera intervención hay que encontrarla, es la segunda. El resto de grabaciones también son recomendables. La de Ezquiaga también os la recomiendo aunque se hizo un poco pesada porque se alargó demasiado.
Me he decidido a poner este comentario a la espera de que haga algún artículo del Congreso porque se dijeron cosas interesantes el día de ayer dedicado al urbanismo. Veremos que tal el de hoy dedicado a la arquitectura. Me voy porque empieza ya. LA.
El comentario de Stirner es adecuado. Pero ello no debe dar lugar a desánimo. La pregunta sería ¿cuánta más población perdería el el caso de no hacer nada?
ResponderEliminarPilar: no creo que sea cuestión de perder o dejar de perder población. De hecho, pienso que parte de los actuales asentamientos rurales tendrán que desaparecer. Y no tanto por las dificultades por las que está pasando la agricultura y la ganadería sino por el hecho de que no se pueden dar en el rural los mismos servicios que en las ciudades. Esto significa que la llamada "calidad de vida" seguirá rigiéndose por parámetros y valores urbanos por lo que los habitantes de las aldeas se sentirán "de segunda fila" frente a los residentes en ciudades y tenderán a ser urbanitas más que ruralitas. Precisamente, de lo que se trata es de que los habitantes de las aldeas vivan lo más dignamente posible, pero no imitando valores urbanos sino siguiendo sus propios códigos y aspiraciones. Por lo menos yo lo entiendo así.
ResponderEliminarLa actuación de Arnedillo me parece que es una simple actuación turística sin mayor interés. No entiendo porque la has incluído en el articulo. Bernardo Ruíz.
ResponderEliminarMuy interesante el tema de la identidad, tan complejo y malinterpretado a veces que se podrían escribir varias tesis con ello. Quizás habría que cambiar la palabra por "identificación", para no dar lugar a los manidos argumentos que a veces proliferan por ahí. Muy de acuerdo con la maldad de Fariña: el pago por entrar en estos enclaves sensibles me parace obligado. De hecho, quizás sea la única manera de evitar que se conviertan en infames merenderos llenos de basura y degradación (de estos he visto unos cuantos). Además, no es para ricos, sino para gente suficientemente educada (tampoco es que se pida muncho más) que valora lo que ve de forma de un pequeño pago que además ayuda a la población local a valorar e identificarse con su propio patrimonio. Además, si casi todos los españoles tenemos flamantes iphones y smartphones ¿Porqué no gastar unos cuantos eurillos en entrar en un enclave privilegiado con las buitreras de Arnedillo?. Un abrazo. Javier M. Fernández-Rico
ResponderEliminarNací en un pueblo de la mancha toledana en el año 67. Por alguna razón, las reflexiones del señor Fariña sobre la experiencia de Piñel de Abajo me han hecho volver a percibir el olor de la tierra del pueblo donde nací y viví mi infancia y adolescencia, rememorar con gusto mi identidad. Gracias.
ResponderEliminarBuen día José
ResponderEliminarCréeme que espero que tus condiciones de salud hayan mejorado notablemente,
Mi nombre es EDGAR ARBELÁEZ GONZÁLEZ, soy arquitecto especialista en diseño urbano y candidato a Magister en Desarrollo Regional y Planificación del Territorio y lo más importante (por todo lo que me apasiona), soy docente investigador y coordinador del área de formación en urbanismo y medioambiente de la universidad La Gran Colombia en la ciudad Armenia en Colombia, tal vez ni hayas escuchado mentar mi ciudad, pero eso no es lo que importa.
Me he convertido en un fiel seguidor de tu blog, pero es la primera vez, y espero que no sea la única, en que me he atrevido a escribir y desafortunadamente para solicitar un favor: estoy interesado en adquirir el libro del que haces comentarios PROYECTO ECOCITY, MANUAL PARA EL DISEÑO DE ECOCIUDADES EN EUROPA, y que lo hacen aún más atrayente, por lo poco que he logrado percibir contiene muy buen material que sería interesante aplicar en el área de formación que cite con anterioridad.
En la coordinación del área he citado con frecuencia apartes del artículo TRATAMIENTO DE LOS TEMAS MEDIO AMBIENTALES EN LAS ENSEÑANZAS URBANÍSTICAS
El caso de la Escuela de Arquitectura de Madrid
José Fariña Tojo
Juan Jesús Trapero Ballestero
Entenderás por que el interés no solo en este libro, sino en muchos de los documentos que publicas en tu blog.
Espero contar con tu amable colaboración en pro de un planeta ambientalmente sustentable y sostenible.
Un fuerte abraso deseándote una muy feliz navidad y prospero año 2012
Edgar Arbeláez González
Muy de acuerdo con tu último comentario Fariña. Pese a haber pasado más parte de mi vida en el medio rural que en el urbano, siempre he dicho y defendido los mismos preceptos: la vida rural posee unas ventajas y unos inconvenientes frente a la vida rural. No se puede pretender, ni se puede costear, la utopía de obtener los mismos servicios en el medio rural que en el urbano. Salvo excepcionales y contados casos.
ResponderEliminarLa vida rural, además, colonizada por "cuestiones" de la urbe, se desintegra, se desvanece.
El día que ubicaron la primera sucursal bancaria en el pueblo de al lado, el pueblo dejó de ser lo que era para mí, hasta ese entonces, para pasar a ser una copia barata de la urbe más cercana. De alguna manera la iconografía de la ciudad, no encaja en los principios básicos generadores de arquitecturas rurales.
Mucha gente cree que se va a vivir al campo, pero imita y transforma su entorno inmediato hasta que alcanza el mayor grado de similitud con el medio urbano...
Cuestiones dignas de estudio, todas ellas.
Un saludo,
Adri
Estimado Edgar Arbeláez,
ResponderEliminarSoy Carlos Verdaguer, responsable, junto con Isabela Velázquez, del proyecto Ecocity español (ecobarrrio Trinitat Nova de Barcelona) y de la edición en castellano del Manual Ecocity para el diseño de Ecociudades en Europa.
El manual, dividido en dos tomos, fue una co-edición del Ministerio de Fomento de España, concretamente el servicio de publicaciones de SEPES (Sociedad Pública de Suelo) y la editorial vasca Bakeaz, por lo tanto puedes adquirirlo indistintamente a través del Servicio de Publicaciones del Ministerio (http://www.sepes.es/publicaciones/manual_para_el_diseno_de_ecociudades_en_europa_libro_ii__la_ecociudad__como_hacerla_realidad) o directamente solicitándolo on line a la editorial (http://www.bakeaz.org/es/publicaciones/mostrar/96-proyecto-ecocity). Espero que no tengas dificultades. Si no, no dudes en ponerte en contacto conmigo a través de José Fariña.
Un saludo y gracias, José, por hacer de intermediario una vez más. Tu blog ya es casi un servicio público para ecourbanistas.
Edgar:
ResponderEliminarMe temo que los enlaces que ha puesto Carlos han quedado truncados (por lo menos en mi navegador). Los reproduzco incrustando los códigos HTML para que sólo sea necesario señalarlos:
Servicios de Publicaciones del Ministerio
o a través de la editorial
Un saludo a los dos.
Enhorabuena.
ResponderEliminarA través de una búsqueda sobre "La Sociedad del Espectáculo" (de Guy Debord)he encontrado este interesante lugar.
Un fuerte saludo!!.
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Esperemos que el 2012 traiga trabajo para todos. De momento estoy pensando en dejar la profesión de arquitecto e irme al pueblo (no es Piñel de Abajo). Al final va a resultar que todo este inmenso montaje es eso: un inmenso montaje. Estoy de acuerdo con Adri, habrá que montar algún tipo de asociación y volver al campo. A día de hoy no parece tan malo comparado con estar mano sobre mano esperando que "alguien" -como dice Fariña- nos solucione la papeleta. Fer.
ResponderEliminarFernando, si esperamos que alguien, nos solucione la papeleta, luego no nos podremos quejar si no nos gusta cómo la resuelven.
ResponderEliminarNo lo digo por ti, que no te conozco de nada. Lo digo en general. Lo digo incluyéndome a mi. Si en este revuelo que supone la crisis, no somos capaces de darle un mínimo vuelco al sistema, y lograr cambiar cuatro cosas, nadie lo va a hacer por nosotros. Esas cuatro cosas deben cumplir muy pocas características, pero entre las que deben constar impepinablemente están: ser aspectos básicos para la subsistencia humana y ser llevados a cabo de la manera más racional, justa socio-económicamente hablando, y sostenibles para con el medio ambiente.
Pienso que presenciamos la caída de un sistema económico basado en preceptos propios de un sistema social fundamentalmente patriarcal, competitivo y explotador.
Pienso que las cosas que primero han caído han sido las menos sostenibles, al menos desde un punto de vista económico, aunque soy consciente de que no siempre guarda relación directa la sostenibilidad económica con la medio ambiental.
Pienso que las cosas que seguirán cayendo serán las que menos precise el ser humano, y por tanto, cuyo coste en recursos resulte más gratuito y caprichoso para con el medio ambiente. Lo cual no estaría mal si no dependiera de ello el alimento de mucha gente.
Sería bueno una iniciativa de este tipo a nivel político y de Gobierno, para esto es necesaria una reconversión general, en la forma de relacionarnos con el medio y los recursos disponibles, un reciclado de ideas a nivel personal y una búsqueda de oportunidades, en estos sentidos, a nivel local.
Podemos hacerlo. Debemos hacerlo.
Un saludo,
Adri
BUENOS DIAS JOSE FARIÑA, Y LOS LECTORES DE SU BLOG. COMO AL IGUAL QUE EXISTE UNA EXPRESIÓN CON CADA BESO, Y QUE ESTA A SU VEZ ES VERDADERAMENTE DELICIOSA,NOS SENTIMOS ENORMEMENTE BESADOS POR EL ELOGIO QUE HA HECHO DEL PROYECTO ALIMENTANDO PUEBLOS. JORNADAS PUEBLO DE PIÑEL DE ABAJO. ESTA CLARO QUE DE ESTA INQUIETADA Y AGITADA SANGRE NACERAN COMO PRIMAVERA NUEVAS SAVIAS, LA ACTIVIDAD SIGUIENTE QUE VAMOS A DESARROLLAR ES EL 10 Y 11 DE MARZO CON LAS 5º JORNADAS DE FRUTICULTURA LOCAL DE PIÑEL DE ABAJO Y SIMPLEMENTE ESTIRARLES A USTEDES NUESTRA INVITACION. EL CORREO ES atajoderojos@hotmail.es GRACIAS JOSE POR TU BONDAD. LA SALUD ES LO PRIMERO Y DE MORIR QUE SEA DE AMOR
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