domingo, 31 de enero de 2016

Internet y análisis del paisaje

Los sistemas de obtención de información y de creación de estereotipos visuales colectivos han sufrido una auténtica revolución al aparecer las nuevas tecnologías. En concreto, en lo que se refiere a las imágenes y a la fotografía. Millones de fotos circulan por internet diariamente a través de Google, Whatsapp, Flickr, Instagram, Facebook o Twitter. Fotos realizadas por personas corrientes, no profesionales, que van cambiando la forma de mirar poniendo el acento, por muchos y variados motivos, en determinados elementos del paisaje distintos a los tradicionales. Ya insinuaba en un artículo anterior: a las formas de mirar de siempre hay que añadirle otras nuevas. Pero hoy no voy tratar los cambios en la creación de estereotipos visuales, un tema inmenso que está esperando que aparezca una lluvia de trabajos al respecto, sino Internet como fuente de información para análisis del paisaje.

Millones de fotos viajando por Internet  nosoloios

Hace unos días, uno de mis doctorandos (ya doctor) Ignacio Bisbal leyó su tesis doctoral titulada El estudio del paisaje por medio de la fotografía. Por supuesto no voy ahora a intentar resumir un trabajo imposible de reducir a unos párrafos pero en las páginas 292 y siguientes habla de la cartografía de Eric Fischer. Y esta mención me va a servir de disculpa para plantear algunas cuestiones. Para ser más conciso voy a reproducir un párrafo de la tesis: “En 2010, Eric Fischer diseñó un algoritmo en lenguaje de programación Perl que permitía trasladar los metadatos de georreferenciación de archivos EXIF GPS de imágenes obtenidas de los API de Flickr y Picasa a una cartografía OpenStreetMap situando un punto georreferenciado en el mapa de acuerdo con la localización indicada en el metadato correspondiente a cada imagen y una línea que une dos puntos próximos entre sí en tiempo y espacio realizados por el mismo autor, marcando por tanto un recorrido de un fotógrafo”.

Eric Fisher: localizaciones europeas de Flickr y Twitter  flickr

El caso es que aplicó este algoritmo por una parte a 99 ciudades y por otra a 135 de forma que creó dos álbumes. Con el permiso de Ignacio sigo con la tesis: “El primero, denominado Geotaggers’ World Atlas, muestra la distribución de puntos sobre los planos de 100 lugares del mundo (99 ciudades y el Gran Cañón del Colorado) (…) El plano presenta cuatro colores: el amarillo es la base cartográfica que marca la red viaria; los otros colores representan tipos de movilidad basada en los estudios de Fruin (1992) de acuerdo con la velocidad aparente del movimiento (…): negro para caminantes, rojo para bicicletas, azul para vehículos a velocidad media y verde para vehículos a alta velocidad. Los planos están ordenados en el álbum de acuerdo con el número de imágenes que se han tomado en cada lugar (Barcelona ocupa el puesto número 6, Madrid el 15, Sevilla el 62, Granada el 64 y Bilbao el 86). El período abarcado fue desde mediados de 2002 hasta 2010, si bien la gran mayoría de las imágenes son del período que va desde mediados de 2008 a 2010”.

Eric Fisher: The Geotaggers' World Atlas #15: Madrid  flickr 
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El segundo, denominado Locals and tourists, pretende diferenciar entre residentes y turistas. El criterio adoptado es un tanto discutible ya que considera como turistas a aquellos que realizan sus fotos en un período menor de un mes y residentes a aquellos que superan este período. Los primeros los marca con puntos azules y los segundos con puntos rojos. Los casos dudosos aparecen en amarillo. Lo que hace Fischer es simplemente cartografiar sin más. Pero no usa datos estadísticos ni analiza, sino que sitúa todos los puntos sobre el plano. De todas formas con esta base cartográfica de Fischer se han hecho, posteriormente, bastantes trabajos de interpretación. En la tesis se mencionan unos cuantos que van, desde la estimación de las tasas de visitas hasta las relaciones con los topónimos. Si alguien está interesado esperemos que Ignacio publique pronto su trabajo y se puedan consultar las referencias.

Eric Fisher: Locals and Tourists #17 (GTWA #6): Barcelona  flickr
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Sin embargo, también dice que ha encontrado pocos trabajos relativos al tema desde el punto de vista de percepción del paisaje. Cualquiera que haya visto, aunque sea de forma muy superficial, alguno de ellos, podrá entender el tremendo potencial analítico que encierran. Por supuesto que requiere trabajo y conocimientos al respecto, no sólo de paisaje, sino también de tratamiento de datos, funcionamiento de la informática, repositorios de fotos, buscadores y, probablemente, equipos multidisciplinares que permitan abordar esta cuestión con garantías. Pero tampoco hay que desanimarse. Se pueden probar técnicas que permitan abrir nuevos caminos con muy escasos medios y al alcance de un investigador que trabaje en solitario. Incluso de los estudiantes. Os recomiendo que leáis un artículo que publicó en este blog en el año 2008 Domenico di Siena titulado “Internet para la investigación”, o el de María Datseri del año pasado titulado “Plazas urbanas, su imagen turística”.

Internet contiene una ingente cantidad de datos  itproportal

Voy a explicar un par de trabajos realizados con pocos medios, y en los que a pesar de haber recurrido al uso de datos casi al alcance de cualquiera, se han obtenido resultados de interés. Resultados que sería necesario validar, pero su importancia no reside, de momento, en las conclusiones obtenidas, sino más bien en los caminos que abren todo un conjunto de nuevas técnicas que, en definitiva, se apoyan en la utilización de la ingente cantidad de información disponible en Internet, que está a la espera de que alguien la use de forma inteligente. Los ejemplos son del curso que acabo de terminar este semestre en la asignatura que imparto en el máster de nuestro departamento y que se titula La protección del Patrimonio Urbano y del Medio Natural. Se trata de trabajos de pocos créditos y que se hacen de forma individual. A pesar de que utilizan una técnica parecida (búsqueda, clasificación y análisis de imágenes puestas a disposición de todo el mundo en Internet) sus objetivos son muy distintos.

Los vecinos en contra del proyecto  fotoperiodismouv

El primero es de Leticia Alcalde y se titula Cabanyal, una imagen virtual. El Cabanyal es un barrio de la ciudad española de Valencia objeto de una virulenta polémica entre los vecinos y autoridades, ya que se quería prolongar la Avenida de Blasco Ibáñez a través del tejido protegido de este antiguo pueblo de pescadores. Esta prolongación suponía, como se destaca en el trabajo, “el desplazamiento de 1200 familias, el derribo de 1651 viviendas integradas en 500 edificios, de los cuales, un centenar estaban catalogados por el PGOU y la modificación de la estructura urbana histórica”. Después de fuertes enfrentamientos entre vecinos, técnicos y políticos, y de una batalla legal que llegó a las más altas instancias, el Ministerio de Cultura del gobierno español decide que existe expolio y exige al ayuntamiento de Valencia la modificación del planeamiento aprobado con objeto de salvaguardar el patrimonio protegido.

El Cabanyal alberga un valioso y singular patrimonio edificado  eldiario

Pero más allá de la disputa vecinal y legal lo que pretende averiguar Leticia es si existe una correspondencia entre el patrimonio protegido legalmente y su imaginario virtual. Las cuestiones de paisaje urbano, y más cuando se refieren a patrimonio protegido, son muy complejas de abordar. Puede leerse también en el blog el trabajo de mi alumno Antonio Antequera publicado el año pasado y que se titula “Defender el patrimonio identitario” donde plantea el tema de lo que llama “patrimonio invisible” o el de la identidad. En el resumen que hace Leticia del trabajo (mis alumnos presentan los trabajos en forma de artículo para una revista de investigación o comunicación para un Congreso) se lee: “El barrio valenciano del Cabanyal está reconocido como Conjunto Histórico debido a su particular y valioso patrimonio. En 1993 su casco histórico fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC). La presente comunicación tiene por objeto una aproximación a la imagen del Cabanyal en la red y a la observación de la existencia de relación entre dicha imagen y el patrimonio protegido por dicha declaración”.

Imágenes totales consideradas en el trabajo
 Cuadro del trabajo de Leticia Alcalde

Para conseguir este objetivo se valió dos motores de búsqueda y dos plataformas para compartir imágenes. Los motores fueron: Duckduckgo que no utiliza información del usuario, e Ixquick que no recopila ni comparte información de búsqueda. Respecto a las plataformas, utilizó: Pinterest (una especie de tablón virtual), y Tumblr que permite publicar imágenes a modo de blog. Al introducir la palabra Cabanyal obtuvo una serie de imágenes cuyo número se detalla en el cuadro de arriba. De estas separó, en primer lugar, aquellas que tenían relación con el patrimonio urbano que, a su vez, clasificó aplicando seis criterios: imágenes de fachadas de un único inmueble, de varios, de un conjunto, históricas, de elementos ornamentales y otras como árboles. Luego, a partir de los porcentajes de clasificación eligió los elementos del patrimonio con mayor representación y los cartografió para ver si coincidían con elementos protegidos por el BIC. Lo más complicado fue la georreferenciación de las imágenes porque no siempre estaban localizadas y, en algunos casos, tuvo que recurrir a street view para hacerlo (incluso parte del antiguo trabajo de campo se puede hacer ahora sin ir al sitio).

El Cabanyal, imagen icónica del barrio  wikipedia

Al terminar el trabajo Leticia escribe lo siguiente: “A modo de conclusión, se puede decir que no es ninguna minucia el que de un total de 283 fotografías, un poco más de la mitad correspondan al patrimonio. Existe una fuerte vinculación del Cabanyal con su estética, su forma y la cultura que se ha gestado a lo largo del tiempo. Aunque no se trata de una afirmación totalmente rigurosa y sustentada no hay que olvidar que el caso de estudio corresponde a un barrio y no a una ciudad o región. Asimismo, se ha de destacar la variedad de imágenes del patrimonio y la escasa, pero no por ello poco relevante, repetición de éstas. Es decir, la puesta en relieve de la composición arquitectónica y ambiental del Cabanyal supone una variedad y riqueza que también queda plasmada en la red. Lo que convierte una ventana de Internet en un pequeño museo o expositor de la riqueza patrimonial del lugar escogido”.

Pueblo y salinas de Añana  tripadvisor

El otro trabajo que quería mostrar hoy es de Carolina Noriega y se titula Salinas de Añana: búsqueda de su imagen en Internet. Lo que intenta su autora es ver si existe en Internet un referente virtual consolidado de estas espectaculares salinas. Se trata de un tema muy complicado por el tipo de objeto estudiado. Así como determinados paisajes de perfiles potentes son fáciles de reconocer los de salinas, en general, no. Estas salinas se encuentran en el llamado Valle Salado, uno de los lugares más impactantes del País Vasco situado a una media hora de Vitoria-Gasteiz. Se trata de salinas de interior y se encuentran cercanas a los pueblos de Artiega y Salinas de Añana. Fue declarado monumento histórico-artístico en el año 1984 (justo un año antes de aprobar la actual ley del Patrimonio Histórico Español) y cuenta con numerosos premios nacionales e internacionales. En el año 2013 su protección se adapta a la nueva ley y se declara Bien de Interés Cultural.

El turismo es una de las actividades más importantes  ananaturismo

La Fundación Valle Salado de Añana impulsa su recuperación, basada en parte en la comercialización de la sal que se orienta a nuevos productos tales como escamas de flor de sal o sal minera de manantial utilizados en la alta cocina, pero sobre todo, volcándose en su atractivo turístico. El turismo es, por tanto (como en tantos otros casos del patrimonio heredado) la vía principal de conservación y mantenimiento de estas salinas. Se hacen recorridos turísticos y se deja que el turista trabaje la sal. Pero, antes que cualquier otra cosa, el turista hace fotos. En algunos casos como recuerdo y en muchos otros como forma de mostrar a las amistades (y al mundo en general) que han estado allí. Las preguntas serían: ¿Qué se fotografía de las salinas de Añana? ¿Existe alguna imagen predominante que nos permita afirmar que “yo he estado allí”? El trabajo de Carolina pretendía dar respuesta a estas preguntas buscando entre miles de imágenes que se pueden encontrar en Internet.

Salinas de Añana, vista desde el mirador  bideoak2

Ha utilizado seis plataformas: Panoramio, Google Imágenes, Twitter, Facebook, Flickr e Instagram. Dice Carolina en su trabajo: “Podemos diferenciar dos categorías principales: las que son redes sociales y las que no lo son. Twitter, Facebook e Intagram componen el grupo de redes sociales y cualquiera de las tres sirve para compartir fotos y videos (con mensaje acompañado o no) al resto de usuarios. Por otro lado, Panoramio, Google Imágenes y Flickr, no son redes sociales pero almacenan, ordenan y comparten las fotografías e imágenes tomadas de lugar visitado. Primero hay que obtener la cantidad de fotos que aparecen en los diferentes buscadores cuando se realiza la búsqueda de Salinas de Añana. Tras cuantificar el número total de las mismas, y en base a ciertas cualidades de las imágenes, se vuelve a cuantificar de nuevo pero esta vez, las que recojan elementos del paisaje del valle salado”. No detallaré el proceso seguido, pero como consecuencia del mismo se obtienen resultados de bastante interés que, por supuesto, habría que confirmar mediante otro tipo de técnicas.

Imagen resultante final combinación de todas las plataformas
 Cuadro del trabajo de Carolina Noriega

Las conclusiones las analiza por plataformas y luego las unifica. Del cómputo global se deduce que hay dos elementos que predominan de forma muy importante: la panorámica general (que suele incluir el paisaje circundante), y la arquitectura de las eras. Ni la sal, ni los salineros ni el pueblo tienen demasiada relevancia (casi ni anecdótica). Hay que señalar que la autora no ha encontrado diferencias significativas entre las seis plataformas que ha estudiado, quizás con la excepción de Facebook en la que los salineros adquieren algo de importancia a costa de la arquitectura de las eras que la disminuye. En cualquier caso, no parece que un único estereotipo sea el encargado de construir la imagen virtual de las Salinas de Añana, sino que son dos casi en igualdad de condiciones. Por una parte, la panorámica general incluyendo el paisaje circundante y, por otra, la arquitectura de las eras que, probablemente, sería la imagen a elegir desde el punto de vista del marketing de estas salinas como producto turístico, al introducir un elemento diferencial que no necesita ser explicado.

Eras de las salinas de Añana  SantiNeira

Las técnicas de investigación sobre paisaje urbano y natural, patrimonio, arquitectura y conjuntos históricos, cuentan con una serie de nuevas fuentes de información que hacen posible conocer mucho más profundamente la realidad subyacente. Claro que ello no invalida las más tradicionales como encuestas o entrevistas en profundidad, bien a la población en general, a turistas o a expertos. Estamos necesitados, además, de teorías que nos permitan ir algo más allá del mero análisis de una situación existente. Dado que, muy probablemente, los sistemas de transmisión de imágenes digitales están revolucionando la forma en la que construimos los arquetipos visuales, deberíamos también estar en condiciones de conocer esta evolución en tiempo real. A la pintura, la fotografía, los periódicos y revistas encargados tradicionalmente de construirlos, se añadieron primero el cine y luego la televisión. Habría que empezar a pensar si hoy, frente a los sistemas tradicionales y por primera vez en la historia, no es la propia sociedad la que está construyendo de forma directa estos imaginarios colectivos, a base de hacer circular millones de fotos y vídeos de un lugar a otro del planeta.


Notas:
  1. Los planos de Eric Fisher se pueden encontrar en este enlace.
  2. Artículos del blog relacionados y que se citan:Internet para la investigación;Las plazas urbanas, su imagen turística; Defender el patrimonio identitario.

domingo, 3 de enero de 2016

Competitividad territorial

Hace unos días estuve en Bilbao en el tribunal de una excelente tesis doctoral titulada La Smart City como imaginario socio-tecnológico: la construcción de la utopía digital. Su autor es Manuel Fernández y el director Imanol Zubero. Se leyó en el departamento de Sociología y Trabajo Social de la Universidad del País Vasco y espero que se publique pronto. Pero en el artículo de hoy no voy a tratar este tema ya que probablemente lo haré más adelante con ocasión de su publicación. Simplemente me va a servir de pie para centrarme en uno de los aspectos que trata la tesis. Cuando en la tercera parte plantea el análisis discursivo de la Smart City, Manu se refiere a nueve mitos que va estudiando uno a uno: el mito de la eficiencia operativa, el de la sostenibilidad, el de la competitividad, el de la integración, el de la simplificación, el de la neutralidad del dato, el de la despolitización, el de la suficiencia tecnológica y el de la deseabilidad intrínseca.

Construcción de la utopía digital  lasallebcn

Al leer la tesis destaca la importancia de la competitividad en la construcción del relato de la Smart City. Cuando analicé este apartado resurgieron mis antiguas querencias empresariales y pensé que sería interesante escribir algo sobre el tema. Por supuesto, relacionándolo con el territorio que es uno de los argumentos del blog. Así que, como ayuda para escribir el artículo, me dediqué a poner al día algunas ideas sobre competencia territorial. En la tesis se aportan muchos ejemplos del lugar destacado de la competitividad en la construcción de la utopía urbana digital, pero sólo voy a reproducir (sobre todo por lo poco difundido del trabajo) el que se refiere al Plan Nacional de Ciudades Inteligentes del Ministerio español de Industria, en el que se puede leer que el objetivo último es contribuir al desarrollo económico “maximizando el impacto de las políticas públicas en TIC para mejorar la productividad y la competitividad, y transformar y modernizar la economía y sociedad española mediante un uso eficaz e intensivo de las TIC, por la ciudadanía, empresas y administraciones”.

Plan Nacional de Ciudades Inteligentes  ministur

Este tema de la competitividad territorial es bastante confuso y difícil de resumir pero voy a intentarlo. Empezó en el ámbito de la empresa y fue evolucionando desde la primitiva concepción de Adam Smith para el que la competencia provenía de las diferencias “naturales” entre naciones que les permitían producir bienes a menor costo, hasta llegar a Porter que a finales de los años ochenta del pasado siglo introduce el concepto de ventaja competitiva. La ventaja competitiva la deriva del tamaño de la aglomeración, la diferenciación del producto y la innovación tecnológica. A pesar de que en estos enfoques las naciones tenían un papel esencial, la base era empresarial. Eran las empresas las encargadas de aprovecharse de las diferencias “naturales” y el tamaño de la aglomeración. También de propiciar la innovación y diferenciación del producto. Entre Adam Smith y Porter me he dejado por el camino otros autores como, por ejemplo, David Ricardo que introduce el tema, siempre conflictivo, de la productividad.

Ventaja competitiva  empresariados

Aquellos interesados en la cuestión de la competitividad empresarial pueden encontrar resúmenes de la evolución del concepto en varias publicaciones. En las notas finales incluyo algunas referencias que se pueden leer gratuitamente. El origen se encuentra en la competencia entre empresas aunque pronto se relaciona con ámbitos nacionales. Sin embargo, en la década de los noventa del pasado siglo XX, de esta competencia entre empresas y naciones se pasa a la competencia entre regiones y ciudades, destacando la importancia del entorno local. ¿De qué forma influye este entorno local a la hora de conseguir una mayor competitividad? Aunque existen bastantes posturas distintas, en la mayor parte de los casos irreconciliables, suelen destacarse dos elementos determinantes: la productividad y la calidad de vida. Ambos han dado lugar a controversias y discusiones sin fin. Y todavía hoy, probablemente no esté suficientemente claro el marco en el que nos movemos.

¿Las ciudades más conectadas serán más productivas?  lowcarbon

De todas formas, para algunos autores, los factores no se pueden resumir tan escuetamente. Ondategui y Gama, en un artículo que aparece referenciado en las notas finales, dicen: "Y, según Castells (1996) en este proceso de globalización, 'la competitividad ya no depende de los recursos naturales o energéticos, de la base industrial tradicional, de la posición geográfica, de la acumulación de capital o de la voluntad política de un estado protector'. Para Borja y Castells la productividad dependerá del funcionamiento eficiente del espacio urbano-regional, de su inserción en los sistemas de comunicación, de la buena información de los agentes económicos, de la cualificación de los recursos humanos, de la posibilidad de un proteccionismo exportador, de la eficacia y transparencia de las instituciones, de las acciones políticas aplicadas al territorio y de la definición y preparación de un proyecto de región (conocimientos, infraestructuras científicas y tecnológicas, planes urbanos) o ciudad."

Al parecer la competitividad ya no depende de los
 recursos naturales o energéticos  minutoya

Si repasamos la bibliografía, no siempre se concluye que calidad de vida y competitividad estén relacionadas de forma determinante. En los casos más radicales sólo se le da importancia a la productividad. El problema es que, aunque el concepto de competitividad empresarial está bastante estudiado y definido, no se puede trasladar directamente puesto que los objetivos de una empresa y de un territorio no parecen los mismos. De todas formas también hay que considerar que cuando se habla de competitividad territorial se suelen mezclar tres ámbitos diferentes: el de las naciones, el de las regiones y el de las ciudades. Aunque ya en párrafos anteriores hemos mencionado a las naciones, muchos de los elementos con los que se intenta caracterizar a la competitividad territorial se refieren precisamente a ellas cuando la realidad es que no son aplicables ni a las ciudades ni a las regiones debido a muchas razones pero, sobre todo, a las relacionadas con el poder político. Además, y esto lo trataremos al final, el comportamiento es diferente según el tamaño y población del territorio.

El programa LEADER de la UE busca mejorar la
 competitividad del territorio rural  somontano

Pero las cosas se complican todavía más si se plantean otras cuestiones que podríamos denominar colaterales al tema. Así sucede si añadimos algunas palabras concretas a la expresión "competitividad territorial". Por ejemplo, la palabra rural, respecto a la que la UE y su programa LEADER dijeron muchas cosas en su momento. O turística, con todo el tema de los destinos asociados a las redes. También se utiliza a veces la palabra sostenible, así cuando Canzanelli habla de soste-competitividad. O el desarrollo económico local, esta vez referido a los procesos endógenos y limitados. También la salud, así se suele hablar de ciudad sanas y competitivas (?) Y podríamos aumentar el ruido si planteamos las relaciones entre competitividad y competencia. Incluso si añadimos todo el campo de la planificación estratégica. Pero me voy a tratar de centrar en el análisis clásico y para ello voy a seguir la pirámide de Lengyel que, por su claridad, también utilizan otros autores. Aunque para algunos sea excesivamente esquemática, ordena con bastante coherencia los elementos más importantes.

La pirámide de Lengyel  del artículo referenciado
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De cualquier forma el tema es controvertido ya que los problemas no sólo proceden de los factores elegidos sino también de la indefinición de algunos términos. Como se puede ver en la figura de arriba, en la cima aparece la “calidad de vida” que es el objetivo último a conseguir. Y aquellos que siguen el blog ya saben las dificultades que encuentro siempre que me tropiezo con esta expresión y lo nervioso que me pongo al mencionarla. Los indicadores que nos definen en la práctica el concepto varían casi tanto como los autores. Van desde la esperanza de vida o el índice de suicidios, hasta otros más sutiles como ¡la felicidad! Se puede hablar del tema desde un punto de vista económico, social o psicológico. Y si no está claro el objetivo a conseguir ya se pueden comprender las dificultades para señalar el camino. Pero vamos a presuponer que el tema de la “calidad de vida”, “estado de bienestar”, y otros similares está resuelto, con lo que podemos centrarnos en los supuestos elementos de qué dependen.

Incluso se elaboran índices subjetivos de calidad de vida
 como este de Numbeo. Verde más calidad rojo menos  europapress

Así como en la parte superior de la pirámide hay un único elemento, en la inferior vemos hasta ocho: estructura social, económica, actividades de innovación, centros de decisión, accesibilidad, formación de la mano de obra, entorno e identidad regional. Estos elementos configuran los cinco factores que determinan las posibilidades competitivas del territorio: investigación y desarrollo, capital humano, inversión extranjera, pymes e instituciones y capital social. Esta forma de organizarlos engloba bastantes cosas aunque se diferencia, por ejemplo, de la que en párrafos anteriores hacían Borja y Castells. Pero si se repasa la bibliografía veremos que hay bastantes más propuestas que pueden dar lugar a índices de competitividad distintos. Incluso algunas recurren a técnicas de análisis multivariante para obtener factores críticos. Si a todo esto sumamos las dificultades estadísticas, inherentes a los ámbitos territoriales, nos encontramos ante un panorama complejo difícil de sistematizar.

Los ocho elementos de la base  del artículo referenciado

Pero se puede intentar. Ibarra-Armenta y Trejo-Nieto agrupan todos estos estudios en tres grandes bloques. El primero, formado por aquellos que entienden esta competencia como un mecanismo de mercado en el que “las actividades económicas se distribuyen a través de las regiones”. El segundo, tiene que ver con las posibilidades de atraer inversión al territorio considerado “reduciendo o minimizando el nivel impositivo o creando preferencias impositivas”. Y el tercero, que busca aumentar la competitividad promoviendo de una forma u otra la región, haciéndola más atractiva y deseable para el inversor: “De forma similar, Gordon (1999) describe la competencia como una mera estrategia de promoción de las regiones y no necesariamente como un proceso de creación de capacidades competitivas”. En este punto tendría que plantear la cuestión de las relaciones entre competitividad y competencia pero me llevaría por otros caminos que distraerían del objetivo principal.

Seminario de Barcelona  pdfconclusiones

Y eso que también voy a dejar de lado la cuestión de la llamada “cohesión social” y su relación con la competitividad. En marzo de 2015 se celebró en Barcelona un Seminario sobre competitividad territorial  y cohesión social en el que se enfrentaban los dos argumentarios territoriales de la UE (solo faltaba la desigualdad). Como resultado se firmó por "los alcaldes, alcaldesas, presidentes, presidentas y representantes políticos de la metrópolis europeas", una declaración llena de tópicos tal y como corresponde al resultado de este tipo de reuniones. Destaca, sin embargo, el punto cinco por su concreción: “Solicitar a la Unión Europea un trato diferencial en la gestión de los recursos del presupuesto europeo para el período 2014-2020 y post 2020, especialmente respecto a la gestión de los Fondos Estructurales y de Inversión y el Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas (Plan Juncker)”. No quiero se mal pensado pero tal parece que este era el objetivo más o menos oculto.

Segunda mesa redonda del seminario de Barcelona  pdfconclusiones

El seminario se organizó en torno a cuatro ejes: competitividad, gobernanza, cohesión social y cooperación. No me resisto a reproducir los ítems del apartado competitividad: "Fomentar la innovación urbana y las Smart Cities, reequilibrar la economía de las metrópolis a nivel territorial y sectorial, potenciar las ciudades secundarias y distribuir la economía, ser atractivo como territorio y atraer economías basadas en el conocimiento, garantizar un desarrollo urbano sostenible y eficiente, mayor financiación estatal y de la Unión Europea hacia las metrópolis, los flujos de la economía son cada vez más inter-metropolitanos y menos interestatales". De acuerdo, todas las palabras-clave juntas: innovación, Smart Cities, reequilibrio, desarrollo sostenible, economías basadas en el conocimiento y flujos inter-metropolitanos. Si las vais salpicando en vuestros textos seréis políticamente correctos hasta el paroxismo. Prefiero no reproducir los epígrafes que corresponden a la cohesión social pero si añadís a las palabra anteriores la de: fragmentación social, participación ciudadana, educación, calidad de vida y bottom-up, ya tenéis el ideario completo.

La expresión “cohesión social” tan querida en la UE nos
 permite proponer imágenes tan enternecedoras como esta   iuic

Lamento haber sido tan obscuro en el tema de hoy y poco conclusivo pero cuando hablamos de competitividad es complicado separar la retórica de lo esencial (a veces me parece que todo es retórica menos el poder del dinero). También siento no haber dedicado más que dos párrafos a la cuestión de la cohesión social, al parecer tan importante en la UE, y que suele enfrentarse al termino puro y duro de competitividad para dulcificarlo, pero trataré de abordarlo otro día que esté menos sarcástico y más positivo. Podría resumir toda la digresión contenida en párrafos anteriores en unas líneas. El concepto de competitividad, tan claro en el ámbito empresarial, se vuelve casi incomprensible cuando se convierte en la expresión “competitividad territorial”. Y esto se debe a razones análogas a las que expliqué en su momento en el artículo de abril sobre "Identidad y marca ciudad", y también a que hay muchas capas superpuestas que impiden establecer un discurso coherente. Veamos algunas de estas capas.

Los países, las regiones, las ciudades en pugna
por venderse en un mercado global  sinoconcep

En primer lugar, la que se refiere al propio concepto, su objetivo último y los caminos para llegar a conseguirlo. Lo que sea calidad de vida es susceptible de diferentes interpretaciones y, además, no está claro que sea realmente el fin perseguido. En segundo lugar, porque muchas veces se mezclan los ámbitos al referirse al territorio: no es lo mismo competitividad territorial nacional, urbana o regional. En tercer lugar resulta que la dimensión también varía: una región o una ciudad global no pueden perseguir los mismos objetivos que una ciudad media o pequeña y, por tanto, las estrategias y las posibilidades no deberían de ser las mismas. Sería también necesario advertir que la pretensión de muchas ciudades de conseguir ser globales y crecer y crecer de forma indefinida está, en bastantes casos, en contradicción directa con la necesidad de incrementar (o, por lo menos, mantener) la “calidad de vida” de sus habitantes. Que, en teoría, debería ser el objetivo último de todo este montaje. Por otra parte, en un contexto en el que hemos sobrepasado la biocapacidad del planeta en buena parte debido a los intercambios energéticos, de mercancías y de personas, deberíamos cuestionar muy seriamente este objetivo de muchas ciudades y regiones de convertirse en globales.

Burgos, ¿necesita ser una ciudad global?  burgosciudad21

Aparte de que las que no consigan este objetivo se podrían considerar “ciudades de segunda” (secundarias según la nomenclatura del seminario mencionado anteriormente), ciudades que han fracasado en el noble empeño de venderse mediante una adecuada campaña publicitaria. Y eso sin contar con que si, además, no son Smart Cities deberíamos hablar de ciudades estúpidas. Es decir, que los cientos de miles de ciudades no globales tendrían sobre sí el estigma de ser ciudades secundarias (y, en su caso, estúpidas) al servicio de las de primer orden. En resumen, ciudades fracasadas. Y ello a pesar de que sus habitantes no encuentren trabas para su desarrollo físico o mental, o sean más felices que los de esas ciudades de éxito tan inteligentes. Esta es la consecuencia de un sistema que pretende crear una identidad competitiva para que se lucren determinadas multinacionales de cuyo nombre no quiero acordarme. Bueno, ya he conseguido terminar hablando también del mismo tema con el que empecé el artículo: ciudades "inteligentes". En fin, habría que dedicar mayores esfuerzos a las ciudades pequeñas y a las intermedias, las realmente generadoras de desarrollo económico local y la base de un futuro posible de este planeta. Pero esa ya es otra historia menos competitiva.



Notas. He procurado que todas las referencias del texto se puedan obtener de forma gratuita en Internet (lo suelo hacer siempre que puedo). Los artículos y ponencias mencionados han sido los siguientes:  
  • La pirámide de Lengyel citada en muchos sitios tiene su origen en un artículo publicado en el nº 3, año 2004, de la revista Acta Oeconomica (pp. 323-342) titulado “The pyramid-model: enhancing Regional Competitiveness in Hungary”. El pdf se puede obtener gratuitamente en este enlace. Pero una revisión mejor explicada también se puede encontrar, esta vez aplicada a las regiones de los países europeos en transición de la Europa central, en otro artículo de Lengyel, I. y Rechnitzer, J. publicado en el número de verano del año 2013 en Macrotheme Review (pp. 106-121) titulado “The competitiveness of Regions in the Central European Transition Countries”. Podéis encontrarlo en este otro enlace.
  • Un excelente acercamiento al estudio de la competencia territorial y sus diferentes enfoques se puede encontrar en el artículo de Cristina Isabel Ibarra-Armenta y Alejandra Berenice Trejo-Nieto titulado “Competencia territorial: Un marco analítico para su estudio” publicado en el número 44, año 2014, de la revista Economía, Sociedad y Territorio, vol. XIV (pp. 49-78). El pdf en este enlace.
  • Sobre el tema de indicadores hay muchos trabajos. Me ha parecido interesante por resumir muchas cosas el artículo de Julio César Ondategui y Rui Gama titulado “Competitividad territorial y sistemas de innovación: una propuesta de indicadores a escala urbana” publicado en Coimbra en el nº 21/23, años 2002-2004, de la revista Cadernos de Geografía, (pp. 105-113). Se puede conseguir gratuitamente en este enlace.
  • Aunque en el artículo me he referido más bien a las ciudades y regiones, respecto a la competitividad territorial en el ámbito rural podéis leer el Cuaderno 6, fascículo 1 del Observatorio Europeo LEADER publicado en el año 1999 titulado “Competitividad territorial. Construir una estrategia de desarrollo territorial con base en la experiencia de LEADER”. El enlace para bajar el pdf es este. Si lo que os interesan son los indicadores relacionados con la competitividad territorial en el ámbito rural podéis leer en este enlace el artículo de Consuelo del Canto Fresno titulado “Nuevos conceptos y nuevos indicadores de competitividad territorial para las áreas rurales” publicado en el nº 20, año 2000, de la revista Anales de Geografía de la Universidad Complutense, (pp. 69-84).