Ya podéis comprender que con un título como este tenía que hacer un artículo. He tardado bastante por distintas razones. Pero la fundamental es que no tenía claro el tema. Tenía el título pero no tenía el tema. Creo que ahora, más o menos, puedo ponerme a escribir. Esta es la historia de una ciudad que no eran mil, sino una. Una que, además, estaba en la cabeza (o cabezas) de unos arquitectos. El cómo esta ciudad se convierte en mil ciudades necesita mil generaciones para ser explicado. Las mismas que vivirán en ella a lo largo de los años y que la irán construyendo vida a vida. A día de hoy, esta ciudad no es mil ciudades. Como máximo, dos o tres. La ciudad de Andrés Perea y el equipo Bloque, la ciudad de los primeros bocetos coreanos y, posiblemente, la ciudad en la que estén pensando ahora. En ser mil, lo que se dice mil, tardará un poco.
En el año 2004 el gobierno de Corea del Sur preocupado por el crecimiento de su capital Seúl que en la actualidad cuenta con cerca de 10.000.000 de habitantes (20.000.000 en su área metropolitana) de los aproximadamente 47.000.000 del país, decide crear una nueva ciudad a la que desplazará los ministerios y demás instituciones administrativas. En lugar donde se llevará a cabo el proyecto se sitúa a unos ciento treinta kilómetros al sur de la capital y también relativamente alejado de otras dos ciudades importantes: Busan (3.800.000 habitantes) y Daegu (unos 2.600.000 habitantes) que se encuentran todavía más al sur.
El emplazamiento se encuentra en la región de Chungcheongbuk-do muy cerca de la ciudad de Cheongju que cuenta con una población de unos 600.000 habitantes. Está regado por los ríos Guan y Miho y la superficie destinada a la nueva ciudad es de más de 7.000 hectáreas que en la actualidad están destinadas al cultivo del arroz.
Pues bien, esta nueva ciudad fue objeto de un concurso internacional ganado hace dos años por Andrés Perea en colaboración con el equipo Bloque (Rogelio Ruiz, Álvaro Moreno, Juan Arana y Luis Perea). El proyecto ganador ("La ciudad de las mil ciudades") es el tema de este artículo. En el pasado mes de abril, en la presentación del libro “Arquitectura del siglo XXI: más allá de Kioto” que resume las Jornadas organizadas en marzo de 2006 por el grupo IAU+S del que formamos parte varios profesores y alumnos de la Escuela de Arquitectura de Madrid (entre ellos Andrés Perea), el propio Andrés nos explicó cuál había sido la evolución del proyecto dos años después. En el artículo titulado “Ciudades para mujeres, ciudades para todos” ya os comentaba mi intención de tratar el tema pero hasta hoy no he sido capaz de hacerlo.
En este lugar, aparentemente idílico (por lo menos por las fotos) proponen una ciudad en forma de anillo, rota en tres partes por los ríos, y de forma que se preserve su parte central. Su diseño es heredero directo de las ideas de Arturo Soria y si se corta el anillo en cualquiera de sus puntos y se rectifica, surgen con claridad algunos de los presupuestos de la Ciudad Lineal. Quizás el más importante sea el contacto con el campo, con la naturaleza. Pero también el eje central de comunicaciones e infraestructuras. No estoy muy seguro de si la idea de cerrar el anillo se debe al intento de limitar el crecimiento de la ciudad pero es, indudablemente, su resultado. A lo largo de este eje se colocan, como cuentas de un collar, hasta 25 núcleos urbanos uno a continuación de otro, con una población de 20.000 habitantes (en total la ciudad llegaría al medio millón).
El eje central de comunicaciones está formado por dos autopistas subterráneas, una carretera en superficie y un ferrocarril elevado. Hay que considerar que el tema de la circulación es prioritario en Corea al ser el tráfico en Seúl verdaderamente caótico.
La idea de dejar el área central en la situación en la que ahora está (como arrozal o monte en su caso) probablemente sea la otra gran aportación del proyecto. También la más difícil de mantener a medio y largo plazo (bueno, incluso a corto, como se verá más adelante). Aunque a diferente escala no hay más que ver las dificultades que están teniendo en el Randstad holandés que se enfrentan a un problema muy similar. Sin embargo el mantenimiento de este corazón agrícola y verde debería ser vital para conseguir la ciudad sostenible que propone el equipo.
Otro elemento de sostenibilidad que aparece en el proyecto son las distancias a las que se encuentran los diferentes elementos para el acceso a pie (incluida la naturaleza). Todo el anillo se puede recorrer en cinco horas y media, la distancia de cualquier punto al centro del valle es de menos de una hora y media y, en diez minutos, desde cualquier punto de la ciudad, se alcanza el campo.
Los autores han pretendido una ciudad compacta y compleja, con mezcla de usos. Además, una ciudad del siglo XXI con alto grado de conectividad, tanto interna como con el exterior (lo que llaman la esfera net).
La realidad es que, dos años después, aspectos sustanciales del proyecto han sido modificados por los técnicos coreanos que están redactando el proyecto que se va a construir, y aunque basado en las ideas suministradas por Andrés Perea y el equipo Bloque es complicado saber en qué acabará todo. Será interesante conocer dentro de unos años, lo mismo que ha pasado con Brasilia o Chandigarth, cual es el resultado de una ciudad de este tipo.
Independientemente de este excelente proyecto o de las cosas buenas que se pueden encontrar en las ciudades creadas ex novo (desde Stevenage hasta Irvine, pasando por Cergy-Pontoise o Cumbernauld hay dos preguntas que siempre están ahí, soterradas, cuando nos enfrentamos a este tipo de actuaciones. La primera sería algo como: ¿puede basarse en los mismos presupuestos el urbanismo de las ciudades históricas tradicionales construidas generación a generación (por capas superpuestas) que las fabricadas de golpe como un automóvil en una cadena de montaje? No estoy haciendo un planteamiento peyorativo de estás últimas, sino más bien tratando de razonar sobre las condiciones de intervención en unas y otras. Pienso que no. Probablemente dedique otro día a tratar esta cuestión que considero muy importante porque el articulo de hoy era para la “ciudad de las mil ciudades”. Simplemente haré una anotación al respecto: el plan de urbanismo aparentemente podría ser adecuado para construir una ciudad ex novo. No lo parece tanto para intervenir en ciudades que “se van haciendo”.
Y la segunda, todavía más polémica: ¿aporta realmente algo a la construcción de la ciudad el urbanismo de autor? Sea este autor Le Corbusier o el equipo que ha redactado las Normas Subsidiarias de… (póngase el nombre que se desee) ¿Cómo se produce la relación entre el autor y la construcción colectiva de la mayor parte de las ciudades? Es decir, ¿cómo se articula la relación entre “la gente” y “el autor”? Pienso que esta relación entre obra colectiva y obra individual aplicada a las ciudades y a los territorios no es de la misma índole que la aplicada a la arquitectura.
En definitiva ¿es posible la autoría de una ciudad de la misma manera que la autoría de un proyecto de arquitectura, que una escultura o que una pintura? Andrés, en la exposición que hizo en la presentación del libro, realmente no se quejaba de que su proyecto se hubiera desvirtuado. Se maravillaba, se sorprendía de cómo sus ideas se iban transformando en manos de los arquitectos, geógrafos, políticos e ingenieros coreanos. Incluso me pareció que no le disgustaría ver, dentro de cien o doscientos años, que su ciudad (que ya no sería suya) se parecía ya poco a aquella que imaginó y que, realmente, era la ciudad de los ciudadanos que la habitaban en aquellos momentos y de los que la habían modificado en generaciones anteriores. Probablemente (doscientos años) sería la ciudad de las doce ciudades (generación más generación menos). Con el tiempo, y si somos capaces de mantener el planeta en condiciones adecuadas, algún día esta ciudad podrá ser, verdaderamente, la ciudad de las mil ciudades y no la de Andrés Perea y el equipo Bloque o la de los técnicos coreanos.
Aunque la intención del título (por parte de sus autores) no fuera encaminada en el sentido que le he dado, me ha servido muy bien para plantear que la ciudad, en realidad, la entiendo como un proceso histórico en el que cada generación conserva, cambia o destruye la ciudad heredada y crea nueva ciudad para adaptarla a sus necesidades. Pero, como en el mito de Sísifo, cuando una generación parece que lo ha conseguido, llega la siguiente y tiene que volver a empezar. Por eso una ciudad no se termina nunca. Por eso una ciudad como obra colectiva que es, no tiene una autoría. Como máximo, podrá ser “de autor” su comienzo. Pero una ciudad sin historia no tengo claro que sea una ciudad, probablemente será otra cosa (¿un proyecto de arquitectura?).
Siempre pensé que lo realmente original de este proyecto de AP es la posición central del anillo agícola: justo lo contrario del green-belt londinense, pero impecable estrategia (la centralidad) si de preservar lo verde se trata. ¡Abrazos! Am
ResponderEliminarPepe: yo también creo, como Andrés, que lo más importante de este proyecto es el corazón agrícola. Sería muy importante que las ciudades volvieran a relacionarse con aquellas áreas del territorio que les dan de comer. Está bien que tengan cerca la naturaleza. Pero habría que añadirle el arroz, el trigo o las patatas. Pasear en medio de un maizal, ver como se va formando la mazorca, entender cuando se pierde. Eso en Galicia siempre ha sido así. Pero ahora empieza a no serlo. Y es una pena. ¿No crees que sería bonito sentarte en un banco y ver como va madurando el trígo a tres o cuatro metros? Los campos cultivados se van alejando demasiado de nuestras ciudades y son sustituidos por parques y jardines. Con ello el ciudadano pierde totalmente el sentido de la realidad y del territorio. Si los coreanos son listos dejarán que se siga cultivando el arroz al lado mismo de su ciudad. El proyecto me ha parecido interesante. Veremos al final como queda.
ResponderEliminarNo se si lo entiendo ¿se trata de una serie de ciudades de 20.000 habitantes o de barrios de 20.000 habitantes? Siempre estoy preguntando pero creo que es muy diferente. Lo digo por los equipamientos, el concepto unitario de ciudad y otras cosas. El titulo la ciudad de las mil ciudades parece referirse a esto pero pienso que 20.000 habitantes son pocos para una ciudad si se trata de barrios lo entiendo mejor.
ResponderEliminarEsa centralidad "verde" creo que es rompedora, como concepto y también en la propia aplicación técnica que hacen en el proyecto.
ResponderEliminarConsidero que la arquitectura "de autor" está envileciendo la arquitectura. El "urbanismo de autor" ni debería ser considerado. Más participación real en la arquitectura y el urbanismo. Más lugares para vivir. Menos negocios. Negroponte.
ResponderEliminarHice otro comentario en el jardín vertical de CaixaForum reivindicando la necesidad de introducir la naturaleza en la ciudad. Este proyecto lo hace a lo bestia. Genial. Felicito a los autores y espero que se haga respetando la idea principal que es esa. Antonio Folgado habla de lo interesante de que se conserve la agricultura al lado de la ciudad. Sería maravillo, pero muy difícil. Seguramente terminará siendo un parque pero aún así yo firmaría por vivir ahí. Al hablar de agricultura no me refiero a los pequeños huertos familiares de fin de semana sino a la agricultura como profesión. Verdaderos campos cultivados que se vean desde la ventana de tu casa. Sería genial.
ResponderEliminarHoy aparece en El País un artículo titulado "La naturaleza relaja más que su imagen en una pantalla", a propósito de un estudio de la Universidad de Washington. Lo que viene a decir el estudio es que el hombre todavía no está preparado a sobrevivir sin contacto con la naturaleza. Desde mi mini-despacho en la Escuela de Arquitectura de Madrid tengo una espléndida vista de la zona oeste de la Comunidad con unos enormes y centenarios pinos en primer plano. Pues bien (después de muchas pruebas) he tenido que colocar la mesa a 45º de forma que me permita, con un pequeño giro, mirar hacia la naturaleza (bueno, hacia lo que nos queda de naturaleza en este territorio hiperconstruído) y que la pantalla del ordenador quede adecuadamente situada. Cuando estoy cansado o cuando los problemas (oportunidades) me rodean, el hecho de poder mirar aquel panorama automáticamente me descansa y tranquiliza. Comprendo que soy un ser privilegiado y me siento como, probablemente, se sentirán los habitantes de la "Ciudad de las Mil Ciudades" si se llega a respetar la idea original de este proyecto. El que una ciudad compacta tenga la naturaleza a diez minutos andando es impagable. Espero que los responsables coreanos del proyecto lo entiendan también así. Hay que recordar las enseñanzas de Ortega y no olvidar nunca que detrás de esa sobrenaturaleza técnica que la Humanidad ha creado, y que es lo específico del Hombre, está siempre la Naturaleza.
ResponderEliminarAh! Se me olvidaba, el link al articulo de El País:
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/naturaleza/relaja/imagen/pantalla/elpepusoc/20080612elpepusoc_2/Tes
(Quedará truncado porque es muy largo, pero si lo seleccionáis siguiendo con el ratón hacia la derecha se copiará entero).
José,
ResponderEliminarlo que cuentas sobre la naturaleza es bien interesante y simpatizo totalmente con ello; es más interesante aún si se estudia desde el punto de vista de la doméstica. De hecho creo que el nuevo diseño de la ciudad del XXI tiene dos escalas, pero las dos versan en torno al tema de la prolongación al exterior de la casa: la primera es la que explora aquí Andrés Perea, y la segunda es puramente tipológica, y es redefinir la vivienda en funcion de esa prolongación exterior que con el ruido (y la incultura) ha ido perdiendo.
Hacia esto hemos intentado orientar a los alumnos en los talleres de vivienda de la escuela del Vallès, y seguimos intentándolo en los proyectos de investigación subsiguientes: Tipología Vs. Tecnología
http://www.andresmartinez.es/index.php?id=4&l=1&ini=0&fin=5#marca_93
¡Abrazos! Am
Pepe: después de pensar sobre este proyecto me queda una duda ¿cómo compaginar proyectos como este con lo que dices en el articulo planeamiento obsoleto?
ResponderEliminarAntonio: te contesto nada más moderar el comentario, casi sin pensarlo, porque es bastante fácil. En primer lugar ignoro las peculiaridades del planeamiento coreano y no sé si se le podrá aplicar el mismo análisis que al de aquí. Pero así a todo (y como bien dices en la pregunta) la propuesta de Perea es un "proyecto". Lo que están haciendo los coreanos es convertirla en un "plan". Es decir, en un objeto adaptado a la normativa y peculiaridades de su planeamiento. Es precisamente esta conversión la que planteo que falla en este país (más precisamente en las Comunidades Autónomas de este país) y lo que yo entiendo que está obsoleto. Ignoro si sucede lo mismo en Corea del Sur y los problemas que puedan tener los coreanos (si es que los tienen) para hacerlo.
ResponderEliminarEn Corea, es normal que el gobierno venda un super block a empresas constructoras. Cada blocks se identifica de los otros por su propio "marcas" definida por la Empresa constructora (ej: los dept. construidos por Hundai Construction lo llamamos "I'Park", imaginate que cada empresa constructora tiene su propio marca de dept.!!)creando una comunidad bastante cerrada
ResponderEliminarSuponiendo que cada block es para 20.000 habitantes, entonces haces un calculo rapido suponiendo que cada dept. habita 3 personas entonces podes deducir que cada block va haber aprox. 6,700 dept.
En logica nuestra, Ciudad de mil ciudades es suficientemente factible!!
Aunque mi participación directa en el proyecto fue prácticamente inexistente, sí conozco el proceso completo de primera mano.
ResponderEliminarComprendo que no debe compararse el proyecto de una vivienda con el de una ciudad en lo que a la autoría del arquitecto se refiere y a su "huella", cualquier escala que implica el trabajo con el espacio nos requiere como arquitectos.
Y este proyecto es, en mi opinión, una evidencia tremenda de cómo, incluso en la propuesta de una nueva ciudad, las reflexiones espaciales definen un magnífico marco para el desarrollo posterior de la cascada de escalas... hasta la arquitectura misma. Quedará la impronta de una ciudad que se mira a sí misma, que se traba a base de piezas que configuran un todo (facilitando su desarrollo secuencial), que comprende el paisaje y, entre otras muchas cosas, agarra su escala abrazando ese parque central agrícola de campos de arroz en el giro paradójico de respetar el espacio que los koreanos habían elegido inicialmente para ubicar la ciudad.
Jane Jacobs, Christopher Alexander.... Urbanismo y Participacion... para mi esta claro que planear una ciudad para la gente sin la gente no tiene sentido en una sociedad como la de hoy.
ResponderEliminarQuizá sea osado atentar así contra experimentos como los de Le Corbu, pero cada día estoy mas convencida de que el urbanista debe mediar entre la gente y las administraciones para dar a los primeros aquello que de verdad necesitan. Ellos saben lo que quieren y nosotros sabemos, gracias a nuestra formación, como garantizárselo de la mejor manera. (entendiendo mejor como económico, sustentable, bello... )
El concepto "de todos" a veces es tratado erronameante observado solo desde los derechos que ello nos otorga. Pero una ciudad " de todos" o cualquier cosa pública de la que disfrutamos engendra numerosos deberes, implicaciones y sentimiento de "mayoría de edad" en cuanto a responsabilidades se refiere. Es un toma y daca. Por mi experiencia en un reciente proyecto, la gente se sorprende cuando se ve reflejada realmente en actuaciones de cuya eleccion han formado parte activa. Es mas, al hacerla suya, la ciudan, la defienden y la publicitan mas que si de una gran obra arquitectonica se tratase.
Creo que hacia esto debemos caminar. A un real de todos y para todos.
Estoy embelesada con el blog, muchas gracias de nuevo.
Pilar