Las Setas por la noche Jujo
Todavía me acuerdo de la noche en la que Domingo y Teresa me enfrentaron a la realidad de Las Setas. Quedé tan impactado que no supe qué decir. Debí parecerles un imbécil boquiabierto que, más que ver aquellos hongos había ingerido alguno del género Psilocybe. He visto construcciones fuera de lugar como la Ciudad de la Cultura en el Gaiás, otras sin objeto como el aeropuerto de Ciudad Real o de escala desmesurada: el Odeón de Agripa en el ágora de Atenas. Pero verlo todo junto metido con calzador en una de las ciudades que más aprecio del mundo fue todo un shock. Menos mal que luego me llevaron a un bar cercano a reponerme de la impresión. Y sin embargo… Todas estas barbaridades que me han perseguido desde que las conozco os confieso que he terminado por verlas con cariño. Esto puede significar que, o bien yo puedo encariñarme casi con cualquier cosa (los que me conocen saben que esto no es cierto) o que a casi todo le busco una segunda lectura que contrapongo a la primera. Es decir, que suelo ejercer como abogado del diablo. Hoy no voy a analizar el Odeón de Agripa del que, por cierto, sólo quedan unas cuantas piedras («Tempus fugit, sicut nubes, quasi naves, velut umbra»), y del resto de locuras ya he escrito bastante en el blog.
El lugar del banquete en plena ingesta Google maps
Así que nos vamos al lugar de los hechos. Se trata de un espacio de casi una hectárea y media de superficie situado en pleno centro histórico. Hasta tal punto es histórico que aquí estuvo situada la puerta norte de la muralla romana y otra de la muralla abadí de Isbiliya. Lo he incluido entre mis espacios urbanos malditos porque, a pesar de haber sufrido cambios traumáticos a lo largo de los siglos todavía no ha encontrado la paz. Incluso después de este último, no tengo claro que pueda descansar. Lo deseo fervientemente pero me temo que, como en el caso de la plaza de Castilla en Madrid (y en tantos otros) su espíritu en pena va a seguir vagando por la ciudad intentando buscar un acomodo que no termina de encontrar. Aunque podríamos remontarnos mucho más atrás en el tiempo, vamos a situarnos a finales del siglo XVI cuando el Ayuntamiento derriba unas casas entre la plaza de Don Pedro Ponce y Laraña, para que “todas las personas de a pie y a cavallo que pasaren por allí, por ser como es el paso de mayor concurso y pasaje que ay en la ciudad, lo puedan hacer de mucha comodidad, y los coches y literas que ordinariamente van de la gente principal de esta ciudad, pueda estar y rebolber sin estorvar el paso como se hace agora en la calle y puerta principal, que es ocasión de mucha incomodidad para los que van a la Iglesia...” (ver referencia en Materiales). Empezamos bien, ampliando un espacio para mejorar la circulación.
El mercado ocupaba casi todo el espacio actual Esa Sevilla
Antes, en el primer cuarto del XVI, ya se había construido un convento de dominicas frente a la plaza Regina en la zona norte de la actual y del no quedan restos más que en los museos. Pero es en 1591 cuando se funda el convento de religiosas agustinas de la Encarnación frente a una pequeña plaza. Todo este entorno quedaba configurado por las dos plazas (Regina y Encarnación) y las calles del Correo, de la Cabeza de Perro y del Aire. Lo que en aquellos momentos era La Encarnación se empedró en 1720 y en su centro se colocó una fuente que todavía subsiste. Más o menos las cosas continuaron sin cambios hasta que José Bonaparte pensó que era necesario un mercado central en Sevilla. En 1810 se elabora el proyecto y las agustinas se trasladan, primero al convento de padres terceros y luego al actual de la plaza de la Virgen de los Reyes. Casi de inmediato comienza el derribo de la manzana, y en 1820 Sevilla cuenta con una plaza de abastos construida en madera que ocupa la parte más importante de lo demolido y de las plazas Regina y Encarnación. En la plaza de abastos se concentran todas las especies que, desde la Edad Media, se vendían en mercados dispersos por las cercanías. Según Romualdo de Gelo: “de la plaza del Pan desaparecieron las panaderías instaladas tradicionalmente en dicho lugar; de la Alfalfa, las carnicerías y verduras; de la del Salvador, las frutas verdes y secas; y de otros puntos, porción de artículos que pasaron a expenderse en el nuevo mercado”.
La fuente en medio del mercado y la entrada Esa Sevilla
Nuestro mercado de madera no aguantó muchos años. En 1833 empezó su sustitución por uno de fábrica que se terminó de construir en 1837. La descripción del mercado que hace Álvarez Benavides la recoge Romualdo de Gelo y se puede leer en el enlace que incluyo en el apartado de Materiales al final del artículo. No me resisto a reproducir la última parte: “El punto medio de este mercado está marcado por una rotonda que contiene en su centro una gran fuente de mármol, surtida de aguas procedentes del acueducto de Carmona, cuya fuente es la misma que en 1720 se construyó y colocó en la plazoleta situada frente a la derruida iglesia del convento de la Encarnación. Esta fuente, en el año 1860, disfrutaba de dos pajas y media de agua”. La transcripción la hago con toda intención intentando buscar hilos conductores. Como decía Walter Benjamin “intentando colocar una serie de sucesos aparentemente inconexos en el enunciado de un discurso significativo”. Podía haber elegido cualquier otro elemento pero pienso que la fuente de 1720, restaurada en 1861, describe con bastante claridad el devenir de la plaza y nos ayudará a entender de forma sintética las razones de estemos ante un espacio maldito.
La fuente trasladada al centro de la nueva plaza Todocoleccion
Pero no todo era mercado de abastos. La parte no edificada se vio sometida también a numerosos procesos de alineación típicos del momento y a obras de urbanización. Desde finales de siglo se suceden numerosas propuestas, siempre frustradas (prueba de que “el sitio” no terminaba de encontrar “su sitio”) y encaminadas a la ampliación del viario en la misma línea de reformas en los cascos históricos que se estaba produciendo en toda Europa desde que el barón Haussmann las había empezado en París. Pero el mercado resiste hasta 1948 cuando se derriba una parte para comunicar las calles de Laraña e Imagen y se reordena la plaza. Nuestra fuente que presidía el antiguo mercado se traslada al centro de la nueva plaza. Lo que quedaba del mercado se derriba en el año 1973. Se derriba porque ya había entrado en franca decadencia afectado por el paso del tiempo y el nulo mantenimiento, por la riada del Tamarguillo que expulsó a muchos vecinos a las afueras con la pérdida de clientela y, sobre todo, por la degradación social de entorno. Los puestos que quedaban se trasladan a una esquina del solar en un mercado provisional que se prolongó ¡37 años!
Como “aparcamiento céntrico” El pasado de Sevilla
El lugar maldito del que estamos hablando, ya difunto, pasa entonces su particular purgatorio con vistas a entrar en los cielos. A lo largo de muchos años sirvió de aparcamiento de coches o parada de autobuses, quedando sin realizarse numerosas propuestas que no terminaban de cuajar. Así, el nuevo mercado diseñado por Vázquez Consuegra o los proyectos de los primeros ayuntamientos democráticos. Luego vino la Expo y la Encarnación se quedó olvidada hasta que, con el nuevo siglo, se retomó la idea del mercado que incluía un aparcamiento subterráneo. Pero la maldición continuaba y el problema adicional de los restos arqueológicos que se encontraron hizo que las obras se pararan en la fase de cimentación. El siglo XXI había convertido a nuestro espacio en una especie de campo de batalla (en realidad, de excavaciones), cercado de vallas y que condenaba toda la zona a su mismo purgatorio. El centro en todas las guías turísticas era La Campana y nuestro lugar maldito por supuesto que no aparecía en ninguna. La fuente sí, seguía allí, como manteniendo vivo el fuego de un lugar que ya, ni tan siquiera parecía buscar un sitio donde colocarse en el imaginario de los sevillanos.
Metropol Parasol, planos de concepto Seviactual
En el año 2004 el ayuntamiento convoca un concurso internacional para intentar resolver el problema que arrastraba este espacio. Resulta ganadora la propuesta “Metropol Parasol” del arquitecto Jürgen Mayer. Después de diversos avatares que lo único que añaden a lo dicho es la confirmación de la maldición que ha caído sobre este lugar, la solución final se organiza en cinco niveles. El que contiene un museo con los restos arqueológicos está situado bajo la rasante original del terreno donde se asienta la galería comercial. La nueva plaza está encima. Más arriba una zona de restaurantes a unos veinte metros de altura y, por último, la pasarela con función de mirador que recorre la parte superior. Como todo icono que se precie, debe batir algún record para que la gente no se quede tranquila hasta que no se haga una foto para demostrar que ha estado allí: dicen que se trata de la estructura de madera más grande del mundo. No quiero aguar la fiesta de nadie pero algún puente de madera por ahí… en Asia… En fin, más de 3.000 elementos de madera con diferente altura y ancho variable (para cuyo diseño dicen que hubo que realizar complejos cálculos informáticos) unidos entre sí mediante barras de acero encoladas, constituyen esta escultura de 150 metros de largo, 75 de ancho y 28 de altura dispuestos en una retícula ortogonal de 1,50 x 1,50.
Vista de Las Setas un soleado día sevillano MiesVanDerBear
La disculpa es que se trata de un parasol. Sólo he encontrado una mínima referencia al tema en un esquema en el que aparecen dibujados los rayos solares con la inclinación exacta de las láminas y el flujo de aire. Supongo esa será la razón de las extrañas formas de la cubierta o de la profundidad de las láminas: evitar el terrible sol sevillano que alcanza una altura de cerca de 76º en el solsticio de verano. Pero se trata de una suposición que no he podido documentar. Dejo el tema sin concretar por si alguien puede aportar alguna información adicional. Supongo que funcionará, no sé si mejor que unos sencillos árboles de hoja caduca (mucho más baratos) pero me hubiera gustado ver entre los planos del proyecto que circulan por ahí alguno sobre el comportamiento solar de la escultura. Incluso corre el rumor (tampoco he podido encontrar la justificación) de que los paneles están colocados al revés. Muchos se quejan de que, con lo que ha costado, podría ofrecer también resguardo para la lluvia que, últimamente, está muy presente en el clima de la ciudad. Sin embargo, en este aspecto discrepo. Un parasol está para lo que está. Otra cosa hubiera sido hacer una especie de estadio (una hectárea es un campo de fútbol) que se cubriera en caso de necesidad y donde realizar todo tipo de manifestaciones, eventos, etc. Pero ese no era el objetivo a conseguir.
Vista de Las Setas un lluvioso día sevillano Domingo, gracias por la foto
Resulta curiosa la similitud con el Guggenheim como referente, a la vez simbólico y tecnológico. En todas las publicaciones se destaca que el diseño de ambos implica complicados cálculos con ordenador para dibujar las piezas, los problemas de las uniones, la dificultad de usar materiales “raros” (en Las Setas, madera microlaminada recubierta por poliuretano impermeable) y el terrible costo de todo esto. Los proyectistas también descubrieron con asombro que en Sevilla hacía calor. Se puede leer en la página de Construible: “Un análisis térmico reveló a los ingenieros de Arup que el clima cálido del sur de España sería un reto especial para las uniones (tal como confirmaron los resultados de la simulación térmica y los ensayos hechos por el Instituto Fraunhofer). Los especialistas de Arup y Finnforest Merk debieron, entonces, desarrollar un nuevo proceso de encolación, capaz de soportar las altas temperaturas de Sevilla. Éste método especial fue desarrollado con la ayuda de los especialistas de WEVO-Chemie y el experto de pegamentos Borimir Radovic. Finalmente, los ensayos llevados a cabo por la Universidad de Augsburgo y la Universidad de Stuttgart en Alemania confirmaron el diseño propuesto”. Cuando leo estas cosas siempre me acuerdo de Gaudí ¡mira qué era elemental, hacer lo mismo con cuerdas y unos ladrillos de contrapeso! Claro que entonces no había ordenadores ¡lo qué habría hecho hoy!
Detalle de la unión de los paneles y pasarela-mirador jujo87
Veamos la parte irracionalmente negativa. Del proyecto me molestan varias cosas. Primero, la vista aérea. No sé cuantas fotos de este tipo habré analizado en mi carrera profesional. Han debido de ser muchas. Pero creo que nunca me he encontrado con una que me haya desagradado más que la que aparece abajo. Ni tan siquiera la de un bosque quemado o la del Berlín bombardeado. Esas formas totalmente ajenas a Sevilla. Nada que ver con el grano, ni con la topología ni con la geometría del sitio. Como si un enorme pájaro se hubiera posado sobre la ciudad dispuesto a la caza. Es que resulta tan evidente la discordancia entre la identidad de la ciudad y el extraño cuerpo colocado encima que no puedo llegar a entender que se haya propuesto algo así. Y lo que es peor: no se trata del dibujo de un proyecto. Es real. Claro, a veces, llegan los Agripa de turno y colocan Odeones en las Ágoras (hay regalos envenenados). Aunque no dejaba de ser una monstruosidad, aquello tenía una función, una utilidad de gobierno derivada de que Roma era un pueblo conquistador que tenía que imponerse, intimidar. Pero ¿y esto? Porque, además, se ve que “aquello” (lo que sea, probablemente un alien) es ajeno al sitio. Un depredador colocado sobre el tejido vivo de la ciudad.
Ni la topología, ni el grano, ni la escala: un alien PdlP Arquitectura
Mi segundo comentario irracional se refiere a la existencia de dos plazas que compiten entre sí. La ambivalencia de niveles produce un espacio confuso e incomprensible. Además, feo. En algunas fotos se disimula un poco, pero la realidad se impone cuando el paseante se acerca. Aparte de ser innecesaria la colocación de una galería comercial, está en un sitio inadecuado. Probablemente la maldición empezó cuando José Bonaparte decidió construir una plaza de abastos que absorbiese las panaderías de la plaza del Pan, las carnicerías y verdulerías de la de la Alfalfa o las fruterías de la del Salvador. Desde entonces el alma de la Encarnación vaga en pena por toda Sevilla. Además, la plaza elevada rompe completamente la unidad visual de un espacio que, sin obstáculos, sería grandioso. Y funcionalmente no hace más que complicarlo todo, ya que los accesos se producen al nivel inferior que es el original del terreno. Claro que, para compensar, aparecen las escaleras. Fantásticas para fotografiar grupos, para ver pasar a Los Servitas o para colocar pancartas. Le falta topografía y perspectiva para llegar a ser como la que separa ambas Quintanas en Santiago, pero puede dar mucho rendimiento para que La Encarnación se convierta en un icono de Sevilla. Prefiero no proponer un pavimento acristalado para ver los restos arqueológicos desde la cota original de la plaza porque, claro, no se podría cobrar entrada para verlos.
Dos plazas superpuestas jonathan chanca
Pero lo que más me molesta, y esto ya en el plano sentimental, es el papel que se le ha asignado al elemento que, durante años, ha sido el depositario del alma de La Encarnación: la fuente. La pobre se ha quedado arrinconada, olvidada, despreciada frente a los enormes hongos surgidos de las profundidades. Pero está. Cuesta encontrarla. Cuando se busca en las fotos aéreas, en las que hacen los turistas, en los cientos de vídeos que se hay de la plaza, entre las imágenes de la acampada del 15-M (que son miles), y se encuentra por fin, aparece como un pequeño elemento casi invisible en su humildad. No sé, como que me da pena. Le han quitado el banco y lo han sustituido por otro de hormigón, “más nuevo”. Cuando vuelva a Sevilla le acercaré una flor para que sepa que todavía alguien se acuerda de ella (dos pajas y media de agua que llevaba y ahí está, de figurante). Pero, claro, no se trata de mi relación personal con la fuente. Se trata del síntoma más evidente de que algo se ha hecho mal. El paisaje, sea urbano o no, lo es en tanto que se valoran determinados elementos característicos que lo definen y lo identifican. Casi siempre son los que dan continuidad histórica. Su conservación y potenciación es vital para mantener el discurso temporal que liga las personas con el territorio.
Las Setas comiéndose La Encarnación El Palmesano
No sé la relación de Jürgen Mayer con Sevilla. Probablemente conocía y amaba esta ciudad. Espero que se me entienda lo que voy a decir, pero determinadas intervenciones en ámbitos urbanos muy críticos no deberían hacerse “desde fuera”. Es posible que personas muy sensibles sean capaces de identificar a la primera los elementos irrenunciables (incluso, a veces, mejor que los “de dentro”), pero lo más probable es que no. Me encantan los “concursos internacionales” pero sólo para ámbitos genéricos de la ciudad (podéis leer el artículo sobre la ciudad genérica en este blog). Mis alumnos y todos los que me conocen saben que, después de una larga travesía, he llegado al convencimiento de que estamos en un momento en que resulta imprescindible una vuelta a lo local. Los territorios y sus habitantes necesitan, sobre todo ahora, una mirada interior. Una recomposición de las relaciones cercanas. Las Setas de la plaza de la Encarnación podían estar colocadas igualmente en la Puerta del Sol de Madrid, en la Plaza Mayor de Valladolid, en la de Armas de La Serena o en el King Circus de Bath. En todos los casos igualmente mal. No parece normal que el mismo proyecto producido en un estudio de Londres o Berlín (por ejemplificar) sea aplicable a La Palmas, Honk Kong, Irvine o El Cairo. Y si lo es, algo no funciona. Porque no es sólo que hayamos sucumbido ante el pensamiento único. Es que también es única la estética, los valores, la historia o las formas de relación entre personas. ¿Diversidad? ¿Complejidad? ¿Dónde?
Manifestación Democracia Real Ya fjjimenez
Pero al empezar el artículo hablaba de una segunda lectura. El ejemplo que os he traído hoy también tiene partes positivas. Claro que sí. No hay nada más que oír las opiniones de la gente, leer las convocatorias de actos multitudinarios o las referencias en prensa o en Internet. La plaza de Las Setas (que no la de La Encarnación) “ya” se ha convertido en una referencia. Los turistas no pueden irse de la ciudad sin verla. Es posible que en su recorrido por Andalucía en siete días se tengan que perder en su visita sevillana el parque de María Luisa, o incluso dejen de tomar un fino a orillas del río pero seguro que se irán con una foto en las escaleras de la plaza de Las Setas. Y no sólo el 15-M hace convocatorias debajo de los hongos, sino también organizaciones de todo tipo como las feministas (“Marea Violeta”, 10 de febrero de 2012, Sevilla, Plaza de la Encarnación “Las Setas”, a las 19:30 horas), pacifistas (domingo, 15 de abril, Sevilla, Las Setas, plaza de la Encarnación, a las 21:30), o se celebran múltiples eventos como el Orgullo Gay. Ese es el valor de lo paradójico. Si esta carísima escultura se hubiera colocado en cualquier espacio libre de los nuevos crecimientos urbanos, o en la Cartuja, como piden algunos, nunca hubiera podido llegar a ser un símbolo. Era necesario un lugar espacioso, central, accesible e histórico. En Sevilla no se me ocurren muchos más.
La Virgen y las setas Grupo Joly en Skyscrapercity
El contraste, la contradicción, el absurdo, son básicos para vender un producto. Hace muchos años aprendí que para unir dos cosas en el recuerdo hay que establecer mentalmente entre ellas una relación impactante ya que los vínculos normales se borran muy pronto. Por ejemplo, para recordar la relación entre un hombre y un perro no es adecuada la imagen de ambos paseando tranquilamente por el parque. Mucho mejor es la del descuartizamiento e ingesta del uno por el otro (a ser posible que el perro trinche y se coma al hombre). Eso es lo que han hecho Las Setas con La Encarnación, comérsela ¿no parece absurdo que esta escultura haya podido surgir en una trama urbana como esta? Pero, precisamente, esta paradoja ayuda al impacto. Y probablemente, para promocionar una imagen turística de la ciudad, sea el camino adecuado. La pregunta que habría que hacerse es si realmente Sevilla necesitaba este tipo de imagen para su promoción. En el artículo anterior titulado Hacia un urbanismo de código abierto planteaba la necesidad de una ciudad transparente. ¿Ha podido elegir el ciudadano qué quería en La Encarnación? ¿Hubiera preferido que se construyera otra cosa con los más de cien millones que dicen ha costado la escultura?
El salto a la parte sur no parece una idea muy afortunada explow
Además parece que la solución ha sido correcta. Toda el área cercana se ha revitalizado. Los propietarios de los puestos están encantados. Los de los pisos también. La situación es, claramente, mejor que la anterior y el entorno ha progresado. Por lo menos respecto a la situación que había antes (lo cual no parece difícil): descampado, suciedad, polvo, aparcamiento de coches, obras, vallas, degradación. Casi cualquier actuación habría mejorado la zona. Esta también, claro. ¿Pero no había una alternativa menos costosa? Menos costosa en euros, en cultura, en identidad, en paisaje, en historia. Se trata de un excelente ejemplo para explicar a mis alumnos la esencia de un urbanismo decrépito, basado en el marketing, y cuyo objetivo básico es vender la ciudad. Un urbanismo que debería tener sus días contados. ¿Alguien le ha ofrecido a los sevillanos una alternativa (una sola) a la colocación de unas enormes setas en este espacio maldito, que no fuera la de dejar las cosas como estaban a sabiendas de que estaban mal? Necesitamos ciudades transparentes, ya. El problema seguramente es que, para conseguir ciudades transparentes necesitamos también una administración transparente, una política transparente con políticos no profesionales y unos técnicos que no se encierren en sus torres de marfil inviolables. Todo un programa de cambio.
La Giralda, al fondo Teresa, gracias por la foto
Les escribí a Teresa y a Domingo un correo para contarles como pensaba enfocar el artículo recordándoles aquella noche en que me descubrieron Las Setas. La respuesta de ambos fue un montón de fotos. He elegido una de Domingo que me ha servido para ilustrar la "lluvia en Sevilla". Y dos de Teresa que me han parecido significativas. La de arriba, con la iglesia de La Anunciación, la Giralda al fondo y las uniones de los paneles en primer plano. Y la de abajo, que da una idea muy clara del error de escala y de la falta de respeto a "mi" querida fuente. Además, porque aparecen los restos del verde que queda. Cada vez estoy más convencido de que en las piedras de la fuente es donde se refugia el espíritu en pena de La Encarnación después de vagar durante la noche por las calles de esta ciudad maravillosa. Como podéis comprender, mi conclusión final no puede ser otra: este lugar tan especial merecía haber tenido mejor suerte que la de ser famoso. Por ejemplo, la de contar con el cariño de todos los sevillanos (me considero uno más, por eso me he atrevido con esta crítica). Es posible que, con el tiempo, llegue a querer a estas setas carísimas y desmesuradas, pero habrá sido por el roce y la costumbre, no por un amor a primera vista.
La fuente y Las Setas: David y Goliat Teresa, gracias por la foto
Menos mal que sigue la fuente, y cuando vaya por Sevilla siempre podré sentarme un rato a su lado bajo las ramas de unos árboles que no tienen precio porque son impagables y que, afortunadamente, no han cortado (bueno, alguno que otro ha sucumbido a la motosierra). Y trataré entonces de dejar el tiempo suspendido por un instante. Sólo un instante, claro, justo hasta que se me ocurra girar la cabeza y descanse la mirada sobre el enorme pedúnculo que sostiene un sombrero formado por decenas de piezas de madera microlaminada recubierta por poliuretano impermeable y unidas entre sí por un novedoso procedimiento de encolado (para cuyo cálculo se ha tenido en cuenta que en Sevilla hace calor). Os espero en Las Setas. Bueno, como aquello es muy grande, mejor en el banco que está frente a la fuente, a la sombra de los árboles de siempre.
Ficha
METROPOL PARASOL - Redevelopment of Plaza de la Encarnacion, Seville, Spain
Project Architect: Jürgen Mayer H., Andre Santer, Marta Ramírez Iglesias
J. MAYER H. Project Team: Ana Alonso de la Varga, Jan-Christoph Stockebrand, Marcus Blum, Paul Angelier, Hans Schneider, Thorsten Blatter, Wilko Hoffmann, Claudia Marcinowski, Sebastian Finckh, Alessandra Raponi, Olivier Jacques, Nai Huei Wang, Dirk Blomeyer (Management Consultant 1st Phase)
International Competition 2004, 1st Prize, Project: 2004-2011, Opening: March 2011,
Completion: April 2011
Client: Ayuntamiento de Sevilla und SACYR
With: ARUP GmbH NL Berlin/Madrid
Technical Support for Plants – Competition 2nd Phase only: Coqui-Malachowska-Coqui with Thomas Waldau
Technical Consultant and Multidisciplinary Engineers for Realization: Arup
Timber Construction Company: Finnforest
Permanent Collection of Museum of Modern Art, NY and Staatliche Museen zu Berlin, Preussischer Kulturbesitz, Berlin
Permanent Collection of DAM, Deutsches Architekturmuseum Frankfurt, Germany
Holcim Award, 2005, Winner Europe Bronze for Sustainable Construction
Materiales complementarios en la red
- En el portal Conocer Sevilla se puede encontrar una información bastante sintética sobre la Encarnación.
- En la página Ad Aperturam Libri, Romualdo de Gelo tiene una página titulada La Plaza de la Encarnación bastante documentada y que permite al lector, sin necesidad de hacer una búsqueda bibliográfica exhaustiva tener una idea bastante clara del devenir histórico de la plaza.
- También en Sevillapedia se puede encontrar bastante información útil para el turista. Y una de las pocas fotos que circulan en la red de la fuente en primer plano con las setas al fondo. Tanto aquí como en la página de Romualdo de Gelo se puede leer la inscripción grabada en la pieza superior de la fuente.
- En el blog de Fernando Alda se puede encontrar un interesante artículo titulado: Plaza de la Encarnación: ¿un nuevo ágora para Sevilla?, con unas fotos impresionantes (fijarse en la función de las escaleras) de su “toma” por la ciudadanía.
- Una excelente recopilación fotográfica de las diversas situaciones por las que ha pasado la plaza puede encontrarse en el blog Esa Sevilla.
- Buenas recopilaciones de fotos y de imágenes del proyecto se pueden encontrar en las páginas de Jürgen Mayer, Solaripedia, Architec (con una perspectiva isométrica de la unión de los paneles) y, por supuesto, en Skyscrepercity aunque os llevará tiempo recorrer las 47 páginas con vídeos y fotos que tiene el hilo a día de hoy.
- Detalles técnicos, constructivos y secciones, incluso de las uniones pueden encontrarse en la página Construíble, todo sobre construcción sostenible.
- ¿Cómo se ve desde fuera? Rowan Moore en The Guardian dice en el artículo Metropol Parasol, Sevilla: “Oh my God, it's an icon. How very last decade. Did the city of Seville not get the memo? Big, flashy buildings are out; hair shirts are in. Then again, building projects are slow things, especially when they have hugely ambitious and untried structural ideas. In 2004, when the Metropol Parasol project was launched, and Spain felt flusher than it does now, few were thinking it would open after the country was hit by one of the worst of the European Union's many financial crises. As it is, like the grandiose new City of Culture of Galicia complex in Santiago de Compostela, it looks like a late work of bubble baroque”.
- La guinda: Urbanismo reclamará a Jürgen Mayer por el sobrecoste de Metropol Parasol.
Fantástico artículo señor Fariña, enhorabuena.
ResponderEliminarResido en Sevilla, cerca de este lugar y me gustaría comentar que uno de los principales defectos, desde mi punto de vista es la plaza elevada. Normalmente una plaza es un lugar "cruce de caminos", donde podemos encontrar desde personas sentadas en un banco (al lado de la fuente, ¿porqué no?) hasta gente que va de un lado a otro o niños que juegan. Cuando se pasa por el lugar, se comprueba que la plaza de "abajo", a cota de terreno (donde está la fuente), es un hervidero de gente que va y viene, sin embargo cuando subes a la plaza "elevada" te encuentras con una superficie de hormigón con algún turista haciendo fotografias y nada más (apenas hay bancos). Es una lástima, porque toda esa superfice queda desaprovechada compeltamente. Las terrazas de algunos bares que se han abierto en la zona colmatan las dos calles que han quedado a ambos lados de las setas (siempre a cota del terreno), quedando la plaza elevada practicamente vacia.
Me ha encantado el análisis histótico del artículo, cuando pase por la zona, miraré la fuente de otra manera ;-)
Sevilla puede ser la ciudad más cantada y ahora puedo imaginarme el tipo de canciones que pueden surgir a la sombra de las setas.
ResponderEliminarAl igual que Santiago de Compostela, es una ciudad conocida en todo el mundo, ¿qué necesidad había para hacer esto o, aquello en el monte?.
Te espero en la fuente para tomar unos finos, dando espalda a las setas.
Manuel Berlanga
Hola José:
ResponderEliminarNo he podido evitar sentir cierta simpatía (o empatía) con el artículo, pues parte de mis orígenes vienen de Sevilla, tengo familia allí y suelo ir de vez en cuando.
Este mismo diciembre pasado estuve visitando las setas, y la verdad es que volví con una sensación muy rara. No entendía nada (ni para bien ni para mal), quizás como dices por el gran impacto y contraste visual que producen en la primera visita. Y como soy "el arquitecto" de la familia todo el mundo me pedía opinión, y claro, yo sin saber qué decirles.
En junio vuelvo a Sevilla, a ver si saco un rato para ir a la Encarnación, al leer el artículo me han entrado ganas.
Un abrazo.
Como sevillano, hermano de la hermandad que cita, usuario y entusiasta de la arquitectura, el urbanismo y casi vecino de la Encarnación, quiero darle las gracias por esta jugosa entrada en la que casi se me caen dos lagrimones cuando usted habla de nuestra querida fuente...
ResponderEliminarComparto en gran medida su opinión sobre Metropol Parasol, y también comparto que, a fuer de llevar a mi hijo a pasear por este espacio durante las pasadas Navidades, uno termina cogiéndole cariño, asimilando y acomodando el lugar a nuestra identidad urbana, por otra parte no queda otra...
Es curioso cómo este proyecto, junto al de la Torre Pelli, ha levantado pasiones encontradas en Sevilla, los defensores aludiendo a la "modernidad" del invento y los detractores señalando que "no pega", todo ello adobado con acusaciones mutuas de "catetismo" y otras flores del campo...
Recientemente hemos sabido lo que ha costado el proyecto, que privatiza un espacio público para las próximas cuatro décadas y que pasó por una etapa en la que ni siquiera se sabía cómo construirlo... todo un ejemplo de urbanismo participativo y abierto que bajo el paraguas de "la modernidad", el gancho turístico y la recuperación de un enclave degradado desde hace otras tantas cuatro décadas, ha terminado en el "sí bwana" de los hechos consumados.
Que sean para bien los 145 euros que invertí en Las Setas.
Un saludo.
Gracias por el artículo!
ResponderEliminarMe he sentido muy identificado por las sensaciones descritas, y que parece que, por los comentarios, es bastante común.
Sin duda no deja indiferente a nadie, y lo he comprobado con distintos amigos de fuera de Sevilla que se quedan en estado de shock trass encontrarse la plaza en un sitio inesperado, lo que sin duda indica la ruptura con el entorno. Eso sí, después opinan, pero lo primero es quedarse sin habla.
El mayor ejemplo de que algo falla es el entorno de la fuente y los árboles. Los han arrinconado porque en algún sitio había que dejar la fuente. Y los árboles se salvaron porque al ser tan grandes las protestas serían gigantescas, que sino... A todo esto no hablo de la jardinería y los detalles que también fallan.
En la plaza elevada, fallan las circulaciones, la permeabilidad del espacio desde las calles aledañas: José Gestoso, Alcazares, Regina... , y por ello el espacio que hay en la plaza elevada está inutilizado. No entiendo como no se tuvo en cuenta este detalle en Sevilla donde se hace tanta vida en la calle.
Y el éxito... es normal que lo tenga, antes de la intervención estaba mal, pero es que si con e dínero gastado no tiene éxito es para suicidarse.
Por último, aportar algunas imágenes más de mi blog, entre ellas algunos panoramas:
PANORAMAS En Metropol-parasol-impresiones
Bien, no mejor, no ¡estupendo! no tengo nada más que decir, porque José lo ha dicho todo, y de la mejor forma que podría decirlo nadie. Gracias por el artículo, que ahora mismo voy a enviar a unos cuantos amigos sevillanos.
ResponderEliminarMuy completo.
ResponderEliminar:-]
Hace poco tuve la oportunidad de conocer este magno ejemplo de saprofitismo urbano. Al recuperar la noción de la realidad ante el impacto visual del ameboide engendro , me pregunté dos cosas de lo más prosaicas: la pasta que debe costar su mantenimiento (el dinero de los recortes será para asegurar su digno envejecimiento) y el empeño de algunas autoridades municipales por rizar el rizo, evidenciando el inherente catetismo -como dice el compañero anterior- que inunda los estamentos políticos patrios. Aun así, no soy capaz de aborrecer el asunto, máxime cuando los lugareños están presuntamente encantados con las actuaciones perpetradas por su consistorio. Gran post, sin duda. Un abrazo. Javier M. Fernández-Rico.
ResponderEliminarDebo decir que, aún sin conocerlo y a través de las fotos y los planos, el lugar, el edificio, y la solución me han parecido siempre espantosos. Sin embargo (y pienso que algo de ello se traduce tras el tono desenfadado de tu artículo) me da la impresión de que existe un "nosequé" que hace que el asunto haya acabado por no estar tan mal.
ResponderEliminarY me explico: no creo que el éxito del Metropol Parasol sea sólo una cuestión de márketing; ni pienso, tampoco, que la Encarnación sea un lugar maldito al estilo de la Plaza de Castilla. No me imagino una concentración del #15M de ese tamaño ni en el Guggenheim (paradigma de lo publicitario), ni en la Plaza de Castilla (a su vez de lo maldito) Esa imagen de la grada repleta tiene algo de enigmático, no sé... de un cierto éxito urbano al que no puede ser ajena la intervención. Respecto a la Pza. de Castilla, ¿sólo centralidad? Quizás sí, o quizás no.
Me atrevo a defender (como parece que haces tú) que se trata de una intención adecuada con una formalización equivocada: es decir, que una grada y un parasol, en un lugar céntrico y maldito, están condenados a tener éxito, por muy torpe que sea el conjunto.
Voy a Sevilla dentro de un mes, así que tendré más datos para formarme un criterio, que compartiré aquí. ¡Un abrazo! Andrés.
EXCELENTE ANALISIS, HACE ALGUN TIEMPO OBSERVE ESTE DESASTRE EN ALGUNA REVISTA DE ARQUITECTURA, DONDE HABLABAN DE SU IMPETU Y FUERZA RENOVADORA.
ResponderEliminarPERO ME ENCUENTRO QUE NO SOLO ESTETICAMENTE ES UN MOSNTRUO SINO QUE DESDIBUJA LA HISTORIA, EL ESPIRITU Y LA MEMORIA DEL LUGAR....QUE BUEN BLOG SALUDOS DESDE COLOMBIA
Un artículo envidiable (me encantaría haberlo escrito yo).
ResponderEliminarLe dejo esta reliquia documental que creo pocos disfrutan ya. Todas las propuestas presentadas a concurso...
http://www.sevilla.org/encarnacion/esp/inicio.html
Saludos,
Miguel.
Enhorabuena por el artículo.
ResponderEliminarMe ha parecido claro, lúcido y sincero, y que a pesar de parecer nostálgico, creo que tiene un valor pedagógico tremendo.
Estoy totalmente de acuerdo en todo, especialmente a la mención que hace usted sobre la importancia de estudiar los aspectos locales en todos los campos.
Ahora que está tan de moda la "innovación", hay que hacer de ella una herramienta capaz de saber utilizar lo que en tantos siglos hemos conseguido sintetizar, para dejar respirar a la humanidad, hacer buen uso del desorientado "sentido común", y empezar, con humildad, a pensar, ¡ese fantástico ejercicio!.
Me recuerda a una colmena vacía, sin movimiento, sin vida, sin actividad. El Urbanismo está vacío de contenido porque se apoyaba en la actividad del hombre, y el hombre ha sido sustituido. Reside en el recuerdo de algunos y en ciertos santuarios, pero por lo demás, ha sido una extinción rápida y silenciosa.
ResponderEliminarEl problema no es sólo el económico, el simbólico, el de identidad o paisaje, no es sólo el tachón histórico...Es la perpetuación de un mecanismo con el que pretendemos acabar...A saber, si sacándole alguna pieza al engranaje conseguimos pararlo.
Cada ciudad ha conseguido su cafetera, pero ahora no hay café que degustar. No hay aroma matutino.
Una gota más para colmar el vaso, y una gota menos para reventar la olla. Me entristece enormemente que hayan talado algún que otro árbol para "plantificar" más masa inerte en este lugar. Denota la formación que tenemos los arquitectos y urbanistas en cuestiones como la salud, o la biología. Suerte de los que como yo hicimos dos bachilleratos, y aquello de la química no nos suena a hechizo mágico.
Que siga, que siga, que siga la ignorancia al mando de las decisiones, del lado ejecutivo, a la luz del poder, y veremos como se retira el sol acobardado por detrás de un último atardecer.
Bravo al arquitecto Jürgen, ha sabido colocar su producto en el mercado español, y además seguir disfrutando del suyo propio. Esto es lo que no tenemos demasiado bien aprendido aquí, y así nos va.
Genial lo de la capacidad de elección del ciudadano, la necesidad de un Urbanismo transparente. Suena imposible, lejano diría yo...Desgraciadamente nos ha costado unos siglos entender que algunas cosas sólo pueden ser así: transparentes.
Pero después de todo la naturaleza es sabia. (No viene a cuento, pero siempre me queda ese consuelo).
Espero no haber realizado un comentario demasiado pesimista. Pero es que una ya tiene todo este tema atragantado.
Un saludo,
Adri
Gracias por tan excelente artículo. Confieso que me temía lo peor cuando visité la plaza, sorprendido por el "valor" de tan desmesurada intervención, hasta intenté encontrar algún tipo de justificación por los restos arqueológicos, la nueva visión que ofrecía de la ciudad... y para no llevarme más disgustos después de ver la desafortunada reforma de la Alameda de Hércules. Acabé dentro de la Casa de Pilatos, olvidándome de todo eso. Hoy, gracias a José Fariña, lo tengo más claro: no era necesario algo así.
ResponderEliminarLa copla
ResponderEliminarJosé, no puedo hablar por vivencia propia, por lo que os dejo una anécdota musical de hace un año. Ay, pena penita, pena...
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=rZtpV0pHkQ0
Un abrazo,
María
Estimado Sr Fariña
ResponderEliminarEn primer lugar muchas gracias por como nos cuentas "tus" experiencias urbanas. Yo estudie Arquitectura e Sevilla hace ya unos cuantos años y recuerdo este espacio o más bien ese vacío "sin rumbo" en la ciudad. Estuve hace unos meses y no me acerque a mi Plaza de la Encarnación, las imágenes que me habían llegado por muchos lados habían conseguido por si solas que huyera de esa, entonces, mi plaza de la Encarnación. Algún día pasare por "allá", y no se que sentiré pero creo que será algo confuso y ajeno. Como bien expones "El paisaje, sea urbano o no, lo es en tanto que se valoran determinados elementos característicos que lo definen y lo identifican", y yo me pregunto ¿tanto trabajo cuesta encontrar las huellas y los simbolos propios de un lugar?.
Gracias.
Juan Martín.
El artículo es muy acertado, comparto la visión sobre el lugar que conozco desde mis años de la ETSA a inicios de los 70, seguí la construcción y apertura en visitas regulares a la ciudad y ahora la opinión de los ciudadanos, tal como se indica. No obstante, hay un elemento que no he encontrado en el artículo o en los comentarios que he revisado por encima y que quizás sea motivo de posterior reflexión por parte del autor: en la memoria del concurso, el proyecto ganador hace referencia a los árboles de la Plaza Cristo de Burgos cuyas copas cubren por completo el espacio. Magnolios o setas, estos acercamientos a un proyecto que tanto se valoran en la Escuela pueden traer estas consecuencias.
ResponderEliminarFariña, no des ideas... que la Espe o la Botella pronto nos plantan un alien en medio de la Puerta del Sol. Además, si ocupa bastante, no podría seguir siendo el lugar de acampada de ningún grupo de indeseables estropeando la bella vista de tan sublime lugar urbano desde la sede de la Comunidad de Madrid. Otro tanto se podía hacer en Cibeles y tampoco estropearía otra sublime vista urbana desde la sede del Ayuntamiento. ¡Qué época más perra me ha tocado vivir! José Luis.
ResponderEliminarPepe: y el caso es que en la primera foto las setas tienen un cierto aire de sevillanas. Sobre todo si se piensa en el traje popular femenino de ese sitio. Diría, desde la distancia no conozco la plaza, que el parecido es evidente. Aunque comprendo que dicha apreciación, desde la perspectiva de un gallego, no debería tener mucho valor. Unha aperta.
ResponderEliminarMe sumo a las gracias por el artículo, me siento totalmente identificada, tanto en lo bueno como en lo malo.
ResponderEliminarReconozco que, como a tantos otros, la primera vez que vi las famosas setas, no supe qué responder a la consabida pregunta de si te gustan o no las dichosas setas, mi respuesta fue, "no sé, tengo que asimilarlo", a día de hoy el sentimiento que prevalece es la falta de escala, me da la impresión de un gran ego que algunos no saben controlar y, por supuesto, la sensación de las cosas que se podían haber hecho con el mismo dinero y pretensiones más humanas.
En fin, quién sabe si al final nos haremos a ellas y serán un símbolo de la ciudad, el tiempo lo dirá, pero la fotografía aérea es, simplemente, hiriente.
En relación a lo que llama “el valor de lo paradójico” creo que tiene, en parte, su razón en lo que considero solo puede darse en algunos lugares “malditos” que pueden pasar la prueba aunque sea con un aprobado y la clave está en lo social; el caso de la plaza es un ejemplo de cómo la gente es capaz de crear, amoldar y modificar lugares con el uso y la ocupación del espacio, fenómeno que trasciende la arquitectura. Otro aspecto importante mas no aplicable en cualquier lugar son las características del contexto, morfológicas, geográficas, urbanas, sociales, culturales que definen el carácter particular de un lugar, en este caso dominante y son quizás elementos fuertes y resistentes ante una aplastante intervención. A pesar del peso que tienen los elementos añadidos (las setas) referente a lo material, lo arquitectónico y lo urbano sumado el impacto psicológico, este trauma de intervención es solo superado por la atmósfera envolvente de los fenómenos sociales que se desarrollan en el lugar muy a pesar de todos los contra que tiene, los cuales ha descrito perfectamente; lo lamentable e injustificable del caso, como este muchos otros en el territorio, es la salvaje apropiación del contexto avalado por la caduca fórmula del elemento monumento llama a renovación urbana y turismo, sin contar con los ya conocidos avatares del despilfarro y la mala praxis urbanística. Considero apropiado citar, nuevamente, a Norberto Chaves: "Esta sociedad obscena se jacta de sus arquitectónicas orgías ante un mundo que se desangra".
ResponderEliminarHola José,
ResponderEliminarHe descubierto su blog hace poco pero desde entonces sigo siempre sus artículos. Quizá lo que voy a exponer a continuación no tiene relación directa con el artículo presente pero estoy segura de que podrá remitirme a alguno en el que se trate el tema.
El caso es que el presente artículo me da que pensar en lo referente a las nuevas estrategias urbanas. Y me gustaría saber su opinión respecto a mi inquietud.
Actualmente se están desarrollando multitud de estrategias de indicadores para la mejora de la sostenibilidad a escala urbana. Mi miedo es que estas se olviden como lo hicieron las setas, de la identidad, de la historia de las ciudades. Me gustaría saber que opina usted en cuanto a la posibilidad de que los proyectos de sostenibilidad se malogren y promuevan una ciudad sin alma.
Le hago la pregunta desde el mayor de los respetos y con la intención de ver la luz en un camino que ahora comienzo y en el que veo muchas sombras que me asustan.
Muchas gracias por su ayuda.
Hola Jose,
ResponderEliminarEl artículo es muy interesante y abre nuevas reflexiones sobre lo que acontece en nuestras ciudades. Tal vez esta crisis económica haga repensar este tipo de proyectos a algunos ayuntamientos...pero no estoy tan segura. Tal vez opten por quitar las fuentes.
Quisiera centrar mi reflexión en la fuente, pues es ella, desde su posición, la que llena de ternura el artículo y nos da la perspectiva para valorar el macroproyecto vecino. La presencia de la fuente no sólo supone la comparación entre David y Goliat, y por ende, el diferente enfoque sobre el urbanismo. Las fuentes en las ciudades han tenido tradicionalmente un papel fundamental tanto a nivel social como de salud.
En otro tiempo, algunas fuentes también suponían una parada en el camino donde los peregrinos saciaban su sed y reposaban, al tiempo que quizás reflexionaban sobre su travesía. Estas reflexiones, compartidas con los lugareños en algunos casos, también construían el alma de la ciudad.
Hoy en día, vemos con frecuencia a personas mayores y a madres con sus niños alrededor de las fuentes. A estos últimos les encanta jugar con el agua, distracción que aprovechan los padres (y abuelos) para hacerles engullir el plátano o el yogur (lo cual daría pie a todo un artículo con cierto toque crítico).
Las guías de viajes siempre recomiendan algunos cafés donde los intelectuales se reunían a discutir sus opiniones y proyectos. Pero ¿Cuantas fuentes han sido testigos mudos de conversaciones, intrigas y reflexiones? Nos da pena cuando cierran uno de esos cafés entrañables, y sin embargo, asistimos pasivamente al "cierre" de una fuente.
Por eso, cada vez que se destruye física o estéticamente una fuente, se está aniquilando un derecho de la ciudadanía.
Un saludo cordial, ;-)
Berta Paz
Gracias a todos por vuestros comentarios. Perdonad que no haya contestado algunas preguntas pero como mis alumnos saben (y padecen) los días finales de mayo son una locura en la universidad. Haré lo posible porque no vuelva a ocurrir.
ResponderEliminarAnton, gracias por tus indicaciones que seguiría si supiera cómo hacerlo. De todas formas mi intención no es que me leen miles de internautas sino que mis alumnos saquen provecho del blog y, te aseguro, que todos saben como encontrarlo.
Andrés, efectivamente, cualquier cosa que se hubiera hecho en ese sitio habría tenido éxito (mejor: se habría hecho famosa). Pero también se han hecho famosos esplendorosos bodrios que andan por ahí (ahora no quiero meterme en el tema) guardados como oro en paño en las cámaras digitales de mucha gente.
Antonio, es verdad, no me había fijado en el aire "de sevillanas" que tiene la foto. No, si al final, la cosa va a tener mas intención de la que parece...
Anónimo del 30 de mayo a las 11:29, tienes toda la razón, estoy terminando un artículo que seguramente publicaré mañana que imagino dará respuesta a tu pregunta.
Repito mi agradecimiento por los comentarios elogiosos que me animan a seguir escribiendo, a pesar de que ello me obliga a sacar el tiempo de debajo de las piedras (y, a veces, levanto la piedra y el tiempo no está).
hola,
ResponderEliminarsólo quería aportar algo recientemente ocurrido que tiene que ver con las setas y consigue convertirlas literalmente en souvenir
un saludo
http://www.diariodesevilla.es/article/vivirensevilla/1273532/souvenir/alejado/los/topicos.html
http://www.lugadero.com/build-your-own-setas-ya-disponible-available/
muy buenas,
ResponderEliminarcomparto el contenido del artículo, además de ser vecina, me tocó estudiar en alguna asignatura el concurso internacional en su última fase. Había propuestas mejores, por supuesto...
y se optó por esa cosa que es "introducir un elemento potente y (¿)moderno(?)" que atraerá (¿)más(?) turismo...
Sólo añadiría un dato: hasta donde sé, por haber conversado con alguno de los tenderos, ellos son la parte más frágil. Si todo el conjunto está pensado como atractor turístico, el mercado no es un "mercado para turistas" (sólo hay que ver que funciona sólo por las mañanas).
Esto significa que no pueden vender mucho más caro que lo que vendían antes, en su "lugar provisional". Sin embargo, sí que pagan alquileres y tasas muuucho más altos que antes.
Habría que consultar cifras y contrastar el alquiler anterior con el actual. Pero lo que me contaron es que ya hay tenderos que se fueron y algunos a punto de hacerlo.
Hay quien sospecha (por "lo frágil y fácilmente desmontable" de toda la distribución interior del mercado, frente a la "potencia" estructural del elemento completo) que la parte del mercado está preparada para que se vacíe, más tarde o más temprano, y dar paso definitivamente a un centro comercial... ¡veremos!
Como siempre, excepcional artículo. He disfrutado mucho leyéndolo. No conozco muy a fondo la ciudad de Sevilla, y no he tenido la oportunidad de pasear por la plaza antes de la "actuación". Pero con los antecedentes históricos y las fotos se puede entender que lo que se ha hecho, en mi opinión, no corresponde a lo que la ciudad y los sevillanos esperaban.. pienso que no por ser una plaza grande hay que "meter" algo fuera de escala completamente. Las setas tienen unos cimientos que ni una fábrica de aerogeneradores! Es desmesurado..
ResponderEliminarY conseguir sombra con unas estructuras tan entramadas
es complicado.. con lo sencillo, ecológico, agradable y humano que son los árboles... a nuestra escala, con cambios estacionales, con fauna.. En mi opinión una plaza clásica, que recuperara y potenciara los elementos existentes habría sido más lógico..
Habrá que ir a verlo!
Un cordial saludo y muchas gracias por tu visita al blog!
Isabel
Estimado profesor.
ResponderEliminarAunque tengo ya mis años, estoy estudiando ahora arquitectura, mi pasión frustrada durante tantos años. Cuando descubrí las Setas de Sevilla pensé enseguida que mi camino en la arquitectura iba a ser tortuoso porque mi ánimo no podía soportar que aquella visión tan desproporcionada, artificiosa, irrespetuosa, y desprovista de toda capacidad de emoción, pudiera surgir victoriosa de la opinión colegiada de un jurado de supuesto alto magisterio arquitectónico.
Creo que se trata nítidamente de lo que claramente denuncia Juhani Pallasmaa en su incesante y lúcido libro "Los ojos de la piel".
Las Setas de la Encarnación de Sevilla son una clara alegoría al ocularcentrismo del que nos habla Pallasmaa.
Es una obra de la que se nutre la vista como único sentido invitado. Es una obra que hay que analizar desde la distancia. Pues la cercanía a la obra descubre poco a poco su nulo contenido. Es una obra vacía. Por eso resulta tan alarmante encontrarsela de pronto, y sin distancia. Pues al no tener la defensa de la perspectiva, uno sencillamente no sabe qué demonios tiene delante.
Se trata de esas obras cancerosas que sólo aguanta el papel, o el ordenador; que tergiversan la visión en pantalla al puro antojo de su creador, olvidando que la escala existe, que el punto de visión siempre está a 1,70 del suelo, y que la luz de Sevilla no la conoce el ordenador.
Cuando se unen el ego del arquitecto irresponsable con el ego del politico ignorante sólo pueden aparecer hongos.
<Críticas muy similares recibió la Torre Eiffel cuando se mostró al mundo en la Exposición de París....y ahora nadie puede imaginar a la ciudad luz sin su esbelto icono....sospecho que esta misma será la suerte que corran las setas.
ResponderEliminarYavanna: sí, claro, ya lo digo en el artículo, pueden terminar siendo un icono de Sevilla. Lo que no me negarás son dos cosas: que la Torre se situó en una explanada al final del Campo de Marte sin molestar demasiado y las Setas están en pleno centro de Sevilla; y que la Torre fue, entre otras cosas, la estructura más elevada del mundo durante cuarenta años después de su construcción (un prodigio de la tecnología) mientras que las Setas... Aunque respecto a los símbolos es complicado siempre predecir el futuro ¡quién iba a decir que el Manneken Pis iba a ser uno de los símbolos de Bruselas! (aparentemente inocente, ocupa poco, no destroza nada, uno nunca sabe el futuro identitario de algunas pieza urbanas).
ResponderEliminarMuchísimas gracias por este artículo.
ResponderEliminarMe ha parecido magnífico, muchas felicidades.
Gracias por ser capaz de mostrar con palabras e imágenes lo que estoy segura que la mayoría de los Sevillanos sentimos.
Un saludo de una Sevillana apenada.
¿Llegará el día en que los políticos tengan en cuenta la opinión de los ciudadanos?
Tan lúcido como entretenido, gracias por compartirlo. Me he reído, pensado, sonreído y lamentado leyéndolo.
ResponderEliminarCuando ha citado a Gaudí, me venían a la cabeza algunas impresiones que en la época, con sus opiniones encontradas, despertaban sus extravagancias: "arquitectura para dragones" o "aparcamientos para zeppelines". Gaudí, tan creativo en un contexto propicio, trabajaba para una burguesía particular y creaba en un tiempo de crecimiento, al menos para sus clientes.
Dudo mucho que esta plaza, siendo icono inevitable, sea un imán aún incomprendido que alcance una repercusión semejante a, como alguien quiere apuntar incluso, La Torre Eiffel. ¿Creen por Sevilla que mucha gente se va a pegar un viaje para ver un parasol ondulante en un estilo de nuevo ingenio que encontramos tanto aquí como en Australia, Malasia o...? Y del Guggenheim ya nos sabemos desde hace rato que confluyeron varios aciertos muy oportunos.
A algunos asesores de urbanismo y políticos (y escribe este comentario un llano lector del blog) les podría bastar con leer este artículo hasta el final. Así para despejarse, digo. Si lo comprenden, entonces viene cuando ya uno solo se pregunta y se explica cosas raras como porcentajes en los presupuestos. No será el caso. Serán gente que apuesta fuerte.
Saludos.
Sevilla ha perdido la oportunidad de contar con una zona verde en pleno centro.
ResponderEliminarNo puedo dejar de pensar en el proyecto de Jean Nouvel para la sede de JVC Omnilife en Guadalajara, México. Una zona verde, parcialmente cubierta, con módulos que podían haber acogido el mercado de abastos.
En fin. Las setas son un disparate, una monstruosidad. Claro que uno se encariña también con las monstruosidades, y más cuanta más vida compartes con ellas. Pero además de las críticas urbanísticos y arquitectónicos, o incluso ingenieriles, está el económico. Ese gasto tiene un coste de oportunidad (lo que podría haberse hecho alternativamente) descomunal, en una ciudad tan atrasada como Sevilla en aspectos esenciales (transporte, equipamiento público, actividad cultural).
Fantástico articulo, la verdad que la zona se ha revalorizado pero dista mucho de arquitectura de calidad, la escala es totalmente anormal.
ResponderEliminarSaludos
ResponderEliminarEl artículo no puede ser mas bueno .Gracias y Enhorabuena señor Fariñas
Me encontré este post sobre mi Sevilla del alma. Gracias por haberme emocionado. Espero verle algún día cerca de la fuente, yo paso por allí todos, sin faltar uno.
ResponderEliminarYo no escribí nada porque estas cosas te dejan sin verbo, pero lo puse en mis Cascotes http://cascotesychascarrillos.blogspot.com.es/2010/12/162-metropol-parasol-sevilla.html
ResponderEliminary ¡cielos! es uno de los post más admirados: ¡más de diez mil visitas! ¿Conoce la gente mi blog por el Parasol o conoce la gente el parasol por mi blog? No lo sé pero no me alegra nada esta sintonía ja ja ja.
En cuanto a lo de la fuentecita yo también defendí una en su día cuando estas cosas no me habían quitado aún las ganas de escribir , pero ay, ahora me doy cuenta de que no está en internet. Veré de arreglarlo y mandarte el link. Celebro que aún te queden ganas de escribir. Es una forma como otra cualquier de llorar. Otros levantan sus manos con el índice y meñique levantados y gritan SATAN ES MI SEÑOR. Para gustos parasoles.
Un cordial saludo.
en el año 1970 vendiamos pavos y pollos vivos en la encarnacion,eran otros tiempos,pienso que entonces la plaza estaba mejor yo tenia 10 añitos,
ResponderEliminar...badajoz.
Todavia están a tiempo de derribar ese feo mamarracho que desluce a Sevilla
ResponderEliminarHola, está estupendo el artículo y no he podido dejar de leerlo hasta el final, completísimo en documentación, fotografías y datos. Además comparto muchos de los puntos de vista que tiene. Especialmente me convence uno de los que menciona hacia el final del artículo, cuando dice que este proyecto se habría podido poner en cualquier lugar, aunque con matices, porque para qué serviría poner un parasol en Berlin, que tienen 3 días al año de calor.
ResponderEliminarComo digo, mi enhorabuena por tan completo artículo.
No obstante tengo otro punto de vista en cuanto a la intervención. Si bien estoy de acuerdo en que es dura (o atrevida) también pienso que no debemos estar siempre preocupándonos por conservar lo existente a cualquier precio. Pienso que de la experimentación viene el progreso y que, cuando se empezaron a construir, por ejemplo, los primeros edificios renacentistas serían un escándalo. Si no se prueba, no se evoluciona.
He escrito un artículo completo en relación con este edificio que quizá le interese ojear. http://www.10endibujo.com/metropol-parasol/
Muchas gracias por compartir sus conocimientos y su opinión.
Un saludo, Pablo
Pablo Domingo: no, si yo no me quejo de se hagan cosas nuevas. Muy al contrario, la única forma de avanzar es innovando. De lo que me quejo es del sitio donde han plantado las setas. Hay lugares y lugares. He intervenciones e intervenciones. E intervenciones adecuadas a determinados lugares y no a otros. Probablemente las setas colocadas en La Cartuja serían otra cosa. Eso sí, no formarían parte de esta sociedad del espectáculo en la que lo único que importa es el impacto mediático y el entretenimiento, ya que no serían "rompedoras". La arquitectura del espectáculo tiene sus adeptos pero, por favor, que no sea a costa de una arquitectura más verdadera (como el edificio que diseñó Moneo para La Previsión Española cerca de la Torre del Oro).
ResponderEliminarSoy de Sevilla y vivo al lado y son chulísimas. Me encanta la estética, el lugar y la justificación del arquitecto (se inspiró en los árboles de la plaza de San Pedro).
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